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¡Vamos Juve por la triple corona!

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La victoria de la Vecchia Signora sería el moño perfecto para la cachetada que acaban de recibir los mafiosos de la Fifa, acostumbrados a inclinar la balanza por los favoritos y por los más vendedores en la tele y el internet. Además, Pirlo se la merece para cerrar su carrera como campeón. La ventaja del fútbol, señores, es que uno puede hinchar por el que le dé la gana (digan lo que digan los demás).

Por Héctor Cañón Imagen // Foto: EFE.

Desde niños, los hinchas de fútbol nos dividimos en dos. Esa es la idea: tener un rival para entretenerse. Rojos y azules. Rojos y verdes. Colombianos y argentinos. Argentinos y brasileros. Rolos y paisas. Campeones y, de ahí para abajo, perdedores.

Pero más allá de las inclinaciones por país, ciudad, barrio o color, hay otra más de fondo, que surge cuando en verdad uno no es hincha de ninguno de los dos equipos; es decir en la mayoría de partidos, por lo menos para los futboleros constantes. Desde niños, unos van por los favoritos y otros vamos por el débil del cotejo, por el que lleva las de perder, por el que si gana será una hazaña.

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Y esa es una de las ventajas más bacanas del balompié: se puede hinchar por el que a uno se le de la gana, digan lo que digan los demás. ¡Vamos Juve! Los bárbaros de la ortografía y los memes se me van a venir encima. De entrada advierto que, antes que columnista de fútbol, soy hincha de fútbol. Esa es la base.

Voy por la Juventus por varias razones. La primera es una tendencia natural a no apoyar favoritismos. La segunda es que me gusta más el perrenque del Apache Tévez, el tranco de Pogba y la poesía de Pirlo que los 120 goles, en su primera temporada juntos, del trío más mediático del fútbol mundial, Messi, Neymar y Suárez.

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