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Ya no son enfermedades: Hablemos de histeria, homosexualidad y transexualidad

Las "enfermedades" que se inventó el machismo.

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Recientemente, la Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó la nueva clasificación internación de enfermedades (CIE). Este es el documento que la medicina utiliza para definir cuáles son las enfermedades y sus síntomas. En su última edición saca la "incongruencia de género" -la transexualidad- de la clasificación de las enfermedades mentales.

Por Juan Camilo Ospina Deaza. 

Así, pierde la categoría de trastorno psicológico para quedarse en una cuestión física: la falta de adecuación del cuerpo al género que siente la persona. Con esta decisión se evita dar justificaciones a quienes intentan curar o tratar la transexualidad, lo que supone una agresión para las personas en esta situación y es causa de discriminación y violencia.

 Se podría creer que la enfermedad es una noción estática y descriptiva. Cuando se está enfermo, el cuerpo no funciona bien. Recordado la consigna feminista "lo personal es político" nos damos cuenta que la manera en que es nombrado el cuerpo es político. Así, la medicina y sus formas de nombrar al cuerpo hablan sobre luchas sociales y reivindicaciones de comunidades.

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¿Qué más personal que una enfermedad? Decir que es enfermedad y que es estar sano, han sido nociones que han cambiado a lo largo de la historia. Con la última despatologización de la transexualidad de la clasificación de enfermedades, estaría bien recordar algunas enfermedades que ya no son y algunos de sus tratamientos.

Homosexualidad 

Antes de que la homosexualidad dejara de ser considerada por los médicos como una enfermedad, los grupos homosexuales no sólo se tenían que luchar contra los estamentos políticos y eclesiásticos, sino también  tenían que luchar contra la comunidad psiquiátrica. Los homosexuales, incluso en los lugares donde no era delito, corrían el riesgo de que se les intentara “curar”.

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Muchos de ellos fueron internados, voluntaria o forzosamente, en centros psiquiátricos en donde eran sometidos a “terapias de reorientación sexual”, que incluían métodos tan “infalibles” como el electroshock o la lobotomía a lo largo del siglo XX. Incluso, en algunos lugares la “cura” consistía en castraciones, vasectomías, o lobotomías. Al ser considerada como una enfermedad, fueron blancos de grandes genocidios a lo largo del siglo XX, tanto por regímenes fascistas como el alemán, como de regímenes “democráticos” en EEUU.

El 17 de mayo de 1990, la Organización Mundial de la Salud (OMS) retiró la homosexualidad de la “Clasificación Estadística Internacional de Enfermedades y otros Problemas de Salud”. A pesar de lo anterior, y como decimos en Colombia “hay gente más papista que el papa”, existen grupos sociales que siguen considerando la homosexualidad una enfermedad.

Histeria 

El término histeria procede de la palabra griega hystera (útero, matriz) y fue asociada ampliamente con la conducta femenina. La histeria ha sido una de las enfermedades más controvertidas a lo largo de la historia y fue diagnosticada en la medicina occidental hasta mediados del siglo XIX. En la era victoriana fue el diagnóstico habitual de un amplio abanico de síntomas, que incluían desfallecimientosinsomnioretención de fluidos, pesadez abdominalespasmos musculares, respiración entrecortada, irritabilidad, fuertes dolores de cabeza, pérdida de apetito y «tendencia a causar problemas» Básicamente estaban describiendo a un hincha de Colombia cuando perdió contra Japón.

Las pacientes diagnosticadas con histeria femenina debían recibir un tratamiento conocido como «masaje pélvico», estimulación manual de los genitales de la mujer por el doctor hasta llegar al orgasmo que, en el contexto de la época, se denominaba «paroxismo histérico», al considerar el deseo sexual reprimido de las mujeres una enfermedad. El imaginario de la existencia de esta enfermedad duró hasta entrado al siglo XX e incluso sigue en nuestros días.

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La medicina y sus formas de curación no han sido infalibles o certeras. En la historia de la medicina se han visto opresiones y persecuciones a distintos grupos sociales por enfermedades que no padecían. La despatologización de la transexualidad y de la homosexualidad han sido grandes aportes en las reivindicaciones sociales y por las que hay que seguir trabajando.

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