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Carlos Vives: “No sé cómo la gente no se aburre de mí”

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El corazón profundo de Carlos Vives llega ahora en formato en vivo. Un concierto en su amada Santa Marta saca el lado nostálgico del cantante colombiano que busca aprovechar la atención que tiene para enviar otro mensaje, el de identidad. 

Por: Marcela Giraldo @Macheita // Fotos: Daniel Álvarez.

Si hablamos de números los resultados ratifican que es un nombre que muchos piden. Ventas, récords y varios primeros lugares son muestra de que para los colombianos, dentro y fuera del país, los sonidos de Carlos Vives y La Provincia generan una conexión con viejos y gratos recuerdos. Hasta  los que no son de aquí logran contagiarse de esa energía y folclore colombiano que llevan sus canciones. Basta con ver las reacciones de la nueva versión de ‘La tierra del olvido’ que, veinte años después, hizo renovar votos de un sentimiento nacionalista con los mejores paisajes como fondo y que ya suma más de 8 millones de reproducciones en YouTube.

El lanzamiento de su más reciente DVD ‘Más + Corazón Profundo Tour: En vivo desde la Bahía de Santa Marta’, lo lleva a encontrarse de nuevo con los medios. Solo que esta vez debe apretar su agenda tradicional de tres días a solo una jornada antes de continuar con su gira de conciertos por Colombia, Perú, México y Estados Unidos. Responde preguntas, canta, hace chistes, habla en video con sus seguidores vía Twitter, cuenta historias y hasta juega con un pollo de juguete que le pasan y con el que graba una escena dramatizada. “Yo me presto para la recocha siempre”, dice. Acomoda su peinado y vuelve a hacer cara de serio. La programación va corrida porque se extiende al responder, pero su actitud es la de contestar todo lo que venga.

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“Me di cuenta que estaba completamente sudado y que el glamour no es lo mío”, responde Carlos entre risas sobre su primera sensación al ver el DVD. Comienza a recordar ese momento y llegan a su mente imágenes de su padre y de Santa Marta. Sus palabras se tornan un tanto nostálgicas. “A veces uno no se da cuenta y desea las cosas, las piensa tanto, que cuando están pasando no se sienten y simplemente ocurren. Es tratar de detener un momento. Ver a mi papá que ya está mayor y un poco enfermo. Soñar con que en tu tierra vieran lo que hacías porque hace parte de tu inspiración, me da cierta nostalgia. No te das cuenta y de repente suceden y uno está ahí”.

Sigue en su mirada al pasado y se detiene para decir que la canción a la que le tiene más cariño de su disco en vivo es ‘Salvar tu amor’. 

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“¿Sabes por qué? Tengo un recuerdo de Santa Marta. En Semana Santa, en el mes de abril, bajaban las sardinas y traían las ballenas y llegaban hasta muy cerca de la playa. Esperarlas cuando éramos niños era especial. Tengo mi cuarto lleno de fotos de las ballenas en el Rodadero. ‘Y un día no volvieron las ballenas’, dice mi canción. Claro… dañamos el medio ambiente que había allí”.

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“A los colombianos nos hace falta creernos el cuento”

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De la nostalgia pasamos a la inclusión. Una palabra que quiere manifestar desde su música y que es recurrente también en los mensajes que promulga cuando habla de paz, de sonidos colombianos o de identidad. Recurre a una frase que siempre le repetía la bailarina y musicóloga Delia Zapata Olivella: “lo que no se conoce no se puede amar”, por eso lamenta que muchos le den la espalda a la historia colombiana y no les afecte lo que ocurre.

“Es un problema de nuestra educación, que no solo termina en el colegio. Los medios de comunicación tienen un poder educacional que siempre hemos subestimado. Como no son culturales sino comerciales, con ese chiste hemos desaprovechado la oportunidad de trabajar la identidad de nuestra gente para que sea más segura, tenga sentido de pertenencia, ame su localidad y no esté soñando con irse todo el tiempo”.

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Dejar de sentir vergüenza por el pasado y reconocer que somos indios, africanos y españoles, tal y como se siente en la música colombiana, nos hará ricos, según menciona. “A mí me gusta cuando veo Bomba Estéreo y la cantante se pone sus turbantes y sus cosas del Río Grande de la Magdalena. Es que somos muy ricos. Tenemos que creérnosla, nos hace falta creernos más las cosas”.

Un hombre sin descanso

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Salvo su receso musical, el nombre de Carlos Vives no ha dejado de sonar desde que en 1982 comenzara a trabajar en las novelas de Producciones Punch. “No sé cómo no se aburren de mí. Yo mismo me hago esa pregunta”, comenta. Sin embargo, hay un mensaje que siempre lleva por dentro y que se ha convertido en un factor común cada vez que invita a alguien de afuera a grabar o producir algo junto a él: “qué felicidad trabajar en un país donde hay muchas cosas por hacer, y por descubrir”.

Dice que no hay tiempo de envejecer o de aburrirse. “Hay mucho por construir, desde ese precepto siempre miro al futuro”. Además de sus presentaciones del segundo semestre, Carlos Vives trabaja en una nueva versión de ‘Pombo musical’; será el productor del nuevo disco de Fanny Lu y prepara un disco desconectado que le permitirá presentar a La Provincia de una manera distinta. 

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