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El caos en la FILBO a cargo de un youtuber no gustó nada en redes

Una nueva revolución cultural parece haber llegado con fuerza: se llama youtuberismo.

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Con las boletas agotadas para la Feria del Libro antes de mediodía, algo nunca antes visto en este tipo de eventos, se destapó una fiebre juvenil por un tipo de ídolos que el resto de la sociedad aún está tratando de digerir. 

 Por: Juan Pablo Castiblanco Ricaurte // @KidCasti

En 1966 los Beatles decidieron dejar de tocar en vivo entre otras razones, porque los gritos histéricos de sus fanáticos les impedían oírse e interpretar con excelencia las complejas composiciones que estaban creando. La historia de la histeria fanática es vieja y cualquier momento en la hoja de vida de cualquier ídolo masivo de segunda mitad del siglo XX para acá está cargado de historias similares. Pasó con los Beatles, pasó con Julio Iglesias, pasó con Maradona, pasó con Madonna, pasó con Michael Jackson, pasó con Britney Spears, pasa con Justin Bieber.

Ahora pasa con los youtubers.

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No hace más de un mes Corferias era sede del “festival de youtubers más grandes de Hispanoamérica”, el Club Media Fest. Muchas preguntas para un solo evento. ¿Los youtubers ya son famosos? ¿Se puede ir a ver youtubers en vivo? ¿Se paga por ver a un youtuber en vivo? A todo sí. Y no solo se paga sino que se paga caro. Con boletas para poder tocar a estos semidioses de la era digital que rodeaban los 300.000 pesos, lo mismo que puede costar ver en el Campín en una localidad intermedia a artistas de la talla de Rolling Stones o Coldplay, o incluso lo que vale un día de Estéreo Picnic, es posible entender que el consumo cultural ha cambiado. El español El Rubius se presentó dos días con un show idéntico, que rayaba en lo improvisado, pero generaba una histeria poco vista en otro tipo de espectáculos que emanaba, además, de un público menor a los 20 años.

Este sábado 23 de abril Corferias tenía programada una firma de autógrafos con Germán Garmendia, el youtuber más popular en habla hispana y el segundo más popular del mundo (es decir, mucho más famoso en la red que Beyonce, Kim Kardashian, Cristiano Ronaldo o Brad Pitt), a propósito de su nuevo libro Chupa el perro. Garmendia eclipsó a una mujer que ganó el Premio Nobel de Literatura en el 2015, a uno de los nombres más ácidos de las letras colombianas, y a decenas más de autores, actividades culturales y por supuesto, ventas de libros.

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Los tiempos han cambiado. Cada generación tiene su revolución. La de esta parece ser el youtuberismo: ese tentador acceso inmediato a la fama (y por consiguiente, al dinero) que no requiere de nada más que de ser lo más espontáneo, crudo y visceral frente a una cámara. Tal vez eso en sí sea un talento, aunque tal vez sí se trate de una verdadera revolución que está dándoles voz a los jóvenes de una manera que los adultos nunca habían querido dárselas. La histeria por Garmendia no dejó oír lo que otros agentes culturales tenían por decir. ¿Será tiempo que se retiren?

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