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Ennio Morricone, el genio de las bandas sonoras de Quentin Tarantino

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Ennio Morricone por fin recibió el Óscar de Mejor banda sonora por el épico trabajo que hizo en Los 8 más odiados de Quentin Tarantino. ¿Quién es este mítico compositor de bandas sonoras?

Por: Mr.Trance

Este caballero italiano me da energía para mirar hacia adelante. A sus 87 años está en plena forma y enseña al mundo que la verdadera edad está en el espíritu. Con Los 8 más odiados, la última película de Quentin Tarantino, ha ganado el globo de oro a mejor banda sonora y acaba de ganar un Óscar. Al premio entre los premios ha sido nominado cinco veces antes pero nunca lo había ganado, salvando la excepción del Óscar honorífico en 2006 que le entregó su amigo Clint Eastwood. Para mí sin duda era el favorito de este año para la estatuilla. Sencillamente porque la banda sonora de Los 8 más odiados es una obra maestra. Dicen que el talento atrae al talento y el bueno de Ennio es un catalizador que transforma en oro los encargos que recibe. Y Tarantino lo sabe. ¿Qué sería de Sergio Leone sin Ennio Morricone? Es como hablar de Keith Richards y Mick Jagger, no se puede separar el uno del otro. Son dos caras de la misma moneda. Ambos cierran la obra.

El cine sin música sería un triste teatro de sombras vacías. La música es el alma de las películas, la que da sentido a las imágenes y capta la emoción que encierran. Y desde el arranque de Los 8 más odiados uno se da cuenta que está ante un espectáculo de primera división. En esos primeros minutos, con la imagen de un cristo en la cruz enterrado en la nieve, del que nos vamos alejando poco a poco hasta que vemos entrar una diligencia al final del plano, está contada toda la película. Hace unos años me decía Julio Medem que todas las buenas películas tienen una entrada, una invitación al mundo que nos van a presentar. El gran arte de los “opening credits” (que últimamente se han dejado de usar por cierto). Iván Zulueta comentaba que de joven, cuando vio en el cine por primera vez los créditos de inicio de Vértigo con la música de Bernard Herrmann, se levantó de su butaca y comenzó a aplaudir. Yo no fui tan osado por respeto al público que me rodeaba pero tuve la tentación. El lento travelling-out que despliega Tarantino al comienzo de Los 8 más odiados es una pequeña carta de amor al cine (al igual que toda la película) pero con el lúgubre leitmotiv que crea Morricone la lleva a una dimensión aterradora y escalofriante. Sientes el frío de la nieve gélida y de que algo muy malo y oscuro está por ocurrir. Como el comienzo de un relato de Edgar Alan Poe o de Guy de Maupassant. Algo deliciosamente siniestro.

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A lo largo de su carrera Morricone, cual vampiro, ha sabido captar el alma de las películas, como un cazador en busca de su presa. ¿Qué sería de la trilogía de spaghetti western que firmó con Leone sin los silbidos de El bueno, el feo y el malo? ¿O la misteriosa cajita de música en Por unos dólares más? ¿O el arranque de Los intocables de Brian de Palma sin su inquietante leitmotiv? ¿O la infancia de Robert de Niro y James Woods sin la inolvidable melodía que hizo para la obra entre las obras Érase una vez en América? Y eso por no hablar de Cinema Paradiso

Las buenas películas no se van de la cabeza de uno. La memoria no quiere perderlas y siempre vuelven; una imagen, un diálogo…al igual que la buenas canciones y de todo lo que verdaderamente merece la pena. Dicen que la mejor almohada para dormir es la que está llena de buenos recuerdos…y yo añadiría; con música de Ennio Morricone. Me alegra que le hayan dado el Óscar. ¡Bravo maestro! lo merecía de sobra.

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