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Jueves de estrenos cinematográficos: llegan las últimas candidatas al Óscar

Anomalisa, Anomalisa, Anomalisa y todo lo demás

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“De los mismos creadores de” Eterno resplandor de una mente sin recuerdos o ¿Quieres ser John Malkovich?, llega una de las mejores películas animadas de los últimos tiempos. Eso sí, no espere animalitos, fabulas o los mismos chistes de siempre. 

RECOMENDADA DE LA SEMANA

Anomalisa
Directores: Charlie Kaufman y Duke Johnson
☆☆☆☆☆

Le gustará si le gustó: Eterno resplandor de una mente sin recuerdos, ¿Quieres ser John Malkovich?, Synechdoche New York, Belleza americana

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¿Por qué no se puede capar?: Charlie Kaufman es uno de los guionistas más brillantes de nuestro tiempo. Y, además, son pocas las oportunidades de ver en cine animaciones que no sean fábulas infantiles. 

Charlie Kaufman puede ser uno de los pocos nombres en el actual universo cinematográfico que de verdad puede sorprender con películas sin precedentes, que no se dedican a re-reciclar sus glorias pasadas (caso Quentin Tarantino o Wes Anderson), y que siempre son capaces de aturdir, conmover y dejar al espectador con profundas preguntas sobre la vida. Kaufman sorprendió al mundo en 1999 con el guion de ¿Quieres ser John Malkovich?, y repitió los impactos letales como escritor en 2002 con El ladrón de orquídeas y en el 2004 con la insuperable Eterno resplandor de una mente sin recuerdos. En el 2008, con Synechdoche New York, dio un salto hacia el frente y demostró que no solo era capaz de inventarse historias que tocaban fibras muy hondas de la existencia humana en un tono surrealista, absurdo y onírico, sino que también era capaz de dirigirlas. 

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Afortunadamente para el mundo, el proyecto que comenzó como un mediometraje de 40 minutos se convirtió en un largo, gracias a una campaña de financiamiento colectivo en Kickstarter que, esperando recolectar $200,000 dólares, levantó en total $406,000.  El entusiasmo del público logró que Anomalisa se convirtiera en el segundo filme como director en la carrera de Kaufman, cargo que esta vez comparte con el animador Duke Johnson, y donde otra vez revuelca su repertorio, reinventa su estilo sin estilo, y presenta su nueva historia en formato de animación en stop motion. Que sea en animación no significa que sea una fábula infantil o una comedia para perro y crispetas: por el contrario es una triste reflexión sobre los puntos en los que la vida pierde sentido. La angustia existencial del personaje principal es magistralmente usada por Kaufman y Johnson como el pretexto para usar solo dos tipos de muñecos para los personajes: el del protagonista, y el de todo el universo que lo rodea. Este planteamiento de los personajes se inspiró en el síndrome de Fregoli, un desorden cognitivo que hace que una persona unifique el resto de humanos que lo rodean en una sola apariencia. 

Es una lástima que una de las mejores películas de la temporada haya quedado arrumada y escondida en la categoría de Mejor película animada, ignorando otros méritos, pero a fin de cuentas, ¿qué importan los Óscar?

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