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La nueva película criolla Malos Días tiene mucho que enseñarnos sobre cine

Si ya se vieron “Malos Días”, si no se la han visto, es hora de repasar algunas lecciones que quedan por ahí rondando.

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Malos Días, película colombiana

Nuestra película recomendada de la semana es un fino cruce entre western y los mitos de la bonanza esmeraldera que rinde tributo a nombres claves de la historia del cine. ¿Qué hay detrás de Malos Días?

Por: Juan Pablo Castiblanco Ricaurte // @KidCasti

El debate sobre qué es copia, qué es inspiración o qué es homenaje en las labores creativas ya es algo viejo y desgastado. A fin de cuentas, los límites entre una y otra cosa son bien difusos y es el público el que puede decir hacia dónde se inclinó más una película, un disco, un libro, etc. El cineasta (y junkie cinematográfico) caleño Andrés Beltrán lo tenía bien claro desde que en el 2012 comenzó a gestar Malos Días: su primera película que por estos días está en cartelera en salas de todo el país. “Me gusta el cine que se referencie a sí mismo. Quería hacer una película para satisfacer a un cinéfilo como yo”, explica. A la hora de hacer la película, Beltrán tenía dos premisas en mente: no aburrir al espectador y que la película existiera dentro del mundo del cine, es decir, alejarse de la realidad, crear un universo ficticio que haga que el espectador se olvide de su vida por unos minutos. A fin de cuentas, devolverle al cine ese favor que les ha hecho a tantas personas de llevarlas por lugares y universos fantásticos.

Malos Días no tiene el toque de documental preciosista o de mirada de noticiero. Es ficción pura que homenajea una era de educación cinematográfica. Toma distancia de otras películas que se vienen haciendo en el cada vez más prolífico cine colombiano, y busca un sello diferente ubicado entre el western y los mitos de la bonanza esmeraldera. Es y no es una película colombiana: responde más bien a lo que sucede con una generación que tiene una cultura visual extensa. Es un entusiasta y bien logrado lance de un grupo de jóvenes (detrás de Andrés Beltrán, se destacan los nombres del director de fotografía Camilo Paredes “Picols”, Armando Mesías como director de arte y Felipe Linares como sonidista y compositor de la contundente banda sonora.) que derrumbaron el miedo a fracasar, el miedo a romper el mito de la primera obra, y el miedo a no tener con qué financiar 20 días de rodaje y todo lo que se viene después. Esa es otra de las enseñanzas: que aunque se quiera, ningún proyecto llegará a estar en su fase perfecta para ser lanzado, pero que se debe aprender, experimentar y corregir sobre el camino. Vivimos en la era digital donde todo está en fase beta, siempre cambiante.

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Volviendo a las referencias, cuando vean Malos Días (si es que no la han visto ya), será inevitable pensar de entrada en nombres como Quentin Tarantino; pero, si como el director de la película son unos adictos a la historia del cine, hay otros nombres a los que se hace tributo (además de los referentes de la literatura negra como Truman Capote o Raymond Chandler) y que hay que conocer. ¿Cuáles fueron?

 

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-Quentin Tarantino es el primer y más obvio referente de Malos Días, más que por la acción, por su bien conocido uso de los diálogos. Películas como Pulp Fiction o Bastardos sin gloria fueron claves a la hora de armar algunas escenas. 

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