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Lecciones de terror con Carolina Guerra en 'Encerrada'

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Por: Juan Pablo Castiblanco Ricaurte // @KidCasti

Una casa vieja en medio de la nada. Un sótano lleno de cucarachas dentro de la casa. Una niña encerrada en el sótano. ¿Alguien dijo cliché? Con todo y eso, esta coproducción colombo-estadounidense, protagonizada por Peter Facinelli (uno de los patriarcas de la familia Crepúsculo) y con actuaciones de los colombianos Carolina Guerra, Sebastián Martínez, Gustavo Angarita y la pequeña Julieta Salazar, es divertida, asusta y cumple con las expectativas del género. Todo, gracias a que su director Víctor García ya dirigió la última franquicia de la saga Hellraiser, hizo parte del equipo de efectos especiales de películas como “Hellboy” y además es hijo de la cantera más prolífica del cine de zombies, fantasmas, sangre por galones y posesiones demoniacas: el Festival de Sitges, en España. Allá, en esa cita anual donde todas las estrellas oscuras del género como Rob Zombie, Alejandro Jodorowsky o Álex de la Iglesia estrenan sus títulos, “Encerrada” (o “Gallows Hill”, como se promociona en inglés) tuvo su premier mundial. Esta pieza de terror multirracial, con escenas en spanglish que harían muy felices a los productores de los comerciales de Open English, no solo se queda con persecuciones y efectos especiales, sino que intenta generar terror a partir de los demonios internos de cada uno de sus personajes. Un particular híbrido de terror hablado en español, con los detalles de siempre de Hollywood y la clásica flacuchenta con el pelo en la cara que aparece de repente, marca por excelencia de “El aro”.

Hablamos con Víctor García, Carolina Guerra y Sebastián Martínez sobre hacer terror a la colombo-gringa, cómo hacer una película que asuste y sus primeros recuerdos asustándose frente a la pantalla.

Víctor García, director

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¿Cómo se encuentra el tono creíble y diferente en un género que se ha perfeccionado en Hollywood? ¿Cómo se hace terror que escape a las convenciones del género y se construya desde acá?

El terror lo generan los personajes. Cuando ves la película y te sientes identificado con él, es suficientemente creíble, a partir de ese momento comienza el terror. La combinación de idiomas tenía cierta gracia sobre el papel, pero cuando estábamos grabando nos dábamos cuenta si era mejor que algunas escenas estuvieran en español o en inglés. Fue un proceso muy orgánico teniendo en cuenta que tuvimos un proceso de preproducción de tres semanas y que los actores se conocieron entre ellos dos días antes. 

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¿De dónde nace su cercanía al terror?

Aparte de que me encanta el cine desde pequeño, uno de mis grandes ídolos es David Cronenberg. Siempre me ha gustado su cine, su manera de contar historias. De manera más consciente o inconsciente, termino encontrando cosas que me recuerdan no solo su obra, sino lo que sentía cuando veía su cine. Si no recuerdo mal, en 1982, cuando tenía como 8 años, entré a una sala a ver “Videodrome” y me pareció una locura que no entendía. Era un chaval. Me fastidió el hecho de que sin saber por qué, me tenía fascinado, no era una historia convencional, pero recuerdo las sensaciones que me provocó. Creo que por eso hago cine, para conseguir que alguien experimente un mínimo de lo que sentí frente a la pantalla.

¿Cuáles eran esas emociones?

Más angustia que miedo, era como una sensación de estar desnudo. 

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¿Recuerda cuál fue la primera película de terror que vio?

Mi primer punto de contacto fue la televisión. Ahí vi películas que me impresionaron como “El bebé de Rosemary” porque es de esas películas que tiene el poder de generar emociones tan solo con un personaje, el de la nana.

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Su impresión con el género fue más por la angustia que por ver sangre o muertos…

Me la paso muy bien con la sangre, he trabajado mucho en equipos de efectos especiales de maquillaje donde he hecho heridas y esas cosas, pero para mí esas películas no son de terror, son casi comedias y me la paso muy bien viéndolas. A veces ves películas como “The Devil’s Reject” de Rob Zombie que sí que tienen sangre pero es más importante la angustia que la sangre.

¿Por qué cree que la gente ve terror?

Es una especie de terapia. Puedes estar sentado viendo algo completamente absurdo, loco y sangriento, pero estás protegido, no es una realidad cotidiana. Para mí el terror está en los noticieros cuando ves lo que está pasando en Siria, en Rusia, cuando ves que la gente se está matando y nadie hace nada. Eso sí me da pánico.

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¿Cuál ha sido la última gran película de terror que ha visto?

Me lo pasé muy bien con “El Conjuro”. Me gustó mucho “Sinister”, tiene cosas muy interesantes. Me lo he pasado muy bien con muchas pero últimamente me está costando mucho que salga muy emocionado.

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¿Cuáles son las reglas que debe tener una buena película de terror?

Parece que necesitas una casa, un sótano y una niña pero no, no es necesario. Alguna vez le escuché a Guillermo del Toro que el principio de terror no es que veas a un fantasma, sino que el fantasma te vea a ti. Si tienes ese elemento, consigues un momento terrorífico. Puedes ver a Jason pasar, pero si Jason se queda mirándote con un martillo, estás muerto.

Carolina Guerra, actriz 

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¿Cómo se prepara una película de terror?

En nuestro país ni como actores ni como espectadores estamos tan acostumbrados al cine de terror. Todo el tiempo teníamos guía de Víctor y me parece que hizo un trabajo muy elegante en el que no se abusó de lo gore o de los efectos.

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¿Cómo es su relación con el terror?

Nunca he sido muy fan del terror, pero sí del suspenso. El terror me encantaba más por el lado de “El exorcista” o “El exorcismo de Emily Rose” que me parece impresionante. La actriz de esa película es mi ídolo en ese sentido. Esas de posesiones siempre me gustaron mucho.

¿Cuál es su primer recuerdo de haber visto una película de terror?

De chiquita cuando vi “El exorcista”. Me acuerdo muchísimo de la parte de la cabeza.

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¿Y ahora para Gallow Hill tuvieron que ver referentes?

Vimos muchas cosas, de nuevo vi “El exorcismo de Emily Rose” porque me gusta mucho la actuación de la niña. Víctor nos mostró muchos videos de efectos que quería hacer y era muy chistoso porque la gente que trabajaba en la película decía que no le gustaba ver películas de terror y que se morían del susto. Cuando la gente se resistía mucho nos poníamos a ver referentes de cosas que había hecho él. Nos sentábamos todas las noches en la casa en Sesquilé donde se rodó la película y veíamos cosas mientras comíamos ajiaco, que era la comida favorita de Sophia Myles (otra de las actrices). Era un poco raro estar comiendo ajiaco y ver a la gente así.

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¿Cómo lograr darle un toque especial y diferente a un terror hecho en Colombia?

La gente ya superó eso de que el terror es muy gringo y está probado que se puede lograr. En Europa son muy buenos en esto y Víctor tiene una gran experiencia. Era una cosa de tener algo bien filmado, una linda cinematografía, hacerlo verosímil desde la parte actoral y el resto se da. 

¿Cuál es la última gran película de terror que ha visto?

¡Uy, es que soy tan gallina que a mí me asustan todas! Me asusto hasta con “Mi novia Polly”. Hay una que siempre me gustó mucho, mucho, no fue la última, pero “Estigma” con Patricia Arquette, porque a mí ese tema de las posesiones me interesa. “El rito” de Anthony Hopkins me gustó mucho también. “Los otros” de Amenábar me encanta. 

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¿Qué tal fue la experiencia de estrenar la película en Sitges, el festival que rinde culto al género del terror?

Del putas porque yo nunca había estado en un festival de culto y es otra vuelta. Todo el mundo es de un rigor, el conocimiento de la gente es enciclopédico. Es una nota cuando la gente le pregunta a uno sabiendo muy bien de qué están hablando, y los fans llegan con todo perfecto y conociendo. Además allá nació la carrera de Víctor hace diez años cuando llevó un corto. Yo era la única colombiana y novata y fue una experiencia divina. Aprendí un montón, viví con mucho respeto eso y me di cuenta que es una cosa muy importante. Había películas increíbles, estaba Álex de la Iglesia, Alejandro Jodorowsky, todo el mundo. 

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Sebastián Martínez, actor

¿Hacer terror requiere una preparación actoral especial o diferente?

No hay una preparación diferente porque es una película que está en su justa medida, no es terror pasado como el gore, entonces estamos interpretando seres a los que los aborda el miedo, el horror, que es una emoción humana. No hay diferencia, así como en la comedia abordas otras emociones. Es un buen pretexto unir lo multiracial, las diferentes nacionalidades de los actores, para hablar del miedo. El miedo nos une a todos, nuestros miedos son los mismos acá o en cualquier lugar del mundo.

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¿Era fan del género de terror antes de empezar la producción?

No, nada, nada. Es más no veo cine de terror porque me causa demasiado miedo y me deja muy angustiado. Mi adrenalina corre por otros lados, estar en el escenario, las motos…

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¿Pero recuerda cuándo vio sus primeras películas de terror?

Sí, a mí “El exorcista” me jodió mal. En eso sí creo que el terror debe ser responsable. O más bien los padres deben ser muy responsables porque estamos hablando de temas muy serios, del miedo. Le tenemos mucho miedo al miedo. La vi muy pequeño y me jodió, me petrificó. Y desde ahí en adelante las que uno ve en la etapa de la adolescencia reunido con los amigos: Chucky, Freddy Krueger, El Duende...

Pero las veía...

No era capaz de verlas completas, y luego me alejé completamente. Es más, yo antes decía que ni por el putas iba a hacer una película de terror. 

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¿Para esta película buscaron referentes?

Fue muy raro porque entré a la producción dos días antes. Yo me inclino más por el terror sicológico. A mí me gusta más ese lado, cosas como “El resplandor”. El director estaba muy encima de que no jugáramos a ser monstruos sino dejar salir nuestros monstruos, los sicológicos, que nacen de pasiones y emociones.

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