Los “gringos” invaden el barrio Belén en Bogotá con La Cinehuerta

Por: Juan Sebastián Torres Pardo

Los gringos están invadiendo el barrio Belén con un lugar de cine y agricultura. En realidad, no son gringos, pero algunos vecinos los llaman así por su pinta. Son, en su mayoría, colombianos. Son "hipsters", como les dice Diego Parra -nuestro anfitrión-, mientras los va presentando uno a uno en la mitad de un asado que están armando con los vecinos en un sábado soleado. Esos hipsters trabajan como DJs, chefs y periodistas en el día, y en las tardes dan clases de inglés, francés, alemán, música, formación audiovisual, refuerzo escolar y de agricultura urbana a los niños del barrio en Casa B, un espacio de mediación y creación sociocultural. 

Algunos de ellos vivieron un buen tiempo fuera de Colombia, aprendieron sobre proyectos sostenibles, arte y agricultura, y volvieron para aplicarlo en un barrio que escogieron al azar pero del que se terminaron encariñando. Y ahora están estableciendo un proyecto que, sin razón alguna, mezcla cine y agricultura urbana: La Cinehuerta. 
En diciembre del 2012, Darío Sendoya, José Camilo Rodríguez -Chucho-, Jimena Gutiérrez y Diego Parra cogieron un lote en la Carrera 2Bis con 6D y lo convirtieron en un lugar de ocio y pedagogía. Un lugar de cine y matas resultado de una decisión arbitraria. A Diego le gusta la agricultura urbana y a Darío le gusta el cine. Así, de un lote repleto de escombros, cinco meses de limpieza y un montón de colaboración se creó La Cinehuerta.  

Pese a que algunos vecinos todavía los vean como "gringos", ellos no quieren ser percibidos como algo de afuera que entra, hace caridad y se va. De hecho, cuando le mencionamos a Diego la palabra caridad, él respondió rápidamente: "cero caridad, cero asistencialismo". De acuerdo al equipo detrás de La Cinehuerta, todo lo que se ha hecho y se haga en el espacio va de la mano con el barrio. Por ejemplo, la estructura que tienen para las proyecciones -hecha principalmente en guadua- la hicieron con la ayuda de Hábitat Sin Fronteras, quienes enseñaron a todos -el equipo de La Cinehuerta y los vecinos- cómo montarla y, sin una experiencia profesional en construcción, lo hicieron. 

¿Cómo funcionará La Cinehuerta?

Al entrar a La Cinehuerta se ve una mezcla extraña de cultivos y una sala de cine hecha de guadua. Aunque falta cosas por hacer, el lugar ya tiene algo de la magia que sus fundadores le quieren imprimir. Para ellos es importante que el barrio tenga un lugar de encuentro en donde los vecinos chismoseen y cuenten historias, ya que así se desarrollará más la comunidad. 
El equipo quiere que el horario La Cinehuerta sea el más conveniente para los niños del barrio, pero ya tiene pensado hacer proyecciones de 6:00 p.m. a 9:00 p.m. los viernes, sábados y domingos, y dictar talleres de 2:00 p.m. a 5:00 p.m. los viernes y sábados. La entrada será gratuita para niños y a adultos, para costear la electricidad, el aseo y el mantenimiento de algunos equipos, se les pedirá una contribución que puede estar entre 500 y 2000 pesos.

La cartelera tendrá una dosis importante de cine infantil, ya que los niños han sido un factor esencial en los proyectos de Casa B. Aparte del cine infantil, La Cinehuerta también tendrá:
- Documentales sobre el medio ambiente, la agricultura urbana, la conservación ecológica. 
- Cortos producidos en los talleres de Casa B.
- Cortos y documentales de producción local con el acompañamiento pedagógico de los productores y directores.
- Sala alternativa de festivales de cortometrajes, documentales, animaciones y largometrajes.
- Talleres de producción audiovisual.
- Talleres de agricultura urbana.

Apoya la campaña de crowdfunding
Lo único que les falta, porque tienen de todo entre todas las personas que han colaborado con sus oficios, es un poco de plata. En este momento están realizando una campaña de crowdfunding (financiamiento colectivo) en la plataforma colombiana La Chèvre para recaudar 20 millones de pesos. Pueden hacer aportes aquí: http://lachevre.co/proyectoDetalle.php?idP=262 Si logran llegar a la meta, tendrán todo listo para trabajar y en un par de meses el barrio Belén tendrá su propia sala de cine.