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Mayweather vs. Pacquiao, de pelea del siglo al evento más pop del año

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Por Álvaro Castellanos - @alvaro_caste

 Recuerda el cronista Alberto Salcedo Ramos, autor de la biografía de Kid Pambelé, que el boxeo es uno de los pocos deportes que no es un juego. El fútbol se juega. El boxeo, en cambio, se pelea. Es un deporte recio, exigente y, aunque violento, representa supervivencia, sacrificio, valentía, superación y un montón de metáforas más sobre la vida misma que, de repente, se nos caen todas juntas de un tiestazo cuando vemos a Floyd Mayweather Jr subirse al ring con Justin Bieber. Resulta que el mejor boxeador libra por libra del mundo es amiguísimo del muchachito y entra con él a sus peleas en una evidente jugada publicitaria que busca matricular a nuevos fanáticos en su lucrativo negocio personal. Por eso, creería que los que queremos que Manny Pacquiao gane la denominada “pelea del siglo” somos más.

 En Las Vegas, Mayweather y Pacquiao se enfrentan este sábado en una pelea esperada por años y que no sólo definirá el título mundial unificado de los pesos Welter, sino también al Rey del boxeo de nuestra época. ¿Pelea del siglo? Bueno, no sé. Estamos en 2015 y, sin poder viajar 85 años en el tiempo para comprobarlo, lo de “pelea del siglo” suena exagerado, aunque por las increíbles condiciones de ambos y especialmente por el dinero que moverá el combate, sí podríamos decir que se trata de un evento nunca antes visto.

 Es insólito, pero antes de subirse al ring del MGM Grand de Las Vegas, Mayweather ya se metió al bolsillo 180 millones de dólares y Pacquiao, 120. Ni las ganancias anuales de Cristiano y Messi juntas igualan el depravado platal que cobrará cada uno por este Super Bowl del boxeo, el cual moverá en total unos 1000 millones de dólares divididos en venta de entradas, derechos de televisión, apuestas y publicidad.

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 Dueño desde 2012 del trono de los deportistas mejor pagos del mundo, Floyd Mayweather Jr, de 37 años, viene de una familia dedicada al boxeo y acompaña su increíble récord perfecto de 47 victorias y cero derrotas con las más chabacanas manifestaciones de grandilocuencia económica. El tipo se hace odiar y parece que le encanta. Alguna vez se atrevió, por ejemplo, a criticar el estilo de Mohammed Alí, el mejor boxeador de la historia.

“La mitad de la gente paga para verme ganar y la otra mitad para verme perder, pero a fin de cuentas todos pagan”, dice “Money” Mayweather, que le rinde un espectacular tributo a su apodo. Así lo prueba su avión privado, su “harén” de mujeres con procedimientos en los glúteos, sus grandes garajes llenos de Ferraris, Bentleys, Lamborghinis, sus iPhones bañados en oro, sus joyas a las que no les caben una piedra preciosa más, su protector bucal laminado en oro con incrustaciones de diamantes, etc. Un derroche obsceno de riqueza que siempre queda documentado en su cuenta de Instagram(Ver perfil). Bien diferente a Pacquiao que, aunque también carismático, tiene un perfil mucho más bajo.

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A sus 36 años, “Pacman” (por el muñequito del videojuego ochentero) tiene más peleas que Mayweather (57), pero ha sufrido 5 derrotas y también registra 2 empates. Máxima celebridad deportiva en toda Asia, el filipino es conocido no precisamente por subirse al ring acompañado del tipo que canta el Gangnam Style. “Pacman” es un padre ejemplar, se mantiene casado con la misma mujer desde antes de ser famoso, proclama una fuerte devoción religiosa y dona millonarias cantidades a causas humanitarias. Su mediática figura también le ha dado para probar suerte en otros planos diferentes al boxeo, como la política, la actuación y hasta la música (tiene dos discos cantados en “tagálog”, idioma autóctono de su país). No obstante, pese a su austeridad, no escapa de los lujos. Para su enfrentamiento contra Mayweather, confirmó haberse gastado 3 millones de dólares en entradas destinadas a familiares y amigos. “Y no me hicieron descuento”, dice entre risas.

El “malo” vs el “bueno”. Así se perfila la pelea del siglo. El tipo que presume grotescamente su riqueza, contra el tipo ejemplar y bondadoso con los más necesitados. Entre todas las curiosidades que han trascendido previo al combate del siglo, se han dicho muchas cosas para cuestionar a uno y enaltecer al otro. Se comenta, por ejemplo, que Floyd hace 1000 abdominales por día, frente a unas 2500 de Manny. Vaya uno a saber. Sin embargo, según las apuestas, que no miden simpatías sino probabilidad de victoria, Mayweather es el favorito aunque por corto margen. El rapero 50 cent (con Mayweather) y el actor Mark Wahlberg (con Pacquiao) son algunos de los famosos que anunciaron apuestas millonarias para el combate de este sábado. A un día de la pelea, la posibilidad más lucrativa era jugarse por un empate, con lo que cada dólar apostado pagaría casi 20 en caso de que todos los jueces decreten igualdad técnica luego de los 12 asaltos.

 Los polos opuestos del combate que definirá al mejor boxeador de nuestro tiempo están marcados por estilos diferentes. Pacquiao es ofensivo. Así lo prueban sus 17 victorias por knock-out, frente a las únicas 2 que ha obtenido el estadounidense, quien de todos modos es favorito a ganar por la eficacia de su defensa. Aunque ataca menos, triplica a Pacquiao en su promedio de conectar jabs exitosos. Dicen los que saben que quizá el único punto débil de Mayweather es que tiene manos frágiles. Por eso, su falta de poder al concretar golpes lo lleva a vencer por decisión de los jueces, mientras que “Pacman” le apuesta a ganar sus pleitos por knock-out aunque arriesgue ataques en contra como le pasó en 2012, cuando su carrera parecía terminada al caer noqueado por el mexicano Juan Manuel Márquez.

 Pero entonces, ¿quién va a ganar? Aunque el pronóstico es reservado, un conocedor colombiano como Mike Schmulson, enciclopedia de béisbol y boxeo, cree que ganará Mayweather. “Si la decisión queda en manos de los jueces de Las Vegas, sin duda alguna ganará Floyd”, apunta el experto.

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 Al ser consultado sobre el combate de este sábado, el icónico Mike Tyson también habló sin filtros y trapeó el piso con Mayweather. “El boxeo ahora es diferente. Éstos son hombres de negocios y yo era un asesino nato”, decía esta semana el boxeador más devastador de los últimos tiempos. Célebre por masacrar a sus rivales en el ring y por despilfarrar una fortuna de 400 millones de dólares, para Tyson los careos previos entre Floyd y Manny fueron algo “muy sutil, muy bonito. Parecía que estaban en una biblioteca”, satirizando la solemnidad que se tomó al boxeo de primer nivel. Y sobre Mayweather, el hombre que le arrancó un pedazo de oreja a Evander Hollyfield en 1997 también fue contundente. “Mi madre siempre me dijo que si no puedes decir algo bueno sobre alguien, mejor no digas nada”.

En Colombia, tierra de 42 campeones mundiales, pero poquísimo seguimiento al boxeo, la pelea del siglo ha generado un súbito interés en redes sociales. Convertida en evento pop, ha capturado el interés de miles de fanáticos ocasionales que, con Google a la mano, creen saber más que Mike Schmulson. ¿Que no debemos posar de fanáticos del boxeo si no sabemos del tema? Hombre, pues sería lo ideal, pero eventos como éste están hechos justamente para que uno muerda el anzuelo del fanatismo de último momento. Es tan masivo por la plata que mueve y la prensa que se la he hecho, que usted ya estará llenando su Twitter de hashtags sobreactuados sobre la “pelea del siglo” y yo, publicando columnas alusivas como si supiera mucho del tema.

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