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Películas de curas, santos y nazis para calentar la Semana Santa

Estrenos del fin de semana: la nueva película de Lisandro Duque, lo último del director de "El Experimento" y un reemplazo a ir a misa a lo CSI Jerusalén.

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Por: Juan Pablo Castiblanco Ricaurte //  @KidCasti

El soborno del cielo
Director: Lisandro Duque 
☆☆☆

Lisandro Duque no es ningún aparecido en el panorama del cine nacional. Por el contrario, El soborno del cielo es la sexta película (sin contar su gran cantidad de cortos y mediometrajes) en más de treinta años de carrera del cineasta de Sevilla, Valle, que ya es reconocido por títulos como Los actores del conflicto (2008), Los niños invisibles (2001) o Visa USA (1986). Aunque se estrena en la antesala de la Semana Santa, la película no es uno de esos empolvados títulos que ilustran la Biblia al pie de la letra, sino que por el contrario es una aguda y sarcástica mirada sobre la religiosidad, la fe y hasta llega a meter el dedo en la llaga sobre la corrupción dentro de la Iglesia Católica. “Decidí hacer esta historia en cine por que vi que hay un retorno de la sociedad a la religiosidad, no solo católica, un dogmatismo y la gente ha ido adquiriendo hábitos religiosos; tú te despides de un amigo y te dice ‘bendiciones’, o uno ve la foto de una familia en Facebook y les comentan ‘Dios derrame bendiciones sobre esa bonita familia’”, explica Duque, guionista y director del filme, quien se inspiró en una anécdota similar de su niñez para escribir esta historia.  

Ambientada en Honda (aunque podría ser cualquier pueblo colombiano) en los años 60, cuenta la historia de un cura que se niega a dar entierro católico a un suicida y la división resultante entre la comunidad por este hecho. Con unos guiños al comunismo que quería eliminar el control de la iglesia, la película tiene un humor ágil y situaciones divertidas que recuerdan las atmósferas exóticas de los filmes de Pedro Almodóvar. Sin embargo, a pesar de la insólita historia que cuenta, muy cercana al realismo mágico por la forma en la que disfraza una realidad social con ficción tropical, la película se empaña por diálogos que se sienten muy recitados y una fotografía sin ambiciones.  De todas formas, no deja de ser una película con momentos divertidos, algunas actuaciones sobresalientes y con un tono diferente dentro del cine colombiano.

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