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Un encuentro con Esperanza Gómez, antes de convertirse en actriz porno

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Por: Fito Hamann - FotoComes Cake @comescake / Producción: Oh Margot! @_ohmargot

Esperanza estaba sentada al final del estudio, el color canela decorando sus piernas firmes cruzadas. Llevaba un short blanco y una camiseta corta con un logo púrpura de Playboy en relieve sobre su pecho. Nos recibió sin casi inmutarse, con esa actitud relajada característica de las personas que ya han comenzado a escalar hacia la cima del bien y del mal. - Quiero hacer porno - Fue la tercera o cuarta frase que me dijo. Yo estaba allí para hacer un especial para un programa de televisión regional sobre modelos caleñas que creé después de terminar con mi novia y que dirigí durante unos tres años. Ahora que lo pienso no estuvo mal eso de llenar con modelos el vacío que deja el amor.

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El estudio era de Alfredo Camacho, quien según dijo Esperanza en ese momento, era el único en quien confiaba plenamente para posar desnuda. A su alrededor revoloteaba un pequeño séquito de maquilladores y asistentes que estaban pendientes de cada uno de sus movimientos. Era inevitable pensar en ella como una diva. Aun así, su actitud descomplicada le restaba toda importancia al asunto.

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Para ese entonces, el año 2008, un grupo de fotógrafos de moda caleños preparaba una exposición para el Cali Exposhow, en la que cada uno produciría una imagen mezcla de moda y arte. Camacho, inspirado precisamente en Esperanza, estaba a punto de recrear a la Venus de Botticelli en una versión latina.

Con el equipo de trabajo de “Ángeles – para los ojos del hombre” (así se llamaba mi programa) llegamos una media hora antes de lo previsto, lo que me dio oportunidad de sentarme a hablar unos minutos con la que en ese entonces ya era una polémica modelo en una ciudad conservadora y morronga.- Voy a irme a Los Ángeles a hacer mi primera película, van a pagarme 7.000 dólares por un día de trabajo - Recuerdo que palabras más, palabras menos, dijo esto con cierto tono de incertidumbre. Aún no tenía idea del éxito que estaba a punto de alcanzar. Obviamente después de oír eso, le lancé una pregunta tras otra sin descanso. Ella las respondió todas como si le diera lo mismo contármelo a mí que a un viejo conocido. Agregó que era una especie de sueño que tenía desde su adolescencia, que amaba el sexo, y que tenía un plan bien trazado. También me contó una historia de un hombre que había tenido una relación de mucho tiempo con un transexual creyendo que se trataba de una mujer, lo que le dio paso a hacer una reflexión sobre lo que sería para las mujeres tener pene.

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Finalmente comenzó la sesión. Desnuda, pero con una habilidad tremenda para conservar las extensiones sobre sus pezones y sus piernas cerradas, empezó a posar, guiada por el séquito de expertos. Ahora tengo claro que la reina del porno es una mujer con absoluto poder de decisión sobre el ángulo de sus piernas. Poco a poco, la Venus apareció frente a nosotros. Un cuerpo latino despampanante, paratráfico, nos dejó boquiabiertos. Yo me dediqué a grabar, silencio absoluto en el estudio. En el lugar de repente solo hacía eco la voz de Camacho, a la que Esperanza acataba con gran rapidez, evidenciando la química fotógrafo-modelo, necesaria para conseguir el objetivo de una sesión en poco tiempo.

Por momentos, observando a los maquilladores y asistentes de un lado a otro a su alrededor, era más fácil imaginar el parecido con la inmortal obra de Botticelli. Y allí, como en el cuadro, sucedía lo mismo: podías mirar los detalles de la imagen completa pero tus ojos siempre terminaban clavados en el centro, donde gobernaba la diosa. Un poco de arte antes del porno?

Al término de la sesión, le hicimos un par de preguntas a Camacho, que era en realidad el objetivo del especial, y de paso, otro par a Esperanza.

Y aunque está claro que ya quedó atrás la modelo y la chica Car Audio del icónico bikini dorado, cuando la veo respondiendo preguntas a la prensa, noto en ella la misma frescura de entonces, como si nunca hubiera abandonado el camino de ascenso hacia la cima del bien y del mal.

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De hecho, es muy diciente que hoy en día, a casi seis años de esa noche, la foto de su cuenta oficial de twitter no revele el paso del tiempo y perfectamente parezca como si se la acabaran de tomar.

Si quieren juzguen ustedes mismos viendo la fotografía en @esperanzaxxx y viendo el video del especial (VER - advertencia: el especial comienza en el minuto 4.20)

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