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Mónica Giraldo hizo brillar la tradición en el Teatro Mayor

La magia de lo acústico y el poder de la tradición se sintieron el 26 de abril en el show de la cantante y compositora colombiana Mónica Giraldo

Por: Jenny Cifuentes @Jenny_Cifu

Nombrar como madrina a Totó La Momposina, que ella acepte, grabe,  y toque con uno en su show, es una brillante credencial en el circuito sonoro colombiano. “En la música lo nuevo es viejo y lo viejo es nuevo” dijo anoche Totó, cuando compartió tarima como invitada en el concierto de Mónica Giraldo- su ahijada en materia sónica.  Bajo esa premisa dada por  La Momposina, Giraldo ha desarrollado su obra con mucho talento y poca alharaca, rastreando la esencia de la música tradicional colombiana y traduciéndola a punta de guitarra acústica y  canto.

Con sus trabajos independientes, la cantante se ha movido con presteza en  una ruta nada despejada. Sus canciones no suenan en la radio, pero  han enganchado en otros espacios por sus cuerdas, su voz, y la complicidad de virtuosos músicos.  Por eso estuvo nominada a los  Premios Grammy Latino en 2008, ha tenido varios reconocimientos en los Premios Billboard y vale la pena explorar su obra que sobresale en el radar de lo under.  

Con el tema Molinos de Viento, la guitarra de Alejo Gomescasseres (Ciegossordomudos) abrió el show. La banda de Mónica,  que además celebraba en su presentación una década de estar tocando,  está armada de instrumentistas muy duros. El cuadro mostró al bajista Diego Valdés (curtido en las lides del jazz), al guitarrista y productor  Mauricio Pantoja,  el baterista Juan Sebastián Caicedo (quien diseñó el repertorio), al percusionista Urián Sarmiento (Curupira, Redil Cuarteto), el trompetista Batanga (músico de sesión de Andrés Cepeda etc.) y el bailarín Roiber Jiménez.  A través de sus primeros temas la vocalista evocó muchas noches sin dormir, la ingenuidad de algunos amores, el amor “que nos deja viendo un chispero”, y la tusa, “para la que la solución es bailar”. 

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Además, trepó  fortalezas de músicas eternas como el porro,  y en su tarea de traer lo viejo al presente invocó maestros de la composición como Pablo Flórez (autor entre muchos de Los Sabores del Porro),  en un bello instante en escena en el que versionó su canción La  Aventurera. Llegó el momento de traer a la tarima a Totó La Momposina y a su hijo, el percusionista  Marco Vinicio con quien la cantautora compartió golpes al cuero.  Fue claro el hipnotismo de los tambores. Las dos cantantes interpretaron a dúo el corte Así lo Canto Yo, inspiración de Giraldo dedicada a Totó que grabaron juntas hace un par de años. Como era de esperarse la audiencia se emocionó, pidió más canciones y finalmente la elegida por Totó y el combo fue Aguacero ´e Mayo. La veterana cantadora como siempre arrasando con todo. Tremenda. 

El show generó una espiral envolvente.   La cálida voz de Mónica que denota un estudio exhaustivo, mostró su cover acústico de Deja de Sidestepper y hasta el track del cubano  Guillermo Portabales, Junto al palmar del Bajio. La noche cerró con la exhibición del nuevo video de la artista: La Aventurera que se lanzará en un par de semanas. El concierto fue una perfecta ocasión para sentir cómo se reinventa la música colombiana en cabeza de una figura que aunque no muy visible en el mainstream, ha llevado teniendo gran eco, estos sonidos por el mundo.

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