Por: César Londoño
El Sónar 2015 a arrancado en Barcelona pegando muy fuerte, una tarde de Sónar en la que el pistoletaso de salida lo han dado artistas que centran su obra en la experimentación y la combinación de música y visuales, son shows para oír y ver, y espectáculos donde los artístas prácticamente no se hacen presentes y se trata de dejarse llevar por las imágenes y un sonido estruendoso.
La tarde del Sonar Hall comenzó con los británicos Lee Gamble & Dave Gaskarth, que con una base de electrónica underground fusionado con las visuales de Gaskarth.
A este impresionante show le seguía uno de los artistas emergentes más esperados para esta edición del 2015, el venezolano Arca, quien llega al Sónar en pleno esplendor luego de co-producir junto a Bjork su último trabajo. Arca se presentó en la tarde del Sónar acompañado de uno de los más reputados creadores visuales del Reino Unido, el señor Jesse Kanda, uno de los artistas plásticos europeos más solicitados en los últimos años.
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El jueves era el día de la experimentación, los ruidos y la sala oscura en el Sónar, pero todo esto con un nivel digno del siglo XXI y con artistas que sobrepasan las expectativas y con una capacidad de inventiva capaces de dejar boquiabierto a cualquiera que se pueda poner al frente de un escenario. Es el caso de Double Vision o mejor dicho Atom TM y Robin Fox. Sin duda uno de los espectáculos sonoros y visuales de avanzada, más impresionantes que se pedan ver en el mundo hoy en día.
La tarde la cerraba un regalo para el oído y para el alma. Poder ver en vivo y en directo a Autechre, es un absoluto lujo, que muy pocas veces se repite, ya que el dúo británico se deja ver muy poco sobre los escenarios. Padres de la electrónica abstracta y considerados por la crítica internacional como uno de los nombres más importantes de la joven historia de la electrónica. Un directo solo para los oídos, ya que Autechre hace su show totalmente en tinieblas, pero la verdad, no hace falta ver, estos sonidos se quedan metidos en el corazón para siempre.
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Aunque quizá sean muchas las cosas que se quedan por el camino por ver en los escenarios, imprescindible la presentación de Nazoranai, o lo que es mejor la reunión de algunas de las primeras espadas mundiales de la escena experimental, con nombres tales como Stephen O'Malley, Oren Ambarchi o el genio de la psicodelia japonesa Keiji Haino.
Otro de los nombre destacable que valía la pena sentarse a escuchar con mucha atención, al italiano Lorenzo Senni, quien es uno de los nombres que destacan en la escena vanguardista de los últimos años, un interesante trabajo de indagación entre el hard tecno y el rave.
Para cerrar la primera jornada del Sónar, y aún queda lo mejor, un divertido concierto ya de una banda como tal Hot Chip, que llegan al Sonar a hacer presentación doble día y noche y a presentar su nuevo trabajo Why Make Sense. Hot Chip es uno de esos grupos de pop que ha sabido encajar muy bien la electrónica, lo cual le permite el acceso a un festival de este tipo para codearse con los reyes de la experimentación. pero al Sonar lo principal es venir a bailar, Hot Chip levantó el Sonar al final de la tarde y lo puso a bailar.
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