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Deadpool y la cuarta pared: cuando los protagonistas hablan al público

Otra de las razones por las que amamos a Deadpool.

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Marvel Comics

“¡Oh! ¡Oh, hola! Sé que se están preguntando. ¿A quién le tuve que acariciar las bolas para tener mi propia película? ... no voy a revelar nombres, pero rima con Polverine.”

Por Julián Ramírez // @Sir_Laguna

 

Deadpool no es un superhéroe convencional, ya lo explicamos hace poco en un artículo, y una de las razones que lo hacen especial es la forma en que se comunica con nosotros. El buen Wade Wilson es famoso por hablar directamente hacia su audiencia para hacer bromas, referirse a lo que está pasando o manipular los eventos de la historia.

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Esto es conocido como “romper la cuarta pared” y es referenciado por el mismo personaje en una escena de la película.

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"¡Rompiendo la cuarta pared dentro de una ruptura de la cuarta pared! Eso son como... dieciséis paredes"

El concepto de la cuarta pared es algo que viene del teatro y que luego se trasladaría al cine, la televisión y hasta los comics y videojuegos. Se refiere a la “pared invisible” que separa a los actores de la audiencia. La idea es que aunque nosotros  podemos ver a los personajes, ellos no nos pueden ver a nosotros. Los personajes interactúan con su propio universo completamente separado del nuestro e ignorante de nuestra existencia.

Los comediantes fueron los primeros en “romper” esta convención. La posibilidad de hablarle a su público, o incluso simplemente mirar hacia ellos o hacerles gestos abría muchas nuevas opciones para hacer reír. Es por esto que Hardy y Laurel (“El gordo y el flaco”) y los hermanos Marx son reconocidos por ello, como también lo es el personaje Matthew Broderick, Ferris Bueller, el cual parodia el mismo Deadpool. Lo más curioso es que estos famosos protagonistas solían ser los únicos en sus respectivas obras que podían hacer algo así, a veces para confusión del resto de personajes. Algo que heredaría nuestro mercenario bocón.

Pero romper la cuarta pared tiene una implicación bastante curiosa, que los personajes que lo hacen sepan que están dentro de una obra de ficción. Esto les permite actuar con mucha libertad. Este es el caso de Deadpool, que está al tanto de que es un personaje de un comic y le ha permitido interactuar con elementos como los globos de diálogo o la numeración un modo bastante surrealista.

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“Deadpool, Deadpool, Deadpool… ¿hace cuánto no nos vemos?”

“Desde el tomo dieciséis”

Y no solo en los comics, cuando finalmente tuvo un videojuego en 2013 también aprovechó para burlarse de los clichés de este medio y hacer uso de ellos para su beneficio.

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Otro aspecto divertido de esto es que no impide que los personajes tengan conocimiento de eventos que ocurren por fuera de su universo. Mi broma favorita que aprovecha esto es la de “McAvoy o Stewart” cuando le mencionan al Profesor X, pues no solo es una referencia al mundo real sino que se burla un poco de la compleja situación de las líneas de tiempo en las películas de X-Men. “Es curioso que los vea solo a ustedes dos, es como si el estudio no pudiera pagar otros Hombres X” es otra gran broma que alude al bajo presupuesto del film.

Pero romper la cuarta pared no sirve solo para hacer bromas. Otros géneros han la aprovechado con propósitos muy diferentes. Un buen ejemplo es la serie de Netflix House of Cards, donde su protagonista Frank Underwood suele mirar a la cámara para comentar sobre sus propias acciones y dar contexto político mientras que en El Club de la Pelea el personaje de Edward Norton nos explica cosas como los cortes de edición para hacernos más partícipes de la historia (cabe aclarar que las narraciones en voz en off por si solas no son consideradas rupturas de la cuarta pared, pues son simplemente una historia que está siendo contada).

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Pero lo mejor es cuando este recurso se utiliza para hacer una crítica o reflexión sobre la propia obra o incluso el medio en el que está. Los personajes que ganan conciencia de que están en una obra de ficción también pueden usarse para comparar sus condiciones con las del mundo real, comentar sobre los clichés que usan sus historias e invitar a la audiencia a pensar sobre ello. Muchos autores incluso se hacen autocrítica de esta manera. El mejor ejemplo de esto es el comic Animal Man escrito por Grant Morrison entre 1988 y 1990 y lo aprovechó para comentar sobre la naturaleza de los cómics de superhéroes y hasta sobre los derechos de los animales.


Ver a Deadpool romper la cuarta pared para hacer bromas sobre Hugh Jackman o el mismo Ryan Reynolds es divertido y una buena forma de diferenciarse en el montón de películas de superhéroes que existen, pero puede hacer mucho más que eso; Es una poderosa herramienta narrativa que puede hacer las historias mucho más interesantes. 

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