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Ali Aka Mind es un héroe de mil caras en ‘Manjit 1’, su nuevo álbum

El rapero bogotano Ali Aka Mind presenta un viaje espiritual de desapego y aprendizaje.

'Manjit 1', nuevo álbum de Ali Aka Mind
'Manjit 1', nuevo álbum de Ali Aka Mind
// Portada oficial del disco

Descubrir las verdades escondidas bajo la religión y la mitología. Ese fue el propósito de Joseph Campbell al escribir El héroe de las mil caras. Quería comparar mitos de distintos lugares y momentos para entender, tras su lenguaje simbólico, qué dicen sobre la humanidad. Con el psicoanálisis como arma, Campbell presenta ese retrato: el de las mil caras que son una, el de las mil versiones que incorporamos en cada relato. Este libro, fuerte influencia de la franquicia de Star Wars de George Lucas, le dio a Ali Aka Mind forma y el fondo para comunicar sus ideas de forma distinta a como lo había hecho antes. ¿El resultado? Manjit 1.

Por Santiago Cembrano - @scembrano

Antes de su sexto álbum de estudio, el rapero bogotano de 39 años (que lleva casi la mitad de su vida en el hip hop), hizo una pausa. Una pausa obligada, claro: la pandemia del covid-19.

Venía de un par de años intensos de giras, colaboraciones y sencillos. Con el inicio de la cuarentena, en marzo de 2020, se sentó a leer lo que tenía pendiente. Reflexionó sobre su ego y su alter ego, su conciencia, su razón. Abrazó la multiplicidad que habitaba su interior y le puso nombre: Manjit.

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Los beats de T-Chord, productor de Manjit 1, se centran en el boom bap clásico y el color melancólico que caracterizan a Ali. También abren espacio para el drumless, el soul y el bolero, el funk y colores de blues.

Las letras, en su mayoría, son profundas y pesadas, pero los momentos más ligeros (Recreo) le dan balance al disco; así mismo pasa con las pistas. Para este nuevo trabajo, Ali invitó a PNO y Macko (Caciques del Altiplano, un homenaje al rap bogotano), Elias Wallace (, una canción de amor a modo de bolero), Masta Ace y Marco Polo (Masta Mind Polo, la unión con la escuela del rap neoyorquino) y la chilena Flor de Rap (Dicen que el perdón).

Ali Aka Mind
Ali Aka Mind
// Fabián Tobar

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Manjit

De origen indio y uso unisex, el nombre Manjit tiene múltiples sentidos. En sánscrito, hace referencia al ganador de la mente. El sijismo, así como el panyabí, lo explica como la que gana su propio corazón, conquista su mente y encuentra victoria en su alma.

Para el hinduismo, el significado de manjit es “querida”. Y Ali encontró un significado más, que cristalizaba el proceso en el que se encontraba y que luego plasmaría en el álbum: el buscador del conocimiento.

Durante la investigación y la escritura, Ali sentía que necesitaba un mentor. Lo encontró de forma inesperada en la muerte de su perro Jonson, un Golden con el que viajó por todo el mundo durante doce años. Esa muerte, referenciada en Buen viaje, le marcó el camino para dejar morir ciertas relaciones y sentimientos, así como deshacerse de lo que no necesitaba.

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El desapego es uno de los primeros puntos centrales del álbum, así como uno de los primeros episodios del héroe en su recorrido.

Hablamos con Ali de Manjit 1, su nuevo álbum.

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Ali Aka Mind
Ali Aka Mind
// Daniel Valencia

***

¿Cuál es el viaje de Manjit, el héroe de esta historia?

Es el de vivir un loop y buscar el escape. Es el de encontrar la salida en el rap. Es el de enfrentarse a la muerte y regresar. Es el de detenerse en el poder de la mente, de la creación, de lo que está vivo, tanto como en el dolor de un país que se desangra. Y es el del rap, finalmente, que vuelve como umbral de salvación, una nueva posibilidad. Al final, se abre una puerta hacia lo que viene. Luego de navegar en el lago más profundo, Ali, encarnado en Manjit, sale a la superficie a llenar sus pulmones de aire. El héroe continúa su viaje y la exploración de todos sus rostros.

Manjit 1, a través de la exploración espiritual y religiosa, con elementos del budismo en el camino, busca el desapego. ¿De qué te querías desapegar?

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La vida agitada genera un montón de ruidos externos que empiezan a silenciar las melodías internas. El desapego tiene que ver con la muerte, las formas de idealizar a las personas, las cosas y la vida misma. Ese era un inicio: entender que la vida está compuesta de muchos inicios y muchos finales.

Por otro lado, yo todo lo hago pensando en rap, pero uno de los apegos que tiene el rap es el materialismo. Y quise alejarme de esos apegos materialistas, de la marca de las zapatillas, y encontrar cosas más chimbas que tiene el rap. Como tener parceros por todo el mundo porque soy rapero o poder encontrarme con un rapero en un medio de transporte y poder hablar de rap una chimba.

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Volví a escuchar música vieja que hace mucho no oía, miré hacia mis inicios, valoré amistades, espacios, lugares, familia. Me mamé de Bogotá y me fui a vivir más cercano al campo. Me reencontré con la naturaleza, con las ganas todos los días de pararse temprano a mirar plantas y árboles. Empieza uno a darse cuenta de los detalles bonitos que tiene la vida y de los privilegios que tiene uno. Es necesario desapegarse de idealizaciones falsas y pretensiones baratas. Eso fue gran parte del desapego. El disfrute de este disco fue poder estar libre de un montón de cosas que se van acumulando. Cogí toda la ropa que tenía en el armario y empecé a sacar lo que no me gustaba y a doblar y ordenar con más cariño lo que sí me gustaba.

¿Quién es Manjit, tu alter ego durante el álbum, su narrador?

Todos tenemos un Manjit. Yo le puse así porque es un buscador de conocimiento. Se trata de esa voz que te acompaña, de esa sabiduría que no sabes de donde viene, de esos errores que te dicen “Sí, tómese esa cerveza”. Manjit te acompaña en todo. Yo me siento privilegiado porque mi Manjit es un tipo activo, inquieto y curioso. Necesitaba acercarme a ese ser que tengo adentro que es de una riqueza infinita.

Cada vez que me siento a escribir es el momento más rico que tengo con Manjit. Me siento yo, como Ali Rey Montoya, abro mi mente y de la nada vienen unas ideas a borbotones. No sé quién me las manda. Yo le digo Manjit a la persona que me las manda. Por un lado es como un dios, por otro lado es el dueño de mi alma. Pero también es un personaje superficial que recibe las cosas con ego. Manjit es un universo alrededor de mis pensamientos. En este disco es sano, Manjit me quiere sacar de los quilombos, me pone en un lugar tranquilo para que piense y tenga paz mental. Vamos a ver en qué evoluciona.

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Ali Aka Mind
// Daniel Valencia

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A propósito de “Caciques del Altiplano”, con PNO y Macko, ¿cuáles fueron esos nombres del rap bogotano que te marcaron? ¿Y qué caracteriza al rap bogotano?

En mi podio están Javy (Gotas de Rap), La Etnnia y CTO Crew. Gotas y La Etnnia fueron muy representativos. Recuerdo escuchar La Bolsa con todo mi parche, felices. Pero con CTO fue como “Wow, estos rapean como los gringos. Ahora sí hay métricas. No están pegándole solo a la caja sino que están jugando”. Sus historias tenían que ver conmigo, con las realidades de Castilla, Puente Aranda y toda esa zona. Yo era de El Galán, no de Las Cruces ni Ciudad Bolívar; también era un barrio pobre, pero con otras realidades. Ese era mi top en esta época. Es un sueño cumplido colaborar con ellos.

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Y el rap bogotano es boom bap, samples melancólicos de boleros. Suena a calle, a barrio, a frío. Bogotá no suena a fiesta, güevón. Es con las Timberland y la chaqueta Southpole. Eso es Bogotá. Con un aguardiente en la mano. Es represent: una ciudad gigante en la que todos se sienten orgullosos de sus barrios.

Manjit trae una canción de amor que es . ¿Cuáles son algunas de tus canciones de amor favoritas?

Es difícil. Yo lo que escucho no es tanto de amor; en el carro tengo un disco de remixes de Nas con beats de MF DOOM, es lo que escucho todo el día. Pero bueno, canciones de amor, no tengo un top. Alguna que me gustan son Nunca es suficiente de Los Ángeles Azules y Natalia Lafourcade, Se me olvidó de Gera MX con Rels B, Como bolero de Nanpa Básico, Mima de Al2 y Página de amor de Grupo Niche.

En Magnun Opus abordas la inspiración y creatividad. ¿Qué has aprendido sobre la creatividad?

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La clave de la creatividad es la curiosidad: estar con ganas de entender qué pasa, cómo se hizo, de dónde sale. Una vez estás empapado de un montón de ideas, las puedes empezar a conjugar de muchas maneras. Creo que los creativos más grandes del mundo han conjugado cosas que los apasionan.

A mí me apasionan las montañas y pintar. Todo el mundo pinta las mismas montañas, y yo pienso “¿Qué pasa si pinto la montaña desde arriba y cómo se ven abajo los pintores?”. Sobre todo, tiene que ver con la pasión. La creatividad llega cuando te encuentra motivado. Y hay que creérselas.

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Magnun Opus hace parte de un gran relato, compuesto por los drumless: luego de esta vienen “Arte, Luz, Intemperie” (o sea Ali) y “Mind”. Esta es sobre la obra, y entendí que tiene que ver con la influencia, como conceptos que reconstruyes. A mí el arte me llegó por mi familia. Mi papá siempre pintó, primero cerámica y luego óleo. Entonces por eso al principio de la canción llegan pintores y pinturas, como El sanatorio de Saint-Rémy-de-Provence o Autorretrato sin barba de van Gogh.

Y luego empiezo a meterme con la escritura, como Petrarca o Pizarnik, que me influenció por ser argentina y me enseñó a contar historias desde el sur. Y acabo hablando de mí: escucho a la mente que me dice que practique, hasta que las vísceras me digan lo que tengo que decir. Mis influencias se conjugan y muestran que la obra soy yo. Me cuido y me forjo como una obra. Y lo que produzco es arte.

Fire, una canción de denuncia política, acaba con un pedazo de Vivimos en guerra, de 2005. Es como si todo se repitiera: 16 años después sigues cantando de lo mismo. ¿En algún momento se vuelve agobiante pillar que la vuelta no cambia y que todavía es necesario hacer canciones como estas?

Sí, es una locura. Para mí fue una necesidad que no quería asumir. No sabía si otra vez debía cargarle al rap esto. Darly [la esposa y manager de Ali] me motivó un montón para participar en las marchas, y esta canción empezó con ese proceso. Si te das cuenta, la canción empieza con un recordatorio de que nada cambia.

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¿Quién no se cansa en Colombia? Estamos frente a un muro. Pero así como en cada disco mi energía me pide una canción de amor, también siento tengo que hacer una o dos de estos temas políticos y sociales que me atañen y que no me son indiferentes. Es una necesidad y hace parte de mi inspiración en el rap. Lo siento, lo vivo, me duele. Lo veo en mi familia, en mis amigos. Es una responsabilidad. Pero yo quiero hacerlo.

Estas canciones no inspiran a nada violento, es como “Reflexionemos, loco. Si nos miramos a la cara nos damos cuenta de que estamos todos en la misma olla. ¿Por qué nos tenemos que matar? ¿Por qué odiarnos tanto? ¿Por qué tirarnos tanto? ¿Por qué mirarnos por encima del hombro? ¿Por qué tanta indiferencia?”. Es más bien un reclamo como de que, loco, hay otros lugares donde la gente se trata bien y vive bien. ¿Por qué acá no podemos, marica?

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¿Puedes compartir alguna anécdota de una fiesta de casa re loca como la de Recreo?

¿Farras como la de Recreo? Muchas. Pero cuando estábamos bien pelados, por ahí en el 2000, yo iba a tocar con Capital Special en una bodega en Fontibón. Vamos llegando al lugar y estaba todo acordonado, había un camión del ejército metido en reversa en la puerta.

Eso era ilegal y olía mucho a marihuana. DJ High-S iba a tocar esa noche. Su papá era un mando alto de la policía, entonces a los diez minutos ya estaba en la casa con Alfa Gama, Macko, varios. Y nos fuimos a su casa. Llegamos a las 12 de la mañana, de viernes para sábado, y salimos el domingo a las 4 de la tarde. Pedían pollo y pizza cada tres horas, había freestyle. Había como 4 DJs haciendo fila y tocaban por cuatro horas cada uno hasta que tuvieran que comer o ir al baño: DJ Destroy, High S, Cas, creo.

Hubo gente que estuvo seis horas, se fue, trabajó y volvió por la noche con otra ropa. Yo duré dos días en esa casa. Dormí por ratos, vivía lejos. Llegó la policía en un momento y salió el papá de este man, creo que era general, y habló con ellos. Y entró y nos dijo “Hagan lo que sea pero dentro de la casa, que no salga nadie”. Fue una cosa re loca, tremenda. Vi desfilar a todo el rap bogotano por esa casa ese fin de semana.

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