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'Calzoncillo en la Cabeza' de Pérez: una mamadera de gallo con jazz y ruido

Una mamadera de gallo que se torna seria entre el jazz, el punk, el ruido y lo experimental. Así es ‘Calzoncillo en la Cabeza’, el disco debut de Pérez.

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Foto Cortesía Pérez
AnaGiraldo

Para sortear estos tiempos a veces toca ser superhéroe, aunque sea sin sofisticado disfraz antibalas o  sin capa deslumbrante, solo con calzoncillo en la cabeza. Este trío con poderes  vuela, crea su propia turbulencia y pone a rodar cortes de alto calibre sonoro.

Por Jenny Cifuentes // @Jenny_Cifu

El bajista Santiago Botero, el baterista Mauricio Ramírez y el guitarrista Quique Mendoza, con brillantes credenciales en la música colombiana, -parte de las filas de bandas como Meridian Brothers, Mula o Los Toscos-, aliados desde hace unos años bajo el nombre Pérez, con la P en el pecho, publicaron un disco que es material inflamable.

Mamadera de gallo que se torna seria entre el jazz, el punk, el ruido y lo experimental, obra de Superhéroes criollos con cueva en Bogotá, a los que se les multiplican los brazos. Improvisadores que se baten y entre uno que otro chiste, ponen a flotar al oyente. Pérez es una introducción autoayuda punketa con referencias a Darío Gómez, canciones para que los políticos se dediquen y se pongan serenata, delirios de ruido, un  track para algún policía  y poderosos desfogues instrumentales en su primer álbum: Calzoncillo en la cabeza, publicado bajo el sello In-Correcto.

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El bajista Santiago Botero nos cuenta sobre Pérez y sus canciones.

“El proyecto como idea llevan bastante tiempo. Al inicio éramos un dúo de bajo y batería, lo armamos cuando vivíamos en Holanda y, al volver,  lo empezamos a reactivar y lo convertimos en un trío. Llamamos a Quique para que se uniera con su guitarra y tocábamos, lo cocinábamos lento, y el año pasado se consolidó el grupo. Hicimos incluso una presentación en esa edición de Jazz Al Parque.

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Los tres tenemos una fuerte influencia jazzística, en el mejor espíritu de la última parte de John Coltrane o Mark Gustavson.

Quique es un gran referente de la historia del jazz en Bogotá. Hace parte de Suricato, Los Toscos y tiene su trío. Mauricio también toca mucho rock. Es baterista de Meridian Brothers y de San Alejo. Tiene ese bagaje que le da el pop. Lidia con tarimas grandes y mucho público. Además hace parte de agrupaciones que están fuera de Colombia como Molino y Dinosaur, que son de un corte más jazzístico y experimental. Yo soy integrante de Mula, Ombligo, Los Toscos. Yo estoy más del lado del rock. Toco contrabajo también y el bajo eléctrico lo asumo como un instrumento rockero, del punk y el hardcore. Me voy mucho hacia el funk aunque no hace parte del sonido de Pérez.  

Como este grupo lo hicimos en Holanda y en esa época, algo que uno como colombiano en el exterior vivía mucho, era que le decían: ‘Ah, el perico’. Un estigma. Entonces, buscando nombres, fue como ‘bah, pongámosle Pérez’. Claro que de una vez nos quisimos alejar de ese concepto, pero lo dejamos así.

Pérez es cortico y es como chistoso, un apellido y ya. Algo que define el grupo es la camaradería y el humor que tenemos internamente, o en las letras. En el disco hay algunas canciones medio cantadas, otras más serias de corte más introspectivo, instrumentales. Y en vivo también nos gusta hacer covers de bandas nacionales: por ejemplo Mugre o Paíto, llevar sus canciones al ruido a cosas experimentales como lo hemos hecho con la banda sonora de la película Rodrigo D: No Futuro (1990).

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El título del trabajo es de Quique. Se le ocurrió que debería ser como el superhéroe que se pone un calzoncillo en la cabeza, referencia también como la lucha libre. De hecho en la parte de atrás hay una ilustración de un tipo con los calzoncillos en la cabeza.

El grupo lo debatimos entre hacer cosas muy serias, y otras como tomadera de pelo, que sea divertido. Pero todo es muy pensado, planeado, un ejercicio serio”. 

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Este es Calzoncillo en la cabeza canción por canción

Introducción

En la introducción, el hermano de Quique, Fabio, que es locutor, recita como una “Desiderata” (un poema hecho canción balada,  muy vieja),  como un discurso de auto ayuda de Paulo Coelho sin mucho sentido, y con alusión a Darío Gómez cuando canta “el que inventó la navidad no estaba solo”.

Oro sucio

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Es instrumental, le dimos vueltas y vueltas. Al principio se llamaba Granito  de Oro.  La grabamos en una semana en la época del pasado Mundial de Futbol, antes de las Elecciones, en las que estaban saliendo a la luz hechos como los de Hidroituango. La letra dice: “por un granito de oro compré un voto, por un granito de oro callé a más de uno, por un granito de oro me compré un río, por un granito de oro engallé este culo”. Como una crítica a esas vainas traquetas. Quedó una canción cerrada, sin improvisación, un poco lejos de las cosas que hacemos usualmente.

Che-cho

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En este tema, primero se hizo la letra. Antes de las elecciones, de la primera y segunda vuelta, empezamos a mamar gallo diciendo cosas como no me baño porque soy un jipi, y voto en blanco porque soy un puto jipi. Luego Sergio Fajardo salió diciendo: voto en blanco, me voy a ver ballenas, y cosas así,  y la llamamos Checho, como Sergio.

Chulo Picho

Viene como  del mismo lugar de Checho. Un riff que se va armando. Hace referencia a un policía.  

En vos confío

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Música mía, en una onda muy de estado jazz vanguardia que se mezcla con el rock.  Hay una improvisación libre al principio, se va construyendo y aparece el riff y una melodía  medio abstracta, seguido de algo bien concreto y terminamos en un unísono  pesado.  Nos gusta que sea larga e intensa.

Parientes

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Es composición de Quique, tiene una melodía melancólica, remite a un lugar bucólico.

Gripa

Es una canción que yo tenía que era instrumental y le pusimos ese coro de “Tú siempre me dices qué hacer”. Arrancó pensándose como si fuera un niñitoal que la mamá siempre le dice qué hacer. Pareciera que tuviéramos unas novias que nos mandan, pero no. Se la dedicamos mucho a Duque. Es como lo que le dice Duque a Uribe. Un poco mamadera de gallo, jodemos con eso.

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