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Con su álbum debut, Sison Beats nos invita a su mundo

El MC de No Rules presenta el esperado ‘Welcome To The World of Nemesis’, un álbum que exhibe sus caprichos como la ropa y, sobre todo, el rap.

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Sison Beats - Foto: Alejandro lopera - @lopvisual

En Grupo Niche, uno de los sencillos de su álbum debut como solista, Welcome To The World of Nemesis, Sison Beats enuncia algunas de sus metas: “Calzaré Scottie, vestido de Ralph Lauren”. Estas son aspiraciones materiales que apuntan hacia Estados Unidos y la cultura material del rap que viene de allá. No oculta que su música rap bebe directamente del canon estadounidense; es más, lo hace explícito con cada referencia musical, textil o etílica. Pero esta no es una afiliación irreflexiva ni una mera repetición, pues inmediatamente después aterriza ese deseo y explora hacia adentro: “Sin hablar de 40s porque sigo en busca de mí, como Siddartha”. Que quiera esa ropa y esos tenis no lo lleva a hablar de armas que no tiene. En esos cinco segundos está condensado el encanto de WTTWON: la combinación redonda entre códigos universales del rap informados por toda una vida de escucha atenta y las ventanas y puertas a los sentimientos, búsquedas, dolores y alegrías del rapero de Medellín. Todo esto es rapeado con clase y su voz carrasposa, sobre instrumentales de la mejor factura.

Por Santiago Cembrano // Fotos: Alejandro lopera - @lopvisual

Welcome To The World of Nemesis empezó a gestarse tras el lanzamiento de Rap Nativo (2012), el debut de No Rules Clan, grupo del que Sison hace parte. En ese entonces hacían parte de Moebiuz, pero luego rompieron su relación y, con ella, parte de lo que habían avanzado para el álbum de Sison y el segundo de No Rules. Y, al fin, el disco salió el 3 de diciembre de 2019. Es compacto: nueve canciones y menos de media hora de duración. N. Hardem y Vic Deal son los dos colaboradores del proyecto; El Arkeólogo, AvenRec, Bizar Jams, D.J.H y el mismo Sison, los encargados de proveer las instrumentales para WTTWON. Junto con Pantone, el excelente segundo álbum de No Rules Clan que salió en mayo –y que, en mi opinión, es el mejor disco de rap en español del año–, el debut de Sison cierra un gran año para su colectivo. Su 2019 los reafirma como un grupo de primerísima categoría en el rap colombiano, luego de varios años intermitentes en los que Anyone/Cualkiera, el otro MC de No Rules, había aprovechado para adelantar dos EPs como solista. Con Pantone y Welcome To The World of Nemesis, Sison y No Rules proveen de píldoras para la memoria a quienes hubieran olvidado su impacto y potencial.

Algunos discos son fotografías que capturan un momento particular en la vida del artista; Welcome To The World of Nemesis, por otro lado, es un álbum de fotos: cada una retrata un momento distinto de cómo Sison ha vivido la segunda mitad de esta década. En las canciones –e incluso en la voz de Sison– es evidente el paso de los años entre una y otra, como si pertenecieran a distintas etapas. Por ello, la coherencia no es una virtud de la que goce el álbum –que, en ese aspecto, es más una compilación de canciones–, aún si las columnas que sostienen a Sison sí se mantienen constantes a lo largo del disco, es decir, de los años: la identidad clara es una de las grandes fortalezas del álbum, tiene un norte inconfundible. El resultado de WTTWON también es una muestra de respeto al proceso, a lo que quería decir en momentos particulares con los que todavía se identifica. “Por eso en Cromo, que fue la primera y la hice en un momento de soledad, digo que mis días son un filme de François Truffaut: yo vivo una locura, no sé dónde va a terminar el amor, todo es inesperado, muy de esa ola francesa de salir a rodar con la cámara. Así fue el disco: salir a rapear lo que me guste, de lo que sea”, me comenta Sison sobre el disco. Esa variedad fragmentaria puede ser incluso encantadora: permite acompañar y entender a Sison en su trayecto hasta llegar a La Bomba de la Plaza, el outro, que fue la última en salir y la que más representa quién es Sison y hacia dónde va tras publicar su debut.

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La premisa principal de Pantone de No Rules Clan fue explorar los distintos colores de rap de los que estaban enamorados, lo que le dio una enriquecedora diversidad sonora y estética al proyecto. En WTTWON, Sison abarca algunos colores que quedaron pendientes en su paleta: en You Know (prod. Bizar Jams), con Vic Deal, aborda el G-Funk de Los Ángeles de los 90; en Misil Afgano (prod. DJH) llega a la estridencia caótica que hoy propulsan varios raperos del underground de la costa este, junto con productores como DJ Muggs; en Haute Couture/Your Song (prod. El Arkeólogo y DJH) saca sus rapeos más sensuales y moteleros, en consonancia con las instrumentales; y la salsa rosada llega, cómo no, con Grupo Niche (prod. El Arkeólogo). Y, claro, cortes que habían salido en años anteriores como 33 Hi-Top y High Light, con N. Hardem, siguen siendo grandes rapeos. Hablando de todo y de nada a la vez, el disco avanza y van quedando las habilidades, la elegancia y el talento de hacer ver el rapear como algo tan innato para Sison como respirar.

El debut de Sison cumple la promesa de su título: presenta su mundo, entre referencias conceptuales, experiencias, cicatrices y una confianza en sí mismo altísima. Y, claro, muchísimo rap –tanto que, si alguien no es un enfermo del rap como él, puede cansarse de tantas referencias a canciones y discos a lo largo de WTTWON–. Desde el inicio, en Guess Who’s Back, anuncia que lo que viene es competición, que nunca paró, sino que estaba bacaneado y que su fe se mantiene intacta entre las tribulaciones. La competencia es la primera columna del disco: no hay lugar para raperos malos. A Sison le encanta competir, se nota cuando, en You Know, se jacta de que no caerá con ataques débiles porque el rap es un deporte de contacto. La segunda columna es la ropa y el consumo: desde Nautica hasta Polo Sport, pasando por un reloj Invicta, unas zapatillas Patrick Ewing o coñac Hennessy. Se nota que le gustan los placeres finos y aunque no pueda llegar a todos hoy, no deja de soñar con ellos. Y la tercera columna es todo el rap que se ha tragado para poder rapear así: Westside Gunn, Bone Thug N Harmony, Brand Nubian, Phat Kat, Heltah Skeltah, Guru, Snoop Dogg y Blahzay Blahzay son algunas de las referencias que inundan el álbum. Son como huevos de pascua que apreciarán los oyentes igual de dedicados que él. Y claro, las mujeres y la fiesta también son importantes, como lo demuestra Haute Couture/Your Song, o como afirma en Grupo Niche: “Amante de la noche y las bitches”. Todos estos temas los maneja con equilibrio, para construir un mundo balanceado.

Dentro de todos los ponches de competencia hay espacio para la reflexión y la vulnerabilidad. Estos detalles quizás pasen desapercibidos para un oyente distraído, pero en Welcome To The World of Nemesis Sison también nos deja entrar un poco en sus heridas. En Guess Who’s Back habla de los problemas emocionales que no evitaron que renunciara al rap; en Cromo admite sus cargos de emoción y que no contempla el suicidio a lo Capital Steez cuando pierde los papeles, aún si es experto en desaciertos; en Grupo Niche contempla que su carrera ha estado en un vaivén y que, irritado, ha acariciado el suelo. Sin embargo, siempre llega el rap como salvavidas, por eso se encomienda a él con tanta devoción. Esta introspección es clave para darle profundidad al álbum y elevarlo de nivel, para que, a pesar de tantas referencias, siga siendo su mundo, en las buenas y en las malas. Quizás podría explorar aún más, pues estos momentos vulnerables pasan tan rápido como llegan; en todo caso, son refrescantes y aportan a la construcción sólida de la identidad de Sison Beats en su álbum debut.

Si Sison se puede dar el lujo de presumir tanto es porque sus habilidades lo respaldan: es un gran rapero. Como el mar, puede golpear y tumbar lo que se ponga en su paso como en Guess Who’s Back o acariciar la arena con suavidad como en High Lights. El punto ronco de su voz también les da fuerza a experimentos con toques melódicos como Haute Couture/Your Song. Su flow, aunque siempre es firme, también puede ser perezoso y desganado, en el mejor de los sentidos: ni una gota de sudor corre por su frente cuando rapea. Y el continente, su voz, solo realza el contenido, sus letras, el principal atractivo de HTTWON: sin ser complejas, son efectivas y concisas. La Bomba de la Plaza, la canción que mejor refleja cómo rapea Sison Beats hoy, es muestra de ello: “Yo no te retuiteo, te reto al test. Se meten MCs, terminan más quemados que las Retro 3. Siente mi electric relaxation como A Tribe Called Quest. Vivo un día a la vez, pa’ morirme después”, enuncia con seguridad y un estilo innegable. Además, el ronco de su voz va de la mano con el sucio que tiene el disco, ese toque humano: el rap es mejor cuando no suena inmaculado. En eso, confiesa Sison, RR2: The Bitterdose (2018) de Roc Marciano fue una gran influencia.

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Para moverse por el mundo de Sison Beats no hay mapa ni GPS: es necesario conocer los códigos. Es un disco denso, y es denso a propósito. “Cientos de frases, referencias que no cazas”, rapea en La Bomba de la Plaza: es consciente de que varias de sus líneas pueden ser inescrutables y de que esto puede limitar los oyentes del disco. Nada qué hacer: así es su mundo, puro lenguaje de señas. “Quiero que el me escuche sea rapero. Si no es rapero, vaya y busque: lo volví rapero. Vaya e instrúyase. La gente que me sigue a mí es muy loca, sean muchos o pocos. Yo cito y voy al referente, le doy importancia. Y no lo doy masticado, no me gustan las rimas tan predecibles y sencillas”. También es una cuestión de respeto, explica, no quiere subestimar al oyente. Entrar al disco puede ser como llegar a un país sin conocer el idioma, por lo que también está la oportunidad de aprender la lengua y entender todo lo que antes sonaba borroso. Quizás requiere esfuerzo, pero definitivamente vale la pena.

En 33 Hi-Top, un drumless melancólico producido por AvenRec, Sison anuncia que está en sus días. La canción, un sencillo, fue publicada en diciembre de 2016, por lo que ese anuncio de Sison terminó funcionando como una profecía, como tantas otras de sus letras, del gran 2019 que tendría él junto con No Rules. “Yo sabía lo que se venía, que el rap nos iba a retribuir. Ahora están pasando cosas que no esperábamos, y siempre las tomamos como la primera vez: música hecha en cuatro paredes que sale sin pretensiones. Es nuestro momento. El que entienda de rap sabe que está bien hecho. Si está en nuestro paradigma de ser los últimos románticos de esta mierda, de todo lo que ha pasado y mantenernos fieles a nosotros, lo entiende. Es nuestro momento: se ha movido mucho el mar, asomamos la cabeza y el sol nos pegó. No estaba lloviendo”, explica. Este es solo el inicio: como presume en La Bomba de la Plaza, su romance con el rap no se cansa. Es tiempo de matar, ya Sison está en la casa.

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