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Diana Tovar se sumerge en ‘Canciones de Mar y Río’

La cantautora cartagenera se tomó su tiempo para debutar con un álbum que viaja por los distintos paisajes sonoros colombianos.

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Foto Cortesía Diana Tovar

Diana Tovar estrena Canciones de mar y rio, su primer álbum. Una placa discográfica que rinde tributo a la música colombiana. Desde el 2008 la artista empezó a construir estas historias que logró ensamblar muy bien con los músicos que la han acompañado durante varias épocas tras años tocándolas, moldeándolas y madurándolas en sus shows en vivo. Para sacar este álbum desde 2012 Diana recurrió a muchas convocatorias, esperando conseguir el apoyo financiero que necesitaba para hacer realidad la producción del disco, pero desafortunadamente no se ganó ninguna, entonces decidió no esperar más y publicarlo este año. 

El disco se iba a llamar Agua de rosas, pero finalmente se decide por un nombre que tenga que ver más con su origen, con Cartagena, con la costa, el mar y el agua. En él Diana no solamente quería destacar sonidos tradicionales como la cumbia y el bullerengue, entre otros, sino otros ritmos como el porro chocoano, el son, el currulao, el bambuco y el joropo. Por eso, en las canciones hay un conjunto de elementos narrativos que hace que el disco se haya enriquecido no solo en el aspecto musical. Ella no desconoce que este resultado se debe a un trabajo colectivo, donde la banda tiene mucho que ver así algunos de los músicos ya no estén, pero su aporte quedó registrado en las canciones.

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En el 2017 Diana fue invitada al Festival Audiovisual de los Montes de María, un festival con un contexto pedagógico, de canto y memoria. Hubo un taller de canto con jóvenes de la región en el que ella participó. En él pudo compartir con “los jóvenes de toda la región narrando sus vivencias, superando un poco más el tema de la guerra y el conflicto y hablando de temas cotidianos, niños que quieren tocar gaita, aprender y la mamá no quiere, son otras narrativas. Conocí El Salado y cuando regresé a Bogotá compuse una canción que se llama Vengo, inspirada en todo eso. Siento que soy un poco sensible, como una esponja que absorbe todas esas historias y las convierte en música. Es la resiliencia y la resistencia de un pueblo y una región que tiene demasiada riqueza cultural alrededor”, dice Diana.

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El álbum refleja las vivencias y sentires de una década de trabajo y hace parte de una investigación sobre las músicas colombianas de los litorales Caribe y Pacífico que Diana realizó enfocándose en los cantos de bullerengue como medida de reparación a las víctimas del conflicto armado en Colombia. Para su tesis de maestría en derecho titulada Memorias, Cuerpos y Música: la voz de las víctimas en Colombia, tuvo la oportunidad de entrevistar a las cantadoras Ceferina Banquez y La Burgos, de las Alegres Ambulancias en San Basilio de Palenque, a Pabla Flórez en María la baja y a la periodista y constructora de paz Soraya Bayuelo en el Carmen de Bolívar. De esta manera logró conocer las músicas tradicionales de cerca para componer sus letras y melodías. “Cuando hablé con Soraya Bayuelo me dijo que cantar es narrar dos veces, hoy sus palabras cobran más sentido que nunca y me siguen invitando como artista a explorar y crear”, cuenta Diana.

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Canciones de mar y rio fue grabado en los estudios de Audiovisión en Bogotá y producido por Oscar Alford, que ha trabajado con Richard Blair, Pedrina y Rio entre otros. Su exploración musical también la lleva a retarse y hacer un joropo (Juana Lucía) y un bambuco (Estoy), dos canciones complejas que tuvo que grabarlas aparte y no en bloque como hizo con el resto del álbum.  “Juana Lucía es un joropo hecho a mi manera, a mi estilo, pero con mucho respeto hacia esta música. Es una conversación entre dos mujeres. En esa época no conocía los llanos, pero después conocí Restrepo, Meta y pasé allá una navidad. Esta canción tiene que ver con mi experiencia profesional, también soy abogada, he trabajado en temas de género. Durante algunos años estuve haciendo orientación jurídica a mujeres y he trabajado con organizaciones de mujeres en lo público y lo privado, ya no lo hago directamente. Fue una gran experiencia conocer a muchas mujeres en muchos lugares, en Ciudad Bolívar y en muchas localidades de Bogotá, eran mujeres de territorios, del campo, de la ruralidad, algunas desplazadas. Juana Lucía está hablando con una amiga de que en el campo ya no hay tierras para cultivar, ya no hay nada, estamos jodidos no hay plata, de eso se trata la canción” dice la artista sobre la canción.

Este álbum es una exploración de ritmos colombianos y de sus propias historias. El agua representa para ella un movimiento que invita a viajar. Para explorar un poco esa sensación de agua y de naturaleza que quería representar hizo la portada del disco en Choachi, Cundinamarca.

Diana considera que el trabajo que han hecho muchos colegas durante más de dos décadas por el folclore colombiano ha dado sus frutos en el mundo. Artistas como Curupira, La Mojarra Eléctrica, Sidestepper, ChocQuibTown, Aterciopelados, Monsieur Periné, Bomba Estéreo o Cimarrón, que se arriesgaron a explorar con los sonidos tradicionales colombianos, no solo abrieron las puertas en otros países, sino que crearon un sonido propio que resuena dentro de las propuestas de las nuevas músicas colombianas.  

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Track by Track

Paciencia

Es un bullerengue que significa mucho para mí. Esta canción es la primera del disco, es el sonido que más tengo cerquita geográficamente y afectivamente es un canto que evoca a las grandes cantaoras con mi sentir más moderno. Se la canté a mi abuelo en el 2011, la compuse en el 2009.

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Agua de rosas

Para mí es un tónico de poder y libertad para las mujeres y para todos. La compuse porque andaba con agua de rosas en mi cartera, de ahí salió la canción.

Juana Lucía

Significa evocar esos sonidos tradicionales del Llano con el nombre de una mujer llamada Juana Lucía. Contar la historia de esta Colombia rural que habitamos con una mujer imaginaria con rostro propio.

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Beso de junio

Es la celebración del amor y de sentirse vivo o viva en una canción, relatar ese momento en el que uno está enamorado, tragado, ilusionado a montones.  Cuando le gustas o quieres a alguien, es sentirse emocionado con el amor.

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Durumba

Es una canción de cuna. Es de las más antiguas que compuse, como en el 2005, pero la quise incluir. Nos recuerda como nuestras abuelas y mamas nos cantaban para dormirnos cuando estábamos chiquitos. Durumba es un delfín con el que yo soñé y de ahí salió la canción.

Caminito

Es una canción que habla de un momento muy triste de mi vida, estaba un poco deprimida. Es un bambuco y se vuelve una cumbia porro.

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Luna que te coge

Es una canción un poquito triste que evoca al porro chocoano. Para mí es un canto a la luna, la compuse cuando me estaba duchando y no sé qué tusa tenía, estaba llorando y de ahí salió la canción, pensando en que todo ese va.

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Nostalgia del ñame

Es una champeta super alegre que evoca estos sonidos del Soukus, sabor de África, y relata la forma en que se prepara el famoso plato tradicional de la cultura Caribe. Soy cartagenera y mi lugar es mote de queso.

Estoy

Es un llanto silencioso, un bambuco super triste, una vivencia muy personal cuando tuve una relación, un novio que quise mucho y se terminó entonces era sacar ese duelo, esa tristeza. De las tusas quedan cosas.

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Amanecer

Es una canción con sabor a rio y selva que está inspirada en la música del Pacífico en forma de jula y currulao. Para mi significo cumplir el sueño de cantar con Lucia Pulido. Con esta canción empecé a sonar en la radio, es muy especial.

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