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Flash Amazonas, un surreal encuentro entre Ibagué y Tokio

El ‘Pony’ Maturana salvando el mundo (y fracasando), una fiesta subacuática con Higuita, esperar plata y aguantar calor. Eso es Flash Amazonas.

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Binary Birds - Flash Amazonas

El colonialismo y una gracia y sensibilidad particulares (además del hecho de ser los más paticortos del parche) terminaron por juntar a un japonés y un ibaguereño en una de las rarezas musicales más jugosos y surreales del año: el disco de Flash Amazonas.

Por Fabián Páez López @Davidchaka

Debieron haberse conocido en el Red Bull Academy de 2015 en París. Pero el destino (que para llamarlo por su nombre fue más bien el terror provocado por la lucha de clases global) los hizo conocerse un año después, en Canadá. El encuentro se había postergado por los ataques cometidos por miembros de ISIS en la Sala Bataclan y otros puntos de la capital francesa. Finalmente, ya como alumnos del Red Bull Academy 2016 en Montreal, una gracia particular y la sensibilidad experimental por la música electrónica los emparejó en un mismo proyecto. Julián Mayorga, músico experimental ibaguereño radicado en Madrid y creador de La niña cuántica, y Ryota Miyake, japonés, residente en Tokio y mente detrás de los proyectos Crystal y Sparrows, se aliaron para crear Flash Amazonas.

“Nosotros teníamos un chiste. Era que nosotros éramos los más pequeños, porque casi todo el mundo era gringo o agringado. O sea, gente muy grande, muy alta. Ambos decíamos que éramos los más cabezones y los de las patas más corticas. Pensamos que eso fue definitivo para que nos uniéramos. Y no es tan falso, porque la primera conversación que tuvimos fue cuando salimos a caminar por Montreal en un grupo grande. De repente, iba todo el mundo adelante y quedamos rezagados. Íbamos rezagados porque teníamos las piernas más cortas que todos. Esa fue la primera conversación que tuvimos. Medio fue un chiste, pero nuestras piernas cortas fueron decisivas”.

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Internet y sus cifras infladas están arruinando nuestro juicio musical Desde luego, esa concordancia en el biotipo que narra Julián no fue lo único que los llevó a trabajar juntos. Además de las historias populares alrededor del Pibe Valderrama y René Higuita (que bien conocía Ryota), la similitud más sonora entre esta dupla es el reconocimiento del colonialismo cultural norteamericano. Bien es sabido que Japón, aunque fue un imperio, en la época post segunda guerra mundial fue estudiado a fondo por la Oficina de Información de Guerra estadounidense. Lo que hizo que la intervención norteamericana en ese territorio, destruido y decaído, fuera refinada e instalada con sigilo gracias al reconocimiento de los patrones inamovibles de la cultura japonesa.

Tal y como pasó en los países del tercer mundo como Colombia, que se han construido bajo el dominio económico y cultural norteamericano, en Japón se criaron bajo los estandares culturales estadounidenses.

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“Hay cosas culturales en que confluimos un montón los colombianos y los japoneses, guardando las proporciones. Hay referentes en común. Son referentes coloniales, porque Japón fue muy pro gringa también, que es una cosa también muy colombiana; como que los estándares musicales son muy europeos, como que siempre estamos mirando para afuera. Ahora en Colombia mucho menos, pero esa es la actitud que hemos tenido siempre…En el humor también. Hay una vaina en la que nos encontramos un montón: si uno pilla los videoclips en los proyectos de él también ve que son muy chistosos. Más allá de que él no entiende mis chistes sobre Álvaro Uribe, pues sí confluimos en otras vainas”.

El resultado de esa combinación intercontinental es un disco que dibuja un espectro sonoro tan surreal como ocurrente. Binary Birds and Other Rubbish Surreal Things o, mejor dicho, Binary Birds y otras pendejadas, como quiso decir en un principio Julián Mayorga, es el encadenamiento de un intercambio de experiencias sobre lo irreal y la transgresión, una serie de miradas irónicas sobre el paisaje.

En ese mano a mano de intercambios, de viajes y de influencias, Julián y Ryota se presentaron a sí mismos con música. Fue un ejercicio para descifrar los códigos del otro.

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“Cuando empezamos a charlar, sin que existiera todavía la idea de hacer la banda, nos hicimos un par de playlist. Yo le hice una con cosas que yo oía y él me hizo una igual. Le puse vainas tropicales que a mí me gustan un montón (música antillana, música cubana de los 50, puertorriqueña, dominicana, colombiana y cosas internacionales que escuché durante mi adolescencia). Luego él hizo lo mismo. Me pasó canciones que él había escuchado cuando adolescente. Yo me he vuelto superfan de un tipo que tiene una banda que se llama Virgin Versus, es un viejazo, también Los Moon Riders, Tao Sakamoto. Fueron un montón de cosas. No necesariamente estereotípicamente japonesas o colombianas, sino también ingleses o gringos que nos gustaban”.

Acá está una playlist con algunos de esos referentes vía YouTube.

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Luego de llenar bastantes cuadros de Excel, de intercambiar sesiones digitalmente entre Tokio y Madrid; luego de que Ryota concretara una gira en Norteamérica con el enorme Thundercat, de coincidir en el Sónar Barcelona con Julián y luego de una visita rápida a Madrid que, en una jornada maratónica de un día que terminó por darle forma a 5 temas, Binary Birds fue lanzado en 2019 de la mano del sello bogotano In-Correcto.

Acá Julián lo comenta canción por canción.

Agua

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Es una fiesta de pescados submarinos, la selección del 93, y el Pony Maturana, ídolo del Deportes Tolima, salvando a la tierra y fracasando, por supuesto.

Baby Invasion

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Ese tema es un poco como un tributo a Pixies. Yo era muy fan de ellos cuando era chiquito. También es porque hay demasiados bebés blancos en el planeta.

Binary Birds

Es la primera canción en la que digo que extraño a mi mamá.

Don´t Be Sorry

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Hay un man que se llama Marco Passarani. Es un músico que estaba en el Academy. Cuando escuchó un tema que estábamos haciendo dijo que era música del salvaje oeste. Yo creo que este tema es así. Es además sobre no pedir disculpas.

Waiting for the Money

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Ese es un himno para nosotros. Todo el tiempo pelados y esperando que alguien nos pague alguna platica que nos tiene por ahí encaletada.

So Much Hotness

Ese es de los temas que hicimos una tarde que estuvo Ryota acá en Madrid. Se llama así porque hacía un calor bestial. El calor madrileño es una bestialidad. Son 40 grados a la sombra. Yo soy calentano, pero el calor de acá es muy bestia y muy seco. Es un himno para morirse del calor.

Romanian Dreams

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Ese tema me gusta un montón porque hay un sample de una voz que es de una amiga mía que se llama Angelika, que es una mujer romana. Yo estaba trabajando en una obra de teatro con unas mujeres romanas con las que descubrimos que entre la gente pobre de todo el mundo tenemos experiencias similares. Ese tema lo hice en un ensayo que fue improvisado. Luego le mandé a Ryota una base muy sencillita y él convirtió eso en la canción.

I Never Cry

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Es una canción religiosa. Es como cristiana, pero tiene la actitud del antiguo testamento, como del dios vengativo. El otro día hablé con alguien que le gustaba mucho y me decía que le arruinaba un poco el tema saber que era religioso. Yo no soy religioso, pero quería hacer una canción religiosa y lo que me salió fue eso.

Ie ni Kaeritai

Quiere decir Me quiero ir a mi casa en japonés. Se llama así porque un día estábamos en un concierto que habíamos tocado ahí, pero era muy tarde. Yo soy malísimo trasnochando. Yo ya me quería ir a la casa, estaba tocando un amigo nuestro que queríamos que terminara ya su set y yo le pregunte a Ryota que como se decía me quiero ir a casa.

Phantasmagoria

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Es el caldo primigenio de Flash Amazonas. Yo quería hace un bolero y nos salió el tema este. Tiene un significado especial porque ahí fue que nos dimos cuenta que pasaba algo entre los dos.

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