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El irónico desenlace de la campaña Maravilloso Indie

ONErpm quiso impulsar el maravilloso indie criollo, pero terminó por ser una cagada de magnas proporciones. Y también una lección de planeación.

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Cortesía ONErpm

Los carteles que puso la compañía ONErpm para impulsar el realmente maravilloso indie criollo terminó por ser una cagada de magnas proporciones. Y también una lección de planeación.

La sucursal colombiana de la compañía estadounidense de distribución digital ONErpm lanzó una campaña para impulsar el indie criollo. Aprovechando la creciente movida de la música alternativa local, escogió algunas de las bandas bogotanas que están afiliadas a sus servicios de distribución y pegó carteles con sus fotos en varios puntos de la ciudad. Todas con el nombre de la campaña: Maravilloso Indie. También nos envió un comunicado de prensa haciendo el anuncio.

Maravilloso Indie, además de ser esa serie de carteles pegados por la ciudad, inaugura un evento: los showcases Maravilloso Indie. Se realizará en el bar el Chamán y los invitados son Piel Camaleón, Mr. Bleat, Armenia y Kokodrilo. Pero volvamos a los carteles.

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La campaña de ONErpm contemplaba también que las bandas se tomaran fotos en frente de sus carteles gigantes y las compartieran a través de sus redes sociales. El problema fue que quien los pegó (o quien decidió donde pegarlos) cometió un error que, por el contenido que involucra, no parece tan inofensivo. Los carteles de Oh’laville, Nicolás y los Fumadores, Quemarlo Todo Por Error, Las Yumbeñas y Babelgam estaban pegados encima de los que había puesto el Centro de Memoria Histórica en el marco de una necesaria campaña de sensibilización llamada ¿Dónde están los desaparecidos? Ausencias que interpelan, instalados en los muros bogotanos a propósito de la Semana internacional del detenido desaparecido.

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Después de recibir comentarios y burlas en Internet, algunas de las bandas que participaron en la campaña, incluso, presentaron un comunicado al respecto. La Yumbeñas, por ejemplo, hicieron un paso a paso detallado de sus actividades.

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En las redes de Quemarlo Todo por Error también apareció un lamento “por la cagada” de tapar los carteles. Una cagada que, dicho sea de paso, dio pie a uno de los nombres más ingeniosos para renombrar la campaña a “Taparlo todo por error” (de felipeorjuelaruiz).

Babelgam y Nicolás y los Fumadores también se disculparon a través de su Instagram. Desde luego, queda claro que ninguno de los músicos sabía en dónde iban a pegar los carteles y que, ver sus caras en tamaño Transmilenio por la calle, en una ciudad cuyo espacio público tiene poco de público, es emocionante e impactante.

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El caso, de todos modos, no deja de ser curioso. Sobre todo, cuando solo hace unos días la que invisibilizó a los desaparecidos, unos de tantos, los del Palacio de Justicia, fue la Fiscalía. 

 

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