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EL BICENTENARIO DE LA INDEPENDENCIA

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Imaginen un festival con 1102 escenarios simultáneos. Un festival donde caben todos los géneros,  todas  las  generaciones,  todas  las  regiones. Imaginen  el  cartel  de  este  festival. Juanes en Quibdó cantando junto a un rapero local; Carlos Vives en Leticia alternando con unas cantadoras indígenas; Fonseca y Cepeda en Tame alternando con músicos del folclor llanero; Totó la Momposina y Dr. Krápula cantando juntos para 80.000 personas; un palabrero wayuu soplando un caracol desde la ventana del Capitolio Nacional, previo al más grande mapping realizado en el país en la Plaza de Bolívar; cientos de orquestas de Batuta tocando en  sus  municipios;  bandas  de  rock,  orquestas  tropicales  y  de  salsa,  hip-hop, vallenato, músicas urbanas y grupos folclóricos sonando al mismo tiempo en todos los municipios del país y en 42 países en el exterior. Los más importantes escenarios de las grandes ciudades junto a la voz de la Colombia profunda sonando simultáneamente en las localidades más alejadas.

Parece algo imaginado, pero fue real. Un gran concierto, el más grande que se haya realizado jamás en nuestro país y quizá uno de los más grandes del planeta, ocurrió para celebrar el bicentenario de nuestra independencia. Más de 100.000 músicos en escena, incluyendo maestros  mayores  y  grandes  figuras,  jóvenes  creadores  y  escuelas de  niños, músicos  populares  y  académicos,  tradicionales,  modernos, indígenas,  campesinos  y urbanos.

Se calcula que cerca de cuatro millones de personas asistieron a los conciertos en todo el país, y que otros tantos lo vieron por la transmisión en directo que hizo la televisión nacional. Una inmensa polifonía que nos mostraba a qué suena este país megadiverso, que nos permitió mirarnos y reconocernos en la diferencia, que nos mostró otra manera de estar todos juntos.

"Un gran concierto, el más grande que se haya realizado jamás en nuestro país y quizá uno de los más grandes del planeta, ocurrió para celebrar el bicentenario de nuestra independencia con más de 100.000 músicos en escena".

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El Gran Concierto Nacional se celebró en dos versiones preparatorias en el 2008 y en el 2009, y finalmente en el 2010, 200 años después de nuestro grito de independencia, sucedió un concierto histórico que fue liderado por el Ministerio de Cultura y en el que participamos todos.

En la noche del 20 de julio, la Plaza de Bolívar a reventar en Bogotá vivió una gran ceremonia simbólica producida por el Festival Iberoamericano de Teatro, donde la  música, la danza, la  luz, el sonido, el mapping y los fuegos artificiales se unieron para conmemorar el nacimiento de nuestra nación, en un evento de gran formato nunca antes visto en Colombia.

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Más allá de una celebración o un gran concierto simultáneo, fue una metáfora de unidad en la diversidad, y la demostración de que si un país aprende a escucharse, a entender que a pesar de nuestras diferencias todos cabemos en él, es un país que puede construir la tan anhelada paz. 

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