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Lo mejor y peor de Rock al Parque: @Jenny_Cifu

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Por: Jenny Cifuentes @Jenny_Cifu / Foto: Archivo Shock

El mejor show: Apocalyptica 2005

Cuatro chelos  y un batero  hicieron que se agrietara el parque abarrotado de gente en el cierre del festival de 2005. Los finlandeses de Apocalíptica salieron al escenario como una metralla versionando Master of Puppets (Metallica).  Ofrecieron un show majestuoso con un particular formato que desbarató prejuicios de géneros y estilos, escarbando las tripas del rock entre el virtuosismo, desquicio de cuerdas y arcos, el derroche de luces, un incesante agite de melenas y la comunión con el público. Las carpas de los medios se sacudían, se veía la masa rendida,  en éxtasis. Apoteósico.

Un momento memorable: paz, amor y pogo

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1998, el ambiente estaba muy caliente ese día en el Simón Bolívar. En el cartel, La Pestilencia y  A.N.I.M.A.L de Argentina entre otros, hicieron que un enjambre roquero se congregara.  El mar de gente era alucinante. Quizás más de cien mil asistentes. El público con la euforia a la máxima potencia se impulsaba cada vez más hacia el escenario, se apretujaba, parecía que algo iba a explotar, incluso hubo algún incidente con unas vallas. Sólo bastó que Dilson Díaz de La Peste pidiera un paso atrás para apaciguar a la masa.  En ese instante las miles de personas que  minutos antes deliraban exaltadas, como juiciosos niños de primaria, sin ninguna réplica hicieron caso y luego saliéndose de la “rudeza” metalera y otras poses, soltaron la risa viéndose como infantes regañados.  El tapete humano se vio retroceder en armonía y siguió firme en una de las jornadas con más poder roquero y pogo del festival.  

El peor show: las levantadas del público

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Los peores shows del festival los ofreció el público en ediciones pasadas. Es evidente que la audiencia ha cambiado, ahora es más tolerante, sufre menos de posturas radicales, pero en algunas ocasiones anteriores los abucheos, monedazos, lanzadas de tierra, piedras o lo que se tuviera a mano, fueron actos del monstruo en que se convertían los espectadores cuando no se conectaban con una banda. En el 98, El Bloque, que marcó precedente para la llamada hoy nueva música colombiana, fue levantado a chiflidos y monedazos, y Ciegossordomudos, agrupación con músicos de gran trayectoria: Pablo Bernal (Carlos Vives & La Provincia), Alejo  Gomezcáceres (Aterciopelados) y Jota García (Sonorama), por los gritos del “respetable” exigiendo que se bajaran, abandonaron la tarima en sus primeras canciones.  Tratamiento similar de abucheo, que provocó vergüenza ajena con la banda, le dio el público en el 99 a Laberinto, un grupo Venezolano que unía hardcore con ritmos latinos, mixtura nada despreciada en la actualidad por amplios sectores. Y para cerrar, otra sacada de sangre para la muestra: el cantante de La Mosca en el 2000 terminó con la frente abierta víctima de una moneda, pero como cantaba Freddie Mercury: “the show must go on”.

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