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Los Tigres africanos llegan a comerse Rock Al Parque

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Por:  Álvaro Corzo V. // @corzo360

“Entendemos el dolor de la guerra por eso estamos convencidos en cantar”

Nada ha podido con este combo de sobrevivientes, ni la guerra civil de su natal Sierra Leona que mató a más de cincuenta mil de sus hermanos, ni mucho menos la última ola del Ébola que se llevó otras cuatro mil personas en su país, donde a pesar de todo y sin tener casi nada se sigue soñando con la esperanza. Sueño que persiste en parte, gracias a la voz de esta feroz banda.  

Los Sierra Leona´s Refugees All Stars se toparon en campo de refugiados en Guinea luego de huir de la guerra civil de su país a finales de los noventa. Fue allí, en medio de la pobreza y desolación de la selva, y bajo la protección de las Naciones Unidas cuando formaron la banda que no solo cambiaría sus vidas sino que a su vez rescribiría la historia de la música africana. Hoy, diez años después de haber retornado a su país, de conquistar el World Music y de haber llevado su africanísima mezcla de roots reggae y afrobeat por todo el mundo aterrizan por primera vez en este lado del continente americano. Nada menos que en Rock al Parque, este domingo 16 de Agosto en la tarima Bio del Parque Simón Bolívar.

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A propósito de la visita de estas fieras del sabor Africano rescatamos apartes de una entrevista que tuve con Reuben Koroma, líder de la banda para Shock en 2013 en Nueva York. En ese entonces los siete integrantes de la banda no habían tenido que huir nuevamente de Sierra Leona, como lo hicieron a finales del 2013 cuando el Ebola comenzaba a pegar duro en el este de África. Sin embargo en ese entonces sus palabras eran ya premonitorias.

“Nuestra música tiene solo un propósito y es reconstruir los sueños perdidos de nuestra gente, alivianar el dolor de la guerra, de la muerte. Ese es el corazón de la banda,  la responsabilidad con nuestro pueblo, no importa de donde venga el sufrimiento o cuantas veces haya que huir para sobrevivirlo”.

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Reuben, compositor y arreglista de la banda oriundo de Freetown, capital de Sierra Leona, una pequeña ex colonia británica de tan solo seis millones de habitantes al este de África, huyó de su país a Guinea cuando el Ejército del Frente Revolucionario, enemigo del gobierno de turno, asesinó a su hija y hermana antes de prenderle fuego a su casa frente a sus ojos.

“La
 música fue lo único que no nos dejó morir el espíritu colectivo, nos unió, nos convirtió en familia, nos hizo luchar por la esperanza”, recuerda Reuben de los días difíciles durante los ochos años que vivió en el campo de refugiados junto a Grace, su esposa, con quien se sentaba en las
tardes a cantar con una guitarra de tres cuerdas en las gradas de una choza sin techo. Fue así como logro reunir el rebaño de sobrevivientes que al igual que él, encontrarían el escape perfecto a la realidad de la guerra. Roots Reggae.

Desde entonces el mensaje de perdón y reconciliación de la banda, la cual fue protagonista de un aclamado documental en 2005,  ha resonado por todos lados desde el festival SXSW en Austin, Texas, el Summer Stage del Central Park en Nueva York,  Bonnaroo en Tennessee, Fusion Music Festival en Alemania hasta el palacio de la opera de Sídney. Colaboraciones con grandes de la talla de Aerosmith, U2 y Keith Richards así como productores  como Steve Berlin, Ticklah y Iestyn Polson hacen de estos tigres africanos no solo un icono de su país sino de la música de su continente, esparciendo sus seguidores por todo el planeta cada vez que iluminan los escenarios con sus canciones cargadas de fe, esperanza, muchos cueros y el más sonoro groove africano.

Ahora llegan al Simón Bolívar con su cuarto disco, Libation, muy distinto al primero que grabarían en el mismísimo campo de refugiados alrededor de una fogata. Este mezclado en Londres es todo un tributo lo mejor del reggae del este de África. Una mezcla de ska de los años sesenta con Downbeat y mucho Roots, un regreso al sonido autóctono que llaman Jolly muy similar a la soca, así como al Baskeda y Gumbe, ritmos africanos prácticamente extintos. Sonidos que llegarán a Rock Al Parque como parte de su tour mundial de más de treinta fechas por los cinco continentes.

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“La música es nuestra cultura, nuestra Sierra Leona, nuestro universo. Por eso lo importante de ayudar como sea. Si no nos ayudamos entre nosotros nadie habrá de hacerlo” decía Reuben en ese entonces al preguntarle de la responsabilidad que sentían como banda para ayudar a su pueblo. Al día de hoy la mayor parte de las ganancias de sus discos siguen siendo donados a distintas fundaciones a favor de refugiados en África. “Nuestro propósito siempre irá más allá del entretenimiento, queremos ayudar a restaurar nuestro continente”.

Así ocurrió con las ganancias de su canción  “Living like a Refugee” de su primer álbum, el cual se ha convertido en todo un himno para los refugiados de ese continente. A pesar de que la banda viaja hoy por todo el mundo y graba entre Nueva York, Londres y Freetown siempre hay tiempo pero sobre todo voluntad para visitar los distintos campos de refugiados como embajadores de la ONU y la Cruz Roja Internacional.

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Actualmente trabajan en The Long Road Project, un ambicioso álbum orquestado por la Cruz Roja el cual saldrá al mercado a final de año con más de 10 músicos provenientes de lugares con conflictos armados. Refugiados, desplazados, exiliados, entre otros sobrevivientes de la guerra hará parte de este disco liderado por la banda de Sierra Leona.

“Es tiempo de unir las manos. La música tiene que volver a ser ese ritual para curar las heridas de toda la humanidad, por eso hay que ser muy fuerte, caminar hacia adelante sin importar lo que quedé atrás. Esa fue mi única manera de seguir viviendo luego de los horrores de la guerra. Este es mi mensaje para todos los refugiados y exiliados del mundo entero y en especial para toda la gente de Colombia que ha sufrido” concluyó en ese entonces Reuben la preguntarle sobre nuestro país y el sufrimiento que han dejado las más de cinco décadas de violencia.

“El sufrimiento del pueblo es una responsabilidad de todos, no se le puede dar la espalda, de lo contrario nunca lograremos la paz ni mucho menos cambiar el mundo”.

No se los pierda este domingo 16 de agosto a las 7:40 pm en la tarima BIO 

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