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“Havana Moon”, la película de los Rolling Stones que Uribe no aprobaría

El próximo 23, 24 y 25 de septiembre se verá en pantallas gigantes el concierto que los Rolling Stones dieron en Cuba.

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El 23, 24 y 25 de septiembre, Cine Colombia proyectará la película sobre el concierto que The Rolling Stones dieron en Cuba. El show más importante de su última gira, y una metáfora de que tarde que temprano hay que darle el sí a lo imposible, ya sea el rock o la paz.

Por: @chuckygarcia / Foto: Cortesía Cine Colombia

El próximo 2 de octubre los colombianos asistirán a las urnas para darle el “Sí” o el “No” final a los acuerdos de paz firmados entre el Gobierno y las FARC en La Habana, y una semana antes se proyectará en salas de cine de todo el país (en tres únicas funciones), la película concierto sobre el paso de The Rolling Stones por Cuba. ¿Acaso no fue el mismo e inolvidable show que vieron en Colombia y en el resto del continente dentro de su gira América Latina Olé Tour? Sí, pero véanlo de este modo: de la visita de la banda al país del Sagrado Corazón de lo que más se sigue hablando es de un puesto de obleas que ahora algunos dicen que no es el original; de su estadía en la isla quedó una película de 116 minutos y en la que sus propios integrantes relatan la experiencia vivida en un lugar donde nunca lanzaron un solo disco oficialmente.

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¿Estaba The Rolling Stones Havana Moon entre sus planes? Seguramente sí, incluso antes de que este show anunciado como una fecha de último momento se concretara. Estamos hablando de una agrupación y marca que es como una corporación bancaria multinacional, y si los bancos no regalan nada pues por qué los Stones tendrían que hacerlo. Claro, fue una fundación caritativa de Curazao la que pagó su show en Cuba (y que por tratarse de un concierto gratuito de los Rolling solo tuvo que cancelar 7 millones de dólares por concepto de suministros, según se dice), pero sin duda esta película le retornará a Mick Jagger y compañía el dinero que no recibieron en su momento.

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Desligándola de todo este tufillo corporativo, que entre otras no es más que una especulación, The Rolling Stones Havana Moon es emotiva de principio a fin, se queda uno esperando que tenga mucho más contenido documental (como los momentos en que los músicos hablan de sí mismos o cuentan del contexto social, político y musical que rodeó el evento); pero qué más da, la película presenta las canciones que tocaron en La Habana y como las cámaras los siguen muy de cerca el espectador termina gozando de una posición privilegiada.

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El 23 de septiembre, cuarenta y un países la presentarán en simultánea –en Colombia esta premier se alargará dos días más como ya se dijo–, y más que un show llevado a la gran pantalla con el sello de calidad Rolling Stone bien puede verse a la vez como una metáfora de que tarde que temprano hay que darle el sí a lo imposible, ya sea el rock o la paz. Cuba, esa isla donde hace 50 años quien escuchaba rock se exponía a un canazo y Fidel Castro personalmente se encargaba de alentar arengas contra los fanáticos de Elvis Presley; de un día para otro se despertó con la noticia de que la legendaria banda que justamente representa todo a lo que se opuso el régimen iba a realizar un concierto multitudinario frente a sus casas, casas de gente pobre, por demás, y para mayor sacrilegio un Viernes santo y en un complejo deportivo.

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Y cuando uno ve las imágenes de The Rolling Stones Havana Moon, y además de gringos, chinos, alemanes, venezolanos, puertorriqueños, argentinos o colombianos ve, sobretodo, cubanos (cubanos que así fuera por un día gozaron de un privilegio que ningún otro país tuvo durante el América Latina Olé Tour), se pregunta uno si ante la disyuntiva que esto pudo crearles su reacción fue quedarse en sus casas o si por el contrario fueron a ver de qué se trataba y la pregunta se responde sola.

En medio de un concierto que convocó un millón doscientas mil personas, salen en pantalla las señoras que de Jagger, Keith Richards, Charlie Watts o Ron Wood no sabían ni papa pero ahí estaban; o muchachos que se bailaron la canción Sympathy for the Devil como si fuera una guaracha de La Sonora Matancera. Los cubanos que le dijeron “sí” al rock, mejor dicho, prohibido por más de medio siglo por el régimen y tildado de disgregador ideológico, inmoral y bandera mayor de la temida y acusada de violenta sociedad de consumo.

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Castro llamaba burgueses a los “jovencitos” que, según él, andaban por ahí luciendo unos “pantaloncitos demasiado estrechos”, “algunos de ellos con una guitarrita en actitudes elvispreslianas” y con la libertina y “extrema” idea de “querer ir a algunos sitios de concurrencia pública a organizar sus shows feminoides”; y esos “jovencitos”, ahora convertidos en abuelos también estuvieron ahí y se ven en The Rolling Stones Havana Moon, junto a sus nietos, en algo que si bien no pudo cambiar sus vidas del todo les llevó a perder un miedo mayor y a hacer historia, así se trate tan solo de una película sobre un concierto.

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