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Los Nadie: "La película que renueva el discurso oxidado de Rodrigo D:no futuro"

La película abrió el Ficci 2016 y llegará a salas colombianas este año. Hablamos con sus protagonistas y les contamos si vale la pena verla.

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Los Nadie

La película abrió la edición 56 del Festival de Cine de Cartagena y llegará a salas  colombianas este año.​ Hablamos con sus protagonistas y les contamos si vale la pena verla.​

Por: Luis Fernando Mayolo @mayolito

Hay temas que incomodan, causan rechazo e incluso críticas y burlas cuando se cuentan una y otra vez en el cine, pero que curiosamente no lo hacen cuando lo vemos todos los días en el semáforo más cercano. Por eso cuando se presenta en la premier inaugural del Festival de Cine de Cartagena una película como Los Nadie, que narra la historia de un grupo de pelaos que se ganan la vida haciendo circo en las esquinas, la reacción de algunos fue asociar la propuesta con películas como Rodrigo D o incluso La vendedora de rosas, con cierto tono de rechazo, por  una supuesta estigmatización del cine paisa hacia lo marginal, como si el rebusque fuera ficción o en el peor de los casos una peste para el resto de la sociedad.

A pesar de esto, la ópera prima de Juan Sebastián Mesa comenzó bien su recorrido por salas colombianas, porque tuvo la oportunidad de visibilizar su historia en un espacio con buen cubrimiento mediático, la gente de la industria cinematográfica e incluso la presencia del presidente Santos, que sigue montado con toda en la película de la paz.

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Una historia que no busca victimizar a sus protagonistas, ni ponerlos en situaciones de violencia gratuitas en pro de la taquilla, sino plantear una película mucho más propositiva. 

“Los muchachos querían mostrar que podían ser muy felices a su manera en una historia llena de fraternidad, renovando un discurso que ya estaba un poco oxidado”, dice el director, a propósito de las comparaciones con la cinta Rodrigo D y en general con las propuestas de Victor Gaviria.

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Por eso en Los Nadie no hay balaceras, peleas o conflictos violentos. Por el contrario los dilemas son familiares, fraternos, amorosos y existenciales. “No quisimos mostrar esas dinámicas represivas y violentas porque están implícitas, incluso lo vimos en el rodaje, donde nos tocaba pedirle permiso a los ‘dueños del barrio’ para grabar las escenas. No nos interesaba ver a los personajes humillados, muertos en un charco de sangre, su muerte fue mucho más simbólica, interior, desde el fracaso o congelamiento de los sueños”, afirma Juan Sebastián.

Temas como el de las fronteras invisibles, la necesidad de comunicación a través del grafiti, la búsqueda de identidad juvenil a través de los tatuajes o el querer comenzar de nuevo una y otra vez mochileando por el mundo,  tienen cabida en la película. Tal vez ahí surge uno de sus peros, porque queda la sensación al final que por contar tantas historias e intentar capturar un fragmento de la vida de estos personajes callejeros, no desarrolla las mismas y muchas cosas quedan planteadas pero nunca sabremos cómo evolucionaron o terminaron. Pero eso un juicio como espectador que se puede entender cuando el director dice: “fue un proceso de exploración en donde descubrí todo un gran universo que quería contar y nos quedamos cortos”.

También se puede mirar como consecuencia propia de su espíritu. La película nació como corto y se hizo con ese mismo presupuesto, potenciada por estímulos del Fondo Cinematográfico Nacional. Por eso el parche de Los Nadie comenta que fue en la edición en donde estuvo el trabajo agotante.

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Otro detalle interesante es que la cinta fue rodada en blanco y negro, porque a sus realizadores les interesaba la monocromía estética para que todo se viera monótono. “Todas las etapas las rodamos en blanco y negro. De hecho la película en color se ve horrible porque está pensada en escala de grises. Cuando la ves a color no combina nada”, dice el director.

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‘Los Nadie’ es el primer largometraje de la productora Monociclo Cine, colectivo conformado por egresados de Comunicación Audiovisual y Multimedial de la Universidad de Antioquia, que se dieron a conocer con el cortometraje Kalashnikov (2013), el cual hizo parte del Short Film Corner del Festival de Cannes 2013.

Al final queda retumbando en la memoria el punk de la banda sonora, que ellos lo apropian como parte de la identidad paisa, porque narra con contundencia lo que se vive en las calles de Medellín y lo que han tenido que afrontar generación tras generación.

Una película para todos aquellos que consideran que nunca será suficiente dejar de abordar temas que nuestra sociedad todavía necesita exorcizar. Por eso terminaré este artículo con esta frase de Esteban, uno de sus protagonistas: “No somos actores, lo que ven es el reflejo de nuestras vidas”.

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