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Hablamos con Silversun Pickups y nos dieron lecciones de creatividad

Con ustedes, uno de las bandas más importantes del Estéreo Picnic 2017.

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Hablamos con Silversun Pickups y nos dieron lecciones de creatividad
// Archivo Shock

Hablamos con Brian Aubert, el vocalista de la banda norteamericana Silversun Pickups que estará presentándose en el Festival Estéreo Picnic en Bogotá el próximo viernes 24 de marzo.

Por Lina Cepero // @lamusique
Desde el año 2000 Silversun Pickups ha sido una banda que ha ganado una audiencia fiel y delimitada. Silversun Pickups es para quienes sienten una conexión con las atmósferas suaves del dream pop y el shoegaze pero también agradecen el ánimo más alegre del pop ligero y la energía del rock alternativo. La agrupación está compuesta principalmente por Aubert y Nikki Monninger, quienes fundaron la banda y Christopher Guanlao y Joe Lester, dos integrantes que entraron a reemplazar a Elvira Gonzales y Jack Kennedy en 2003, antiguas parejas de Aubert y Monninger.
Al desintegrarse, la banda abandonó su primer nombre, Couple of Couples. Los han asociado varias veces al sonido de los Smashing Pumpkins y como a Billy Corgan, a Brian Aubert algunas veces lo han confundido con una mujer por su androginia, y él mismo confiesa que le gusta cuando pasa. La banda lanzó su último álbum Better Nature en 2015 con su propio sello discográfico, New Machine Records, después de presentar Pikul en 2005: un EP algo melancólico, dedicado a un amigo de la banda que falleció. El primer álbum, Carnavas (2006) alcanzó con dos canciones el Top Ten Billboard. En Swoon (2009), uno de sus trabajos tal vez más famosos pero discutidos, domina la atención a las capas y las texturas sin llegar a un momentum claro. Y Neck Of The Woods (2012), es un álbum inspirado en las pausas dramáticas de las películas de terror pero con sintetizadores. Su último trabajo, Better Nature, abandona el clásico protagonismo de las guitarras para cederle el espacio a los teclados y ensamblar uno de sus trabajos más alegres y enérgicos hasta el momento.
Con Aubert las inquietudes y las curiosidades tienen respuestas llenas de matices y suscitan una nueva conversación más amplia e igualmente fértil. Es uno de esos artistas con quien se hace claro que lo que puede decir de su trabajo es tan sólo una parte del espectro. Quedarán pendientes otras preguntas; aquí hablamos principalmente sobre la perspectiva que tiene la banda a la hora de crear. Aubert habla de apertura, de rendirse en el proceso, y de soltar las expectativas con respecto a los resultados.

¿Cómo cree que Silversun Pickups logró presentarse con una identidad tan definida desde el principio?
Me alegra este comentario, voy a decirles a los de la banda. Creo que nunca nos hemos visto a nosotros mismos así. ¡Amamos tanto la música y la tenemos tan cerca! Somos quienes la creamos y es difícil verlo desde otra perspectiva. Con respecto a la identidad nunca hemos conocido ninguna otra manera de hacer las cosas. Es algo que sencillamente ocurre cuando estamos juntos. Hay cierto tipo de sonido que aunque tratáramos de escapar de él, siempre nos va a anclar. Siempre sentimos curiosidad de saber cómo sonamos. No tenemos idea, no podemos separarnos de eso.

Tal vez no pueda hablarse del impacto en otros, pero entonces, ¿cómo nació ese sonido?

Para los cuatro creo que no sólo es importante disfrutar la música o la aventura y las sorpresas que llegan a un nivel profundo cuando nos sumergimos en ella, sino que creo que, cuando empezamos la banda, todos estábamos montados en la idea de hacer algo por lo que sintiéramos un interés real y genuino. La idea de pensar que alguien nos iba a escuchar ni siquiera cruzaba nuestras mentes. Eso es lo que nos mantiene en pie. No nos preocupamos sobre el impacto que cada disco va a tener, o cómo afectar a otros aparte de lo que buscamos para nosotros mismos. Por eso cuando un disco sale siempre nos sorprende que pueda importarle a alguien más.

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Tal vez solo se trata solo estar comprometido con el proceso creativo. Y que tal vez eso termina por tener un buen impacto.

No me imagino hacerlo de ninguna otra forma. Es decir, es tan extraño poder crear algo a partir de solo aire, inventar algo, aunque uno siempre utiliza ciertas herramientas, y todos las utilizamos y tenemos formas diferentes de hacerlo, la música es sorprendente. Cuando se está creando se tiene una experiencia tan fantástica que sólo la idea de adivinar cómo va a resultar, frustra. Incluso pensar en escribir algo para ganar algo de otro me suena terrible. Creo que hay cierta música para la que esto funciona muy bien, que no necesita ser honesta en el proceso de descubrimiento y se aplica bien a ciertos entornos, pero para nosotros lo único que importa es hacer música lo más honesta posible.

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¿El resto es una fórmula?

Sí. Totalmente.

¿Cree que la creatividad es un asunto de disciplina y de resistencia o de inspiración y apertura?

Un poco de ambos. Al principio, cuando tocábamos en vivo en Los Ángeles antes incluso de pensar en grabar un disco, estábamos tan comprometidos con ser una banda medianamente decente en vivo, que la única forma que teníamos para descubrir cuál sería esa identidad era a través de la experiencia. Tocando y tocando en diferentes shows. Cuando decidimos que era hora de grabar un disco ya habíamos atravesado tantas cosas que cuando llegamos a esa nueva área ya sabíamos quiénes éramos. A través de los años, eventualmente, a medida que crecemos y nos volvemos mayores, podemos integrar la disciplina y esa danza. El foco eventualmente nos lleva a la inspiración de lo que el álbum va a ser, de lo que no queremos repetir, de cómo nos sacudimos el trabajo anterior después de algunos años de repetirlo y vivir con él. Será raro el día en el que hagamos algo como un deber. Es importante sentir que a través de los años, sin importar la cantidad de trabajos que hemos sacado, siempre se nos sale de las manos un poco. Esa es la razón por la que todo funciona para nosotros.

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¿Qué ha sido difícil de dejar atrás en términos de sonido?

Lo que realmente quisiéramos dejar atrás en el proceso creativo de todos los álbumes es el crítico que habita nuestras mentes, siempre hacemos el esfuerzo por apagarlo en cada proceso. Crear algo puede ser asustador y extraño, a veces puede parecer raro incluso en nuestro universo, pero hay que asegurarse de que se está entrando en un proceso de transformación real. En términos de sonido y música generalmente no pensamos demasiado, tenemos algunas reglas aquí y allá cuando empezamos un disco, pero nunca decimos “no vamos a usar esto”.  

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Hay algunas entrevistas en las que hablan de cómo empezaron con Nikki y en las que cuentan que estaban algo aburridos con sus bandas anteriores. ¿Qué hacían y qué faltaba en ese entonces?

Sí, bueno, no sé si era exactamente aburrimiento. Nuestras bandas eran buenas pero nos hacía falta trabajar juntos. Éramos compañeros de apartamento, nos encontrábamos en la cocina y decíamos: “deberíamos trabajar juntos”. A medida que pasó el tiempo conocimos gente y nos involucramos en grupos de músicos muy inspiradores. Tocar con esas otras bandas nos dio la confianza para hacerlo. Y decir “deberíamos realmente pensar en intentar algo nuevo. Al día siguiente lo olvidábamos pero lentamente sucedió. Dejé mi banda y Nikki también. Un día él me dijo: “¡Quiero tocar el bajo!” Y yo le respondí: “Ok. Yo toco la guitarra”.

Nunca se sabe qué puede traer un encuentro con alguien.

Sí, eso es lo que pienso. Nunca se debe planear nada. Uno debería estar listo y abierto para la novedad, sin juzgar a priori ningún momento, porque uno nunca sabe. No hay que intentar convencerse de salirse de situaciones antes de tiempo. Pensamos en esto como banda, al principio, tocábamos en muchos lugares pero éramos quisquillosos, pero con el tiempo entendimos a presionarnos para decirle sí a más y más experiencias. Recuerdo que para nuestro segundo album, Swoon, había un pequeño club en el que íbamos a abrir para Metallica. El lugar era pequeño para ellos, pero para nosotros, bastante grande, y era nuestro primer show del álbum. Al principio nuestra reacción fue: “¿esto es en serio? Va a ser imposible, va a salir muy mal”. Pero sentimos que teníamos que hacerlo y darlo todo, intentarlo.  

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¿Cómo cree que han crecido en cuanto a los retos del trabajo colaborativo?

Se relaciona con lo que mencionaba antes, el reto de ponernos cada vez más cerca a lo que creemos que es nuestro universo, estar más enfocados, escucharnos como banda. Y buscar productores que nos pueden combatir pero que nos ayudan a ver más allá de nuestro límite de visión. Hemos aprendido a no tener tanto miedo, a no juzgar e, insisto, no dejar que otras cosas se involucren o entorpezcan el proceso de hacer música.

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