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Sin reggaetón no hay polémica: 2019 fue el año de la defensa del perreo 

¿Qué dejó el 2019 al reggaetón?

644580_Rich Fury // Getty Images
Rich Fury // Getty Images

En septiembre de 2019, algunos de los artistas más destacados del reggaetón llamaron la atención publicando en sus redes sociales la frase “Sin reggaetón no hay Latin Grammy”. ¿Qué efecto tuvo esto y qué nos dice sobre el presente y el futuro del género? 

Es un hecho que el reggaetón se convirtió en uno de los estilos más populares del mundo. Entre 2014 y 2017 el número de personas que escucha reggaetón en Spotify aumentó un 119%. En Colombia, de las 10 canciones más escuchadas de los últimos 10 años, 9 son de reggaetón. Se gestó desde los 90 en los barrios de Puerto Rico y hoy se ha convertido en el género musical más popular: desde “la Rosalía”, hasta Reik, Shakira, Maná o Luis Fonsi, todos saben que un beat de reggaetón en una canción es sinónimo de éxito. 

En los últimos años, los artistas de este género están llegando a espacios de primer nivel: Nicky Jam cerró la Copa Mundial de Fútbol de la FIFA Rusia 2018, J Balvin se presentó en Coachella y Maluma agotó boletería en el Madison Square Garden. 

J Balvin en Coachella 2019: eufórico pronunciamiento sobre el poder latino Pero ese éxito comercial no se vio reflejado en las nominaciones de la más reciente entrega de los Grammy Latinos, pues en ninguna de las categorías principales había una canción de este género. Esto ocasionó que varios de los mayores exponentes del reggaetón como J Balvin, Daddy Yankee, Maluma, Nicky Jam y Karol G, entre otros,publicaran en sus redes sociales imágenes con el mensaje Sin reggaetón no hay Latin Grammys, a manera de protesta.

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Si el reggaetón es uno de los géneros más destacados en la última década en Latinoamérica y el mundo, ¿qué pasó? Muchos redujeron el reclamo de los artistas a una “pataleta”, a algo que simplemente puede atribuirse a que las propuestas de los demás géneros estuvieron mejores. Igualmente, a exponentes de otros estilos tampoco les cayó bien que los artistas de reggaetón se apropiaran de los premios.  La Academia nunca ha sido muy fan del reggaetón, según reporta Billboard. Un vistazo rápido a los ganadores de las categorías principales de los últimos 10 años nos muestra muy pocas victorias de este género. 2019 fue el año en el que por fin sus artistas decidieron alzar la voz. 

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Para nadie es un secreto que el reggaetón ha generado polémica desde que nació. Así como hace unas décadas se culpaba al rock y al metal de todo lo malo de la sociedad, hoy parece ser el reggaetón el chivo expiatorio del machismo, los embarazos adolescentes, la violencia contra la mujer, la mala calidad del sistema educativo y muchas problemáticas más. No han sido pocos los intentos en Colombia y el mundo de censurarlo. Todos han fracasado. 

Por el argumento de que es indecente y machista (como si los demás géneros musicales no tuvieran contenidos sexuales explícitos o referencias claras de violencia contra la mujer) muchos han saltado a criticarlo. Y por su aparente frivolidad y sencillez en la producción, decir que es “basura”, “música de mierda” o que “ni siquiera es música” se ha convertido en un cliché. Pero en sus cerca de 30 años de historia, el reggaetón ha demostrado que, a pesar de la maquinaria comercial que lo mueve hoy, tiene un componente artístico y político que merece ser tenido en cuenta. Y la frase “sin reggaetón no hay Latin Grammy” fue un esfuerzo de sus exponentes por visibilizar eso. 

"A todos los músicos, a toda la gente que pertenece a la Academia, con respeto: el reggaetón es parte de la cultura latina y está representando al igual que otros muchos géneros musicales a los latinos", dijo Bad Bunny en la ceremonia de los Grammy Latinos cuando recibió el premio en la categoría de Mejor álbum urbano. 

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Similar a como sucedió con el hip hop en Estados Unidos o el punk en Inglaterra, el reggaetón surgió en los barrios de Puerto Rico azotados por la pobreza y la violencia y se nutrió de otros estilos como el rap y en dancehall para crear un sonido propio. En el álbum El Abayarde (2002), Tego Calderón denunció temas como el racismo y la injusticia social. “Todo el primer reggaetón tenía contenido social importante. Los artistas hablaban de su situación de vida, sus problemas. El reggaetón es el punk de Latinoamérica, porque habla de lo que nadie quiere hablar, de lo jodida estaba nuestra sociedad: machismo drogas, violencia, narcotráfico, algo de lo que no habla el pop”, nos dice la DJ Rosa Pistola, dedicada al reggaetón clásico. “Había un mensaje de la gente de los barrios. Hay gente que necesita expresarse para vivir”. Aunque hoy se haya “blanqueado” y haya llegado al mainstream, es innegable la connotación política que el reggaetón tuvo en sus comienzos. 

Rosa Pistola, reina del reggaetón underground, narra la historia del género El carácter político del reggaetón quedó confirmado en las protestas en Puerto Rico de agosto de 2019, en las que fueron claves 2 artistas con la difusa etiqueta del “género urbano”: Residente y Bad Bunny. Precisamente fueron ellos quienes lideraron las manifestaciones que terminaron en la dimisión del gobernador Ricardo Rosselló. Mientras el reggaetón de Puerto Rico tuvo una raíz política, el colombiano rara vez se involucró en los aspectos sociales de su lugar de origen. Mientras en Puerto Rico fueron los reggaetoneros quienes lideraron las movilizaciones sociales, aquí sus pronunciamientos sobre la situación del país fueron más bien tímidos.

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Para Pablito Wilson, autor de Reggaetón: entre el general y despacito, cada vez se está reconociendo el carácter artístico y político que tiene el reggaetón, más allá de su éxito comercial.  Series como Nicky Jam: el ganador (Netflix), se han preocupado por mostrar la dimensión histórica del género. Pero, aunque se han dado pasos importantes, sigue siendo un estilo menospreciado al que no se le considera “música de verdad”. Puede que la campaña de “Sin reggaetón no hay Latin Grammy” haya sido desafortunada (pues, en efecto, hubo Latin Grammy). Sin embargo, reflejó el gran deseo de los reggaetoneros de ser reconocidos por su talento. Si en 2017 y 2018 los exponentes del reggaetón rompieron fronteras, en 2019 empezó la búsqueda por ser aceptados como verdaderos artistas. ¿Lo lograrán? 
 

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