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Bandas independientes impulsan el regreso del casete

Sin ir mas lejos, la semana pasada, se celebró el primer Cassette Store Day, una fiesta para melómanos que agrupó a mas de treinta sellos y se disfrutó en tiendas de Gran Bretaña, Estados Unidos, algunos puntos de Europa y Argentina. En esa jornada, varias bandas, decididamente independientes, como The Flaming Lips, Xiu Xiu, Los Campesinos!, The Pastels o Deerhunter, entre otros, aprovecharon para lanzar en formato casete una edición especial de algunas de sus canciones. Muchos se preguntaran: ¿es necesario este alboroto con un cacharro superado en la era digital?. ¿Es otro tema de conversación retro para nostalgicos?. ¿Qué es un casete?. Según la Real Academia de la Lengua, el casete es una cajita de material plastico que contiene una cinta magnética para el registro y la reproducción del sonido. No dice la RAE, sin embargo, que durante los setenta, ochenta y noventa del siglo pasado fue, probablemente, el vehículo perfecto para expandir la música popular. Su aparición supuso dos hitos: la portabilidad -la posibilidad de llevar música con uno mismo- y la capacidad de copia y grabación -primera forma de piratería masiva-. "El casete es un formato con el que generaciones previas a lo digital crecieron y con el que se intercambiaban música". Así lo recuerda Borja Torres, jefe de la discografica madrileña Lovemonk, que prepara para este otoño el lanzamiento de una recopilación en casete titulada "Space, Time, Memory&Cats". Con una tirada limitada, el trabajo esta dirigido por Miguelito Superestar (Fundación Tony Manero y activista sonoro) y recoge una serie de versiones dub a la manera de las antiguas mixtapes -mezcla de canciones- que los djs popularizaron en los ochenta. Para Torres, la resurrección del casete -"un objeto lleno de recuerdos"- tiene mucho de moda "divertida y pasajera". Esta tendencia de recuperación de esos cachitos de hierro y cromo tiene firmes defensores en todo el mundo. Sellos como Burger Records, en California, disqueras britanicas como Reeks of Effort y Sex Beat o la canadiense Scotch Tapes El sello Musagre ha apostando por este formato. "Es idóneo para hacer las cosas tal y como queremos, de una manera muy DIY (Hagalo usted mismo) y con una inversión mínima. Todo el proceso lo realizamos nosotros mismos", explica uno de sus responsables. Esa reivindicación por recuperar este formato tiene también algún héroe reconocido. Es el caso del musicólogo estadounidense Brian Shimkovitz, que desde su blog Awesome Tapes From Africa (increíbles casetes de África) pone a disposición de un "click" la rica variedad musical del mercado de casetes de los zocos y mercados del continente africano. En todos estos casos, nos vemos ante una misma pasión por un objeto, quiza mas íntimo y personal, que resurge frente al imperio digital de las descargas masivas. Son, quiza, pequeños detalles de una nueva tendencia que recupera el bolígrafo Bic para rebobinar y escuchar música.

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Sin ir mas lejos, la semana pasada, se celebró el primer Cassette Store Day, una fiesta para melómanos que agrupó a mas de treinta sellos y se disfrutó en tiendas de Gran Bretaña, Estados Unidos, algunos puntos de Europa y Argentina.

En esa jornada, varias bandas, decididamente independientes, como The Flaming Lips, Xiu Xiu, Los Campesinos!, The Pastels o Deerhunter, entre otros, aprovecharon para lanzar en formato casete una edición especial de algunas de sus canciones.

Muchos se preguntaran: ¿es necesario este alboroto con un cacharro superado en la era digital?. ¿Es otro tema de conversación retro para nostalgicos?. ¿Qué es un casete?.

Según la Real Academia de la Lengua, el casete es una cajita de material plastico que contiene una cinta magnética para el registro y la reproducción del sonido. No dice la RAE, sin embargo, que durante los setenta, ochenta y noventa del siglo pasado fue, probablemente, el vehículo perfecto para expandir la música popular.

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Su aparición supuso dos hitos: la portabilidad -la posibilidad de llevar música con uno mismo- y la capacidad de copia y grabación -primera forma de piratería masiva-.

"El casete es un formato con el que generaciones previas a lo digital crecieron y con el que se intercambiaban música". Así lo recuerda Borja Torres, jefe de la discografica madrileña Lovemonk, que prepara para este otoño el lanzamiento de una recopilación en casete titulada "Space, Time, Memory&Cats".

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Con una tirada limitada, el trabajo esta dirigido por Miguelito Superestar (Fundación Tony Manero y activista sonoro) y recoge una serie de versiones dub a la manera de las antiguas mixtapes -mezcla de canciones- que los djs popularizaron en los ochenta.

Para Torres, la resurrección del casete -"un objeto lleno de recuerdos"- tiene mucho de moda "divertida y pasajera".

Esta tendencia de recuperación de esos cachitos de hierro y cromo tiene firmes defensores en todo el mundo. Sellos como Burger Records, en California, disqueras britanicas como Reeks of Effort y Sex Beat o la canadiense Scotch Tapes

El sello Musagre ha apostando por este formato. "Es idóneo para hacer las cosas tal y como queremos, de una manera muy DIY (Hagalo usted mismo) y con una inversión mínima. Todo el proceso lo realizamos nosotros mismos", explica uno de sus responsables.

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Esa reivindicación por recuperar este formato tiene también algún héroe reconocido. Es el caso del musicólogo estadounidense Brian Shimkovitz, que desde su blog Awesome Tapes From Africa (increíbles casetes de África) pone a disposición de un "click" la rica variedad musical del mercado de casetes de los zocos y mercados del continente africano.

En todos estos casos, nos vemos ante una misma pasión por un objeto, quiza mas íntimo y personal, que resurge frente al imperio digital de las descargas masivas. Son, quiza, pequeños detalles de una nueva tendencia que recupera el bolígrafo Bic para rebobinar y escuchar música.

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