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5 razones por las que deberíamos ponerle más cuidado a Pink

Pink cantará el himno de Estados Unidos en el partido final del Super Bowl. Aquí algunos motivos por las que no nos cansamos de ella.

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Foto Getty Images

Pink se une a la larga lista de artistas que han interpretado el himno en el partido final de temporada de fútbol americano, en la que también están Lady Gaga Alicia Keys, Billy Joel, Christina Aguilera, y Beyoncé. En el show de medio tiempo, uno de los espectáculos con más audiencia en el mundo, se presentará de nuevo Justin Timberlake.

Aquí algunas razones por las que Pink merece más de nuestra atención.

No es la típica popstar  

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Pink sabe que no es el prototipo de estrella pop femenina, tierna e ingenua. Sin embargo, con mucha autenticidad ha sabido reírse de sí misma y de la industria y destacarse por tener una imagen más ruda.

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Puede hacer de todo 

Desde himnos fiesteros como Get the party started o God is a DJ, o canciones sobre la tusa (So What), el suicidio (Who Knew) o el divorcio (Family Portrait), Pink ha demostrado que no hay temática que no pueda convertir en una obra maestra del pop.

Apoya grandes causas

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Pink es embajadora de UNICEF y siempre ha apoyado los derechos de la comunidad LGBTI. Ha donado a organizaciones como GLAAD (Alianza Gay y Lésbica contra la difamación) y Youth AIDS (contra la proliferación del VIH). También es reconocida por su activismo contra el maltrato a los animales.

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Es más exitosa de lo que imaginamos

En comparación con otras artistas pop como Britney Spears o Rihanna, Pink pasa inadvertida. Ella misma ha admitido que nunca ha ganado el concurso de popularidad. Pero no lo necesita: ha vendido más de 40 millones de discos y se ha mantenido vigente por más de 18 años de carrera.

Nos inspira a ser como se nos dé la gana

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Desde su look andrógino y poco convencional hasta sus múltiples declaraciones a favor de la autoestima y el amor propio (una de ellas a su hija en la última edición de los VMAS), Pink nos demuestra que no hay que cambiar para complacer a nadie ni disculparnos por ser distintos.

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