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A aplaudir fuerte porque nos vamos de quince con los beats de Sidestepper

De quince con los beats de Sidestepper

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Luego de la aparición de este disco en el panorama musical del año 2003, Colombia comprendió que ya se estaba armando un camino para entender que había una cultura electrónica local con miras a ser apreciada globalmente.

Por: José 'Pepe' Plata

Para el tiempo en el que se presentó, la industria discográfica daba los últimos esbozos de ser una industria del derroche o del gasto suntuoso. Ya fue un tiempo en el que los discos comenzaron su declive como soporte de la industria y los portales de descargas mandaban la parada en el consumo musical.

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Y si bien el trabajo del británico Richard Blair con la música colombiana data de los noventa al producir artistas como Totó La Momposina, La Derecha y Aterciopelados, su camino musical con Sidestepper es el que le ha generado mayor recordación por ser su exploración y laboratorio de posibilidades.

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En 1997, apareció el disco Southern Star con el extinto sello británico Deep South. Un disco festivo y exploratorio que tuvo además grabaciones hechas en Colombia y México. Ya en el 2000, el nuevo vuelo dio para lanzar More Grip, disco en el que hubo talento nacional en voz e instrumentación como los de Andrea Echeverri, Johanna Marín, Carlos Benavides, 

Y cuando lanzó en el 2003 su tercer trabajo llamado 3:AM in Beats we trust, hubo una especie de camino sonoro que mostró cómo el continente tuvo expresiones electrónicas nuevas que le dieron un vigor importante. Esto se basó en el uso de elementos locales como lo hizo NORTEC en en Tijuana con la música norteña. En Guadalajara, apareció el colectivo Nopalbeat que lo hizo con el mambo y el danzón. 

En Brasil, la bossa nova y samba con elementos electrónicos bien se dio a conocer con los trabajos musicales de Bossacucanova, Suba, Bebel Gilberto y más. Y en Argentina, se exploró el tango electrónico que si bien tuvo en años anteriores una historia básica; comenzó entonces a hacerse masivo con proyectos como Bajofondo, Narcotango, Tanghetto y más.

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Y en Colombia el interés por mostrar electrónica con elementos locales, tuvo a exponentes como Sidestepper, AM 770 (Precursor de Bomba Estéreo) y Colounge, entre otros. Pero Sidestepper vino con peso fuerte en esa ocasión. Por un lado fue una apuesta fuerte de un sonido global que el entonces sello Palm Pictures hizo. 

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Richard Blair tuvo como coequipero a Iván Benavides en lo que sería una aventura musical sin par. Viajes musicales por Jamaica y Cuba, permitieron darle un color al disco, logrando además ser una prioridad global en un tiempo en el que las compañías discográficas quemaban sus cartuchos o buscaban un nuevo norte o modelo a seguir ya que las ventas de discos no eran la opción. 

Las ideas del universo capitalino con sus noches entre In Vitro y Quiebracanto, los afters y las fiestas con djs famosos estaban a la orden del día; pero el trabajo de Sidestepper fue más allá. Comenzaba además a gestarse una nueva camada de músicos que encontraron en lo local la mejor manera de mostrar su conexión con el mundo; justo cuando internet estaba por dar su gran salto.

3 Am fue un disco que puso a Bogotá en una mira creativa única: una en la cual alguien que llevaba diez años viviendo en ella se dio cuenta de cómo había que sacarle provecho y mostrarla más allá del exotismo. Este fue un disco que apareció justamente para poner a Bogotá y a Colombia en otros mapas 

  1. Deja

Una clásica canción que con golpe de salsa brava y dub, nos muestra un llamado a la esperanza. Y en ella, la voz de Iván Benavides se muestra cálida.

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  1. Más papaya

Infaltable en el repertorio de Sidestepper. La clásica frase nacional de no dar papaya se convierte en un mantra de no dar más papaya. Entre aires de raggamuffin y bullerengue, tenemos una sofisticada invitación al baile.
-Me gustas (no me disgustas): Aquí nuevamente hay fraseos raggamuffin para darnos cuenta que hay un juego de palabras referido al amor y la declaración de él. 

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-Dónde va mi corazón: Entre el son y los juegos con los efectos dub, volvemos a sentir la evolución de lo tropical. El canto de una pena de amor. 

-In beats we trust: Un despliegue efectivo de juegos vocales de algo que bien une a Colombia, Jamaica e Inglaterra como potencias musicales. 

-Dame tu querer: Aquí tenemos una suprema canción de amor donde el caribe se hace mundo; justamente por el uso de figuras de representación del amor con la grandeza del amar.

-Aunque me duela la vida: No todo es alegría; porque esta canción si bien suena festiva, está hecha de tristeza. Podría ser la letra de un tango; pero está justamente emparentada con el caribe 

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-No lloraré: Con otra base salsera, se encuentra así una canción de orgullo; que nos recuerda a Joe Arroyo y a sus declaraciones de amor.

-Walking: Nuevamente los ecos del dub se hacen presentes con una pista sofisticada de salsa. Una prueba adicional de es aire de belleza única que este disco bien tuvo. 

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-Llegaré: Una despedida hecha plegaria; voces de mujer que suavemente dan la esperanza y el camino para seguir.

-Como prueba de la longevidad de este disco, queda este video con imágenes de un lugar que no existe; pero en el cual gente que aún existe en la movida musical, si está.

 

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