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Chavela Vargas: las frases más viscerales y sentidas de sus canciones

La costarricense nacionalizada mexicana es un ícono de la ranchera y el despecho.

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Poster del musical 'Chavela Por Siempre Vargas'
// Bizarro

María Isabel Anita Carmen de Jesús Vargas Lizano es uno de los personajes más importantes de la cultura centroamericana. Desde temprana edad se le conoció por su nombre artístico, Chavela Vargas, una mujer que encontró refugio en el canto de rancheras.

Para ver | 'Chavela por siempre Vargas', el musical

Desde el 25 de marzo y hasta el 4 de abril de 2021, se presentará en el Movistar Arena de Bogotá la obra musical Chavela Por Siempre Vargas, un proyecto que abre una nueva temporada de teatro presencial luego de la crisis que vivió la industria a raíz de la pandemia.

A lo largo de casi ocho décadas de carrera, Chavela grabó e interpretó canciones escritas por diferentes músicos, pero se le reconoce mucho por su amistad y trabajo con la leyenda José Alfredo Jiménez.

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Su poder musical fue poderoso, por eso cada grabación que quedó de sus canciones son obras apreciadas por los latinoamericanos. Su voz ronca y fuerte se juntaba con el dolor para interpretar desde las vísceras.

Estas son algunas frases que Chavela Vargas inmortalizó con su voz.

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No sé qué tienen las flores, llorona, las flores del campo santo,
que cuando las mueve el viento, llorona, parece que están llorando.

Pero mis ojos se mueren sin mirar tus ojos
y mi cariño con la aurora te vuelve a esperar.

Ojalá que te vaya bonito, ojalá que se acaben tus penas,
que te digan que yo ya no existo, que conozcas personas más buenas.
Que te den lo que no pude darte; aunque yo te haya dado de todo.

Tómate esta botella conmigo y en el último trago nos vamos,
quiero ver a qué sabe tu olvido sin poner en mis ojos tus manos.

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Toda una vida estaría contigo.
No me importa en qué forma
ni dónde, ni cómo, pero junto a ti.

No soy de aquí, ni soy de allá.
No tengo edad, ni porvenir
y ser feliz es mi color de identidad.

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Cariño como el nuestro es un castigo que se lleva en el alma hasta la muerte.
Mi suerte necesita de tu suerte y tú me necesitas mucho más.

Al fin, la tristeza, es la muerte lenta de las simples cosas.
Esas cosas simples que quedan doliendo en el corazón

Uno vuelve siempre a los viejos sitios donde amó la vida
Y entonces comprende cómo están de ausentes las cosas queridas

Adoro la calle en que nos vimos, la noche cuando nos conocimos.
Adoro las cosas que me dices, nuestros ratos felices.
Los adoro vida mía.

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Te lo juro que no volveré, aunque me haga pedazos la vida.
Si una vez con locura te amé, ya de mi alma estarás despedida.

Para ver | Christian Nodal: ¿Cómo hacer que los jóvenes se conecten con la ranchera?

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¡La música nos une!

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