Romperayo: psicodelia tropical en vinilo

Por: Jenny Cifuente @Jenny_Cifu

Como si la música tropical  colombiana de antaño viajara en una descarga de ácidos. Chucuchucu contemporáneo con  rituales de electrónica, descargas de las costas nacionales envenenadas con sicodelia, vientos, samples y mucha percusión, así es el sonido de Romperayo, el  grupo en que se baten Pedro Ojeda en la composición, producción, batería y timbales, Ricardo Gallo en los teclados, Juan Manuel Toro en el bajo, Eblis Álvarez en samples y sintetizador,  y Marco fajardo en saxofón y clarinete.

Con obsesiones sonoras de vieja data  y de vanguardia,  esta colisión de cerebros con brillantes credenciales en la nueva música colombiana lanzan su nuevo disco Descargas Pintorescas, un trabajo fresco con pitos y percusiones arrasadoras, plagado de instrumentales que son  gozadera lisérgica, presentado hoy al público con dos sencillos en vinilo de 45 RPM: El Busetero Buscapleitos en el Lado A  y Que Viva la Vida y que Muera la Muerte, en el Lado B. Alisten sus tocadiscos que el jolgorio de Romperayo se viene con toda.

Hablamos con su director Pedro Ojeda

Háblenos sobre estas dos canciones

Las composiciones están muy basadas en la descarga.   Salen de escuchar mucho vinilo viejo. La grabación también se hizo tratando de emular ese sonido de los discos haitianos de los 60 y 70, un sonido muy análogo. Que Viva la Vida y que Muera la Muerte, es un homenaje a un grupo del pacífico de los años 70 que se llama Peregoyo y su Combo Bacaná.  Es un currulao en ese formato más de orquesta con mucha sicodelia y sintetizadores.

El Busetero Buscapleitos es como un tributo a la música picotera, a bandas como Wganda Kenya,  Son Palenque o el Grupo Son San, a la sicodelia colombiana, la barranquillera y la palenquera. A esas agrupaciones muy metidas en la música haitiana y antillana, cargadas de conexiones con el caribe colombiano. Es un corte muy influenciado por ritmos haitianos como el zouk o el compas.  Es  una cita a Wganda Kenya que era una banda conformada por los mismos músicos de Fruko y sus Tesos, Latin Brothers y  Afrosound.  Ellos se dedicaron a hacer covers de música haitiana y afrobeat, apuntándole además  a llegar al mercado de los picós porque en esa época esos estilos musicales resonaban en la cultura picotera. Es una alusión a la sicodelia barranquillera, a grupos  como Los Soneros de Gamero o  La Niña Emilia, que tenían los tambores  y los ritmos de la región atlántica colombiana, pero también le metían bajo, batería, y eso me parece que estuvo muy influenciado por música de Haití y de las Antillas.  

¿Cuál es la diferencia más marcada de este trabajo con su anterior disco El Original de Teusaquillo?

A diferencia del primero este álbum se grabó en bloque. Tiene ese carácter de descarga, muy improvisado, aunque seguimos con nuestro  estilo de experimentación con ritmos colombianos, muy basado en la música grabada de los 50 60 y 70, sacando muchos samples de discos viejos, tanto rítmica como melódicamente y  muy influenciados por la música de banda, la música de acordeón y algunos ritmos del pacífico.

"El Busetero Buscapleitos es como un tributo a la música picotera, a bandas como Wganda Kenya,  Son Palenque o el Grupo Son San"

Ustedes acuden mucho al sampleo, cuéntenos

El sampleo lo utilizamos bastante. Yo escucho mucha música en vinilo, y si hay como una melodía que se puede samplear y que está chévere,  lo hago,  y luego empiezo a jugar con eso, pero el resultado final no tiene mucho que ver con la melodía original porque uno la samplea, luego la toca diferente, le pone un filtro, le pone efectos etc.  y termina sonando otra cosa.

El proceso de todo se resume en que hago el trabajo de armar las canciones en estudio, juego con los samples, montamos el material con la banda, le paso los samples a Eblis y cuando tocamos en vivo él los va disparando.  Pueden ser samples de un acordeón o de una trompeta por citar un ejemplo.  Estos dos sencillos no tienen samples, pero el resto del disco sí.