El 26 de agosto arrestaron a Juliana en Bucaramanga. La culparon por el delito de porte de armas de fuego. Horas después, en las redes sociales de la Policía de la capital santandereana apareció un video editado con tomas en slow motion y música de escena de acción en el que aparece Juliana, de espaldas, esposada.
En el video afirmaban que había sido arrestada por “portar una canana de 60 cartuchos calibre 5.56, que son utilizados para ametralladora”.
La Policía metropolitana de Bucaramanga capturó a una mujer en la terminal de transporte que intentaba ocultar 60 cartuchos calibre 5.56 en un cinturón. #YoSoyPaís #Plan120DíasContraElDelito pic.twitter.com/n7Cn2YtEWJ
— Policía Metropolitana de Bucaramanga (@PoliciaBmanga) August 28, 2024
Todo suena como una gran acción de la Policía contra el crimen, pero falta un pequeño detalle en la historia: las supuestas municiones que traía Juliana no eran balas, eran la réplica de un cinturón popularizado por Dave Mustaine, vocalista de Megadeth.
Juliana estaba en la Terminal de Transportes de su ciudad cuando dos policías se le acercaron y le pidieron el cinturón. Lo miraron un rato y luego la llevaron a un CAI.
Me preguntaron dónde lo había conseguido. Yo lo compré por ebay. Abrí la aplicación, les mostré y ahí se veía el nombre en mis compras realizadas. Después de eso no dijeron nada y luego de un tiempo me dijeron que estaba arrestada”.
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Juliana no lo podía creer. Pensó que se darían cuenta que no eran municiones reales y que la dejarían ir pronto. "Llevo usándolo bastante tiempo en Colombia y jamás me había pasado algo así", nos contó Juliana. Modelos similares de cinturones abundan en Internet.
April 11th, 1983: Dave Mustaine given bus ticket back to Californa, requested to leave #Metallica. pic.twitter.com/m9T8BMIXz6
— MᴇᴛᴀʟʟɪᴄA (@BookOfMetallicA) April 11, 2022
Los accesorios con estética bélica no son nuevos en el metal. Así como Dave Mustaine, otros rockeros como Lemmy Killmister o James Hetfield han sido vistos usando cinturones muy similares al de Juliana.
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“Desde que vi la foto de Juliana con una camiseta de Megadeth entendí que se trataba una vez más uno de los muchos eventos de prejuicio a las personas que les gusta el rock o el metal que son permanentemente estigmatizadas”, dijo el abogado Francisco Bernate, quien tan pronto se enteró del caso en redes sociales, le ofreció a Juliana su apoyo. “Era claro que la policía había sido prejuiciosa”.
El delito del que se acusó a Juliana fue fabricación, tráfico, porte o tenencia de armas de fuego, accesorios, partes o municiones, que puede tener una condena entre los 8 y 16 años de cárcel. Probablemente, sin la gestión de Bernate, Juliana seguiría detenida.
"Tenemos que buscar una forma en esa sociedad en la que esos prejuicios a partir de tu identidad sexual o tus gustos desaparezcan y creo que la policía tiene que trabajar en eso", opina Bernate.
Juliana nos cuenta que cuando se publicó en las redes sociales de la Policía el video de su captura, ella ya estaba libre. "Ellos lo subieron sabiendo que esas balas no eran munición real. Yo ya había salido y ellos subieron el video. Lo subieron para verse como los héroes".
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Una muestra de la estigmatización contra los metaleros
De acuerdo con Dick Carvajal, presidente del club de fans de Megadeth en Colombia, casos como el de Juliana son representativos de la estigmatización a las personas que escuchan cierto tipo de música. “Pienso que todavía estamos viviendo en los 80".
"Las autoridades colombianas creen que uno por tener el cabello largo, por usar indumentaria de X forma, todo lo que tenga que ver con el metal, uno es un delincuente, marihuanero, satanista”.
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Dick nos cuenta que no es el primer caso similar que ha visto.
"Hace aproximadamente 10 años a un miembro de una banda de metal colombiana que vive en Medellín, se transportaba de Medellín a Pereira para un concierto y también llevaba un cinturón de balas cuando fue detenido. Desafortunadamente, las redes sociales no eran tan inmediatas como ahora y alcanzó a estar detenido varios días".
Durante los 80 y 90, un mix de ignorancia, miedo al satanismo y prejuicios terminó por convertirse en una persecución real a todo lo que tuviera que ver con los metaleros o el rock pesado.
Decenas de jóvenes fueron estigmatizados por la música que escuchaban o por las pintas que usaban. Incluso MUCHOS fueron acusados, sin fundamento, de delitos graves.
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Hoy, aunque muchos de los mitos se han disipado, casos como el de Juliana nos confirman que la estigmatización hacia los metaleros sigue vigente.