El jardín melancólico de Melov & Una María

Desde Medellín, Pablo y María construyen una propuesta sonora que lleva los sonidos que tradicionalmente escucharíamos en un club nocturno a un espacio más íntimo. Desde 2017 Pablo Melo ha incursionado en la música con varios proyectos en solitario con los que hace música electrónica. Para su segundo lanzamiento coincidió con María, quien a su vez también tenía un proyecto solitario con el cual había publicado un par de sencillos. 

La química musical de estos dos artistas los llevó a crear el proyecto Melov & Una María en el que amalgamaron la experticia en el estudio de Pablo y la sensibilidad y talento de composición de María. Jardín Phantom fue el resultado de este junte, un álbum que incita al baile pero mantiene la sensibilidad a flor de piel.

El 26 de septiembre Melov & Una María estarán presentándose en el Festival Timeless Digital Sessions con su proyecto Jardín Phantom. Hablamos con ellos antes del show. 

¿Cómo ha sido promocionar un disco nuevo en medio de una pandemia?

María: Puro Instagram. También tuvimos la fortuna de entrar en varias playlists editoriales de Spotify que nos ayudaron a mover mucho el álbum. 

Pablo: El álbum igual tiene mucho trabajo previo en cuanto a la conceptualización y lo que queríamos transmitir con él. Eso, además del haber entrado en las playlists editoriales, ayudó a que al poco tiempo de su lanzamiento el álbum sumara más de 50 mil reproducciones. 

¿Cómo la experiencia que han adquirido con los otros proyectos se combina en Melov & Una María?

María: Melo siempre ha aportado el sonido más electrónico, sin que necesariamente seamos un proyecto de música electrónica. Él trae el sonido de los sintetizadores y de los bajos, y yo pongo las voces y traigo el sonido que manejo que va por una vibra más indie. 

Pablo: Yo, si bien con mis proyectos siempre he tenido una exploración hacia la música electrónica, en este proyecto quise volver a los instrumentos como la guitarra y los bajos acústicos. La música de nosotros tiene una base que viene del dance y con beats que están pegados un poco al house. Para mí Jardín Phantom reunión eso: los instrumentos, la voz de María y la producción que termina de darle un sonido nostálgico. Son beats que pueden estar arriba, como con el indie dance, pero que mantienen un mood de nostalgia.

¿Qué esperan que pase con este proyecto cuando vuelva la “normalidad”?

María: Queremos tocar. Tocar mucho porque el álbum está nuevesito y no hemos tenido la oportunidad de tocarlo en vivo. Queremos meterle mucha fuerza al álbum porque aunque salió hace dos meses, dos meses en encierro no es nada para la promoción. Queremos sacarle mucho jugo a eso y ojalá salir de Medellín y de Colombia con él.

Pablo: Jardin Phantom es un álbum que fue pensado como un álbum, como una pieza completa. Bueno, al principio iba a ser un EP de 4 canciones pero como vimos con María que la química y el trabajo era muy bueno decidimos seguir con el impulso y sacar un álbum. Es un disco que puedes escuchar en un mood fiestero tranqui, pero también en tu casa trabajando. Queremos que la gente lo escuche y lo disfrute.

¿Cómo fue preparar un show a distancia, como el que harán para el Festival Timeless?

Pablo: Nuestro show fue pregrabado. Creo que en este momento uno puede aprovechar las ventajas de hacer transmisiones porque el hecho de hacer un pregrabado no necesariamente quiere decir que haya mucha post-producción. En realidad, es preveer los posibles factores que pueden jugar en contra al momento de hacer un live. A veces pasa que se desconecta un equipo, que el mixer no está bien, que el internet se cae y la transmisión falla. Esto fue todo un reto porque el producto final que van a ver el sábado quedó casi exacto, tal cual a como lo grabamos hace unos días. Yo pulí un par de cosas desde la mezcla y la sincronización pero en realidad mantiene la sensación de una transmisión en vivo. 

María: Además juega a nuestro favor porque hasta el momento no hemos sacado material audiovisual del disco y ya después de esto nos queda para promocionarlo. Fue una oportunidad muy bacana.