¿Quién es Elena Rose?

Su nombre de nacimiento es Andrea Elena Mangimarchi, pero la industria de la música la empieza a reconocer como Elena Rose.

Se crio entre Venezuela y Puerto Rico y, como muchos artistas, empezó su carrera cantando covers en bares. En uno de esos eventos conoció a un productor con el que empezó a grabar sus primeros demos.

Su voz y su estilo llamaron la atención de Sony Music. Pronto colaboró con artistas como Becky G, Raw Alejandro, CNCO y Ricky Martin, entre otros. Se abrió paso en la industria de la música, primero como compositora y ahora interpretando sus propias canciones.

Sandunga fue el sencillo con el que debutó en mayo del 2020, después vendrían Fenomenal, La Ducha y Coco.

Desde Miami, donde reside, Elena Rose habló con nosotros acerca de su rápido ascenso en la música y del espacio que ocupan las mujeres hoy en día dentro de la industria musical.

¿Qué representó para usted comenzar su carrea como compositora?

La composición llegó de manera inesperada y se convirtió en una de las cosas que más disfruto hacer. Creo que contribuyó mucho en mi música. Siempre quiero hablar de cómo me siento. Creo que decir las cosas de la manera en cómo las digo es algo que me ayuda a conectar con la gente.

Todos somos diferentes, pero en algún punto nos encontramos y nos identificamos el uno con el otro. Me encanta hablar de cosas con las que no todos se sienten cómodos, veo que de esa manera mi música puede lograr un proceso sanador y liberador.

¿Qué le aportaron Venezuela y Puerto Rico a su música?

Haber crecido en lugares ricos musicalmente me ha llevado de manera natural a conocer géneros musicales y siento que soy la suma de todos ellos. Me gustan todos, lo único con que no he experimentado es con el metal, pero todos los demás me encantan y siento que puedo encajar en cualquiera de ellos.
¿Qué tan importante es la parte visual en su música?  

Cuando escribo las canciones mi creatividad funciona de una manera muy visual y casi siempre estoy creando el video en mi mente. Por ejemplo, con el más reciente, Coco, mientras escribía la canción quería representar no solamente mi lado femenino un poco vulnerable y sensual, sino también mi lado femenino más fuerte e incluso mi lado masculino.

Es un video donde cambio el rol, ya no es un hombre que está rodeado de mujeres desnudas bailándole y endiosándolo, sino una mujer que es dueña de su música, dueña de su negocio, que tiene hombres que la están consintiendo y adulando.

Mi atención está puesta en la cámara, que para mí significa las personas que me ven, y lo que sea que está pasando a mi alrededor no es ni llega a ser un obstáculo. Mi propósito son las personas y cumplir la responsabilidad que tengo como artista de llevar un mensaje liberador.

Ahora que habla de cambios de rol, ¿cómo siente con el protagonismo que están teniendo las mujeres dentro de la industria musical?

Estoy orgullosa de ser parte de lo que siempre debió haber sido así. Estoy contenta de que el mundo ha cambiado y nosotras como mujeres nos hemos quitado tabúes que fueron impuestos desde nuestras propias madres o abuelas que fueron criadas de otra manera. Me sigo topando con mujeres que se honran a ellas mismas, que se sienten orgullosas de ser como son y que representan su propio estilo dentro de lo que hacen y eso me inspira. Soy muy feliz de que las cosas sean como deben ser.

¿Recuerda alguna situación desagradable?

He tenido momentos no muy bonitos, pero nunca me gusta enfocarme en eso. Cuando me pasan esas cosas no les doy poder ni le doy fuerza, pienso que es falta de educación del hombre o inseguridad cuando intentan tratar de disminuirte o hacerte sentir menos.

Me enfoco en las oportunidades de decir que yo, como mujer, en este cuarto lleno de hombres, puedo ayudarles a escribir una canción como me gustaría a mí, así le cante a un hombre o una mujer, o encontrar la manera de comunicar las cosas, y siento que he tenido la oportunidad de aportar algo a la industria como lo están haciendo el resto de las mujeres.

¿Cómo le fue en este periodo de la pandemia?

Fueron altos y bajos. Al principio estaba en guerra con todo lo que me estaba pasando y no quería estar encerrada, quería vivir mi vida normal y estaba haciendo resistencia. Cuando solté eso y vi que el mundo iba a cambiar, me di cuenta de que podía usar mi creatividad de una manera como no la había podido hacer antes y fui a lo más profundo de mis emociones y las cosas que sentía. Así nació En la ducha, que es una canción que me gusta mucho y salió en esta época en la que han salido ideas así que me acercan a las personas.
¿Cómo vive el éxito que ha logrado con sus sencillos?

Trato de no estar conectada en redes, siempre estoy en el estudio. Cuando salió Coco me fui al estudio a hacer la próxima canción, esa es mi personalidad. Sin embargo, entiendo que es bonito detenerse y agradecer, y darse una palmadita en el hombro y decir “¡guau, qué bien! Mira hasta dónde has llegado”. Me siento super agradecida y con fuerzas de seguir haciendo lo que más me gusta, música.