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Evidence cuestiona los dogmas del rap en Unlearning Vol 1

El rapero californiano Evidence comienza una nueva etapa en la que busca evolucionar a través de hacer el rap más minimalista posible.

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Evidence
// Portada Unlearning Vol.1 - Rhymesayers Entertainment

Evidence nunca había estado tan lejos del micrófono, sin la seguridad de la rutina de grabación. En su estudio casero en Venice Beach, California, con el mar a pocos metros y una luz tenue colándose por las rendijas de la persiana entreabierta, apenas estaba a algunos pasos del aparato, pero la distancia se sentía como un abismo.

Por Santiago Cembrano | @scembrano

Ya le había subido la ganancia para que captara su voz, y empezó a rapear, sin siquiera mirar hacia adelante. No interpretó la canción como si fuera un show, solo fluyó y dijo la letra que tenía preparada.

Días después, Evidence fue al estudio de Alchemist, su viejo colega, para grabar la canción otra vez, más allá de la prueba, de verdad. Pero frente al micrófono Sony C800G de 10.000 dólares empezó a interpretarla y perdió la magia que había logrado en la maqueta: ese sonido crudo, esa ruptura de las reglas, esa naturalidad íntima que surgió de no mirar el micrófono.

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“A la mierda”, pensó, y se quedó con la versión casera de lo que luego sería Pardon Me, de su álbum Unlearning Vol 1. Para este nuevo disco, publicado por Rhymesayers, el rapero californiano desaprendió las formas y cuestionó los dogmas. Evolucionó; no hacia afuera del rap, sino hacia adentro: buscó la raíz.

El salto al agua de Evidence

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La carrera de más de veinte años en el rap de Evidence tiene varios capítulos. En el primero, Evidence surgió a finales de los 90 como un tercio de Dilated Peoples, boom bap californiano en todo su esplendor. En el segundo, empezó su carrera como solista y a quitarse capas de piel para revelar más de la persona tras el rapero, mientras hacía discos nombrados a partir de metáforas del clima y la lluvia. Y tras Weather or not, su álbum de 2018, cogió toda esa experiencia y la botó por la ventana del barco en la mitad de una tempestad.

Luego saltó él también, y empezó a nadar. Así volvió a empezar.

Weather or not acaba con el relato del cáncer de su novia, Wendy Guerra, descubierto gracias a Enzo, su hijo. Parecía que la quimioterapia había logrado salvarla, pero ella murió a los pocos meses de que el disco fuera publicado. El golpe derrumbó a Evidence.

Tenía que criar a su hijo él solo y adaptar su vida para ser un padre de familia en todo orden mientras lidiaba con el duelo de perder a la persona con la que planeaba compartir su vida. Hecho ruinas, se enfrentó a la ruptura de sentido y se empujó hacia adelante, buscó la luz como la maleza que crece en lo inhóspito.

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De cara a la música, tenía dos opciones: esperar a estar mejor y volver con una sonrisa, o registrar el proceso, hacer rap untado de sangre y tripas; mostrar la cara de artista exitoso o la de una persona que sufre y da lo mejor de sí. Con la honestidad como bandera, eligió la segunda, un reportero de la guerra de su hogar. Eso es Unlearning Vol 1.

Unlearning

Vol 1

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En este proyecto, como en todos, él muestra que es un super rapero, aun cuando en el disco abundan las meditaciones sobre el sufrimiento humano y qué implica ser un padre viudo y cuarentón. O, más bien, precisamente por eso: pocos pueden hacer sonar esas líneas tan duras. No es que sea un disco triste o que dé lástima. En varias viñetas saca pecho y rapea modo competición.

Lo hace desde la posición del veterano que se ha ganado su lugar en el juego y que mantiene tanta hambre que se le marcan las costilla. Su ventaja es que puede triunfar diciendo la verdad y contando sus penas. Aun así dispara a matar y juega por el título: en su ciudad, como les enseñó Kobe, no hay trofeos para los segundos puestos. “Hardest out without even trying / These rappers lying to you”, afirma en Talking to the audience.

La luz del disco es su hijo Enzo, coprotagonista de Unlearning. Sus risas suenan tras el telón de algunas canciones, se alcanzan a escuchar sus gritos para llamar la atención de su padre mientras este graba. Así son sus días ahora: aprender a ser un padre, desaprender su vida anterior.

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“My son gave me more living”, rapea Evidence en Pardon me, quizás la barra más real del disco. Por Enzo fuma menos y se levanta más temprano, enfrenta sus responsabilidades como adulto. Por Enzo se enfrenta a sus inseguridades y limitaciones como padre. Y por Enzo no puede ahogarse en sus penas, porque hay una personita al frente suyo que depende de él.

La teoría de James Mtume

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Unlearning inicia el tercer capítulo de la carrera de Evidence con la búsqueda del sentido perdido tras la muerte de su novia, explorando cómo mantener el ki a tope tras pasar los 40. Desde Weather or not, había empezado a poner en práctica la teoría de James Mtume sobre la innovación y la creación. Mtume —músico de jazz que trabajó con Miles Davis, lideró el grupo Mtume e hizo Juicy Fruit, de la que salió el sample de Juicy de Biggie— plantea que hay tres etapas en este proceso.

Primero, el creador imita a otros para aprender. Segundo, emula: ya tiene un concepto propio, pero todavía está permeado por sus influencias. Y en la tercera etapa llega la innovación, cuando el artista establece quién es. Es esta última hacia la que apunta Evidence, por eso rapea desnudo, sin maquillar sus pensamientos, sin forzar su flow, sin elevar su voz. Lo hace como si fuera el primer concierto de su carrera y tuviera que ganarse al público desde ceros.

Para innovar no hay que reinventar la rueda, basta con detenerse y observarla, entender de qué otra forma distinta puede operar, reducirla a los radios y la madera y la mínima expresión de ella que todavía funcione. En Unlearning, los beats son pelados, descubiertos. En vez de añadirle cada vez más ingredientes a la receta, Evidence les resta y espera a escuchar qué pasa. Entre loops y samples y todo el espacio vacío que dejan, su voz parca se cuela entre las grietas como el sol tras una pared de madera vieja. Así destaca. Incluso, hay beats como el de Won’t give up the danger, de Mr. Green, en el que parece que se combinaran distintas versiones, con la secuencia del teclado en distintas notas cada una. Con Taylor made suit, V Don hace de apenas una línea de bajo gruesa una atmósfera envolvente que basta y sobra para que Evidence la cabalgue.

La magia del disco está en los detalles, inaudibles quizás para oídos perezosos.

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A lo largo del disco, su escritura es concreta, corta la grasa. Casi no hay dobles ni apoyos, Evidence lo mantiene crudo. Se siente el sabor de demos y maquetas, del inicio de algo nuevo que se está cociendo en la estufa, aun si la sabiduría tradicional indica que grabar en un estudio con un buen micrófono sería la mejor decisión.

Eso era lo que él hacía antes, recuerda en All of that said, cuando buscaba que los ingenieros dejaran la mezcla lo más alta posible. Y aunque no fue el primero de la fila, lentamente construyó su imperio. Por eso ahora puede tomar estas decisiones, como afirma en Talking to the audience:

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I'd rather hear emotion and vocals recorded poorly than some clean shit with no feeling / End of story I've been known for dealing / Hardship / I'm just a magician who's dealing card tricks .

El dolor y la fuerza en

Unlearning

Vol 1

Esta actitud de aprendiz también se refleja en la compañía que Evidence elige para el álbum: Boldy James, Conway The Machine, Navy Blue y Fly Anakin son todos colaboradores nuevos en su discografía, y lo atan al sonido de la ola del rap underground contemporáneo, también minimalista, de la escuela del menos es más.

Por eso los beats de Daringer, V Don, Mr Green, Sebb Bash, Graymatter, Animoss y los suyos propios arropan perfectamente el contexto en el que se encuentra. Con todos ellos afina su instinto para luego seguirlo hacia donde sea que lo lleve, incluso aunque sus amigos le recomienden lo contrario: en Taylor made suit cuenta de uno que le dijo que mejor no escribiera tantas cosas personales, como si no rapeara justamente para eso.

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El estilo sosegado con el que Evidence se desliza sobre las instrumentales no se debe confundir con falta de fuerza, que es lo que le sobra a este álbum. Las agallas con las que se enfrenta a la vida hacen de la escucha una experiencia vibrante.

Entre la falta de sueño, el peso del día a día, los demonios que no ha derrotado y los sentimientos que no se extinguen, no cesa en el intento de ser su mejor versión.

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Raise my tone, if I'm broke I ain't taking a loan / I'll dig myself out of a hole that I made on my own / Until I shovel dirt back from grave to the stone / Staking my claim / From the days that I've been making it rain”, afirma en Pray with an A.

Se mete al ring y si se lleva algunos golpes, que así sea, pero él se para duro y espera que toda la presión que carga saque diamantes de sus heridas.

El dolor y la fuerza se trenzan y danzan en Unlearning. Su vida, después de todo, es a la vez trágica y hermosa, como admite en Delay the issue. Pasa de prepararse para contarle a Enzo dónde está su mamá mientras aguanta las lágrimas a rechazar los ofrecimientos de ayuda de familiares y amigos (como describe genialmente en la segunda estrofa de Won’t give up the danger, desde el punto de vista de ellos y no el propio) porque piensa que la batalla es solo suya. Sobre todo, porque por encima del sufrimiento está la certeza de que él y Enzo van a estar bien: él se encargará de eso. Con esa certeza acaba el álbum en el corte más optimista, Where We Going From Here...:

The first day in a while that I woke up out the right side of bed / It's not my choice / I decided instead.

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Y se pregunta qué viene.

Tras cada etapa exitosa de su carrera, explica Mtume, quemó los puentes que lo unían a ella, para así no poder volver aunque quisiera. Y al inicio de Unlearning, a través de un sample, Evidence se pregunta si está dispuesto a desaprender la información equivocada. Pasa a hacer justamente eso, y nos muestra el proceso y cómo lo enfrenta con emoción y nervios.

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Con cada paso que dio hacia atrás para alejarse del micrófono retó las convenciones y se alejó de su etapa anterior. En Unlearning, el puente que lo unía a su etapa anterior arde en llamas y lo ilumina. Él siente el fuego desde la distancia, sobreviviente al fin, pero no lo ve. Ya está caminando hacia otro lado, el desaprendizaje continúa.

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