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Festivales a los que alguna vez hay que ir: Hell and Heaven en el DF

Súbanle el volumen a la música satánica.

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Hell and Heaven

Desde que se anunció una nueva edición del Festival Hell And Heaven se prendieron las alarmas en la escena metalera latinoamericana, sobre todo cuando se confirmaron sus principales artistas: Judas Priest, Megadeth, Deep Purple y Ozzy Osbourne. El pasado 4 y 5 de mayo, en la Ciudad de México, se llevó a cabo uno de los festivales obligados para el metalero de pura cepa.

Por: Wilson Ramírez

El Festival Hell and Heaven se llevó a cabo en el Autódromo de los Hermanos Rodríguez de la Ciudad de México, cercano del aeropuerto internacional, en un espacio rodeado por importantes avenidas que facilitaron la llegada. Más de 160.000 asistentes en los dos días del evento disfrutaron de cuatro escenarios simultáneos con áreas VIP (con carpa, sillas, mesas y baños exclusivos, más un amplio catálogo de bebidas y alimentos), salones de tatuajes, videojuegos, exhibiciones de piruetas en motocicleta y ventas de merchandising oficial de las bandas y del festival. Para que haga cuentas para el 2019, los precios de los alimentos iban desde los $10.000 hasta los $30.000 –con una amplia selección de hamburguesas, tacos, burritos, y demás comida tradicional mexicana–, mientras que la cerveza se conseguía a $15.000 el vaso de litro.

Las presentaciones del primer día iniciaron a las 2:40 p.m. y, a pesar de la hora, los escenarios ya contaban con buena asistencia para ver a bandas mexicanas como Ágora, Sierra León o Jet Jaguar, que animaron a los asistentes que iban recorriendo la amplia zona dispuesta por el festival. Como único representante por Colombia, VEIN hizo su debut en el escenario True Metal, recibiendo una gran acogida del público local y aplausos al final de su actuación. En el escenario Heaven, procedentes de Alemania, la banda Kadavar dejó un sabor a melodías de Led Zeppelin y de Black Sabbath con su rock psicodélico, convirtiéndose en una de las bandas recomendadas para Rock al Parque 2018. Las primeras gotas de lluvia llegaron durante la presentación de Testament quienes, aunque tuvieron algunas fallas en el sonido, dominaron al público con canciones como In To The Pit o The Pale King.

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Las presentaciones simultáneas de Refused en el escenario Hell,  los portugueses Moonspell (con su nueva producción 1755) en el escenario True Metal, y Dead Cross con Dave Lombardo en la batería y Mike Patton en las voces en el escenario Heaven, ponían en serios aprietos a los fanáticos. Para completar, todo esto sucedió mientras una lluvia torrencial se intensificó tanto que pudo llegar a interrumpir el festival.

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Justin Hawkins, cantante de The Darkness, se robó el show al finalizar su presentación dentro del público sin importar la lluvia. También estuvo Mastodon, un grupo que no necesita presentación, que con su rock progresivo y virtuosismo prepararon el terreno para los gigantes que cerrarían los escenarios principales: Deep Purple y Scorpions. En el cierre del Alternative Stage, Bad Religion emocionó con su punk rock al público presente, mientras Greg Graffin lanzaba dardos a las personas que se encontraban en la zona VIP por no disfrutar bajo la lluvia del show.

Deep Purple inició su show con Highway Star mientras la lluvia se iba. Su cantante Ian Gillan, esforzado al máximo, dio un gran espectáculo. Se debe entender que ya los años han hecho su trabajo en la banda y es notable el esfuerzo que realizan por mantener encendida la llama del rock. Por su parte Scorpions dejó boquiabierto a más de un asistente por su calidad y entrega. Fue notable el homenaje al gran Lemmy Kilmister al reclutar a su baterista Mikkey Dee e interpretar Overkill, tema insignia de Motorhead, así como al dar un paseo musical por su amplio repertorio con baladas como Still Loving You e himnos del rock como Rock You Like A Hurricane.

El segundo día inicio con grandes dudas sobre el clima y por eso la mayoría de los asistentes llevaban bolsas y chaquetas, pero el día estuvo candente con algunas de las mejores bandas del metal del mundo. Un amplio repertorio de bandas mexicanas estuvo presente en el cartel, dentro de las que se destacaron Lack Of Remorse, Strike Master y los ya habituales visitantes a nuestro país Los Viejos. Los veteranos Saxon, ya curtidos en las lides de los festivales, aglomeraron una gran cantidad de público en el Hell Stage. Por su parte Tankard y Nervosa deleitaron a los fanáticos del thrash metal en el True Metal Stage, seguidos de los locales Brujeria quienes se presentaron al mismo tiempo que los franceses Gojira. El turno para Marilyn Manson llegó, pero lastimosamente no pudo gozar de un buen sonido. Eso lo llevó a mostrar gran desinterés por cumplir con las demandas del show y de los asistentes, y quizás por esto el público catalogó a este como uno de los momentos más flojos de todo el festival.

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Uno de los iconos del thrash norteamericano hizo su aparición, Megadeth, que con Dave Mustaine a la cabeza ofreció una contundente tormenta de grandes éxitos: Holy Wars, Hangar 18, In My Darkest Hour. Al final los fanáticos se congregaron en gran medida en los escenarios principales, sin dejar de lado a la bella Simone Simons junto a Epica, quienes cerraron el True Metal Stage.

Los asistentes se disponían a disfrutar de Judas Priest, quienes presentaron algunos temas de su nueva producción Firepower, combinados con los memorables éxitos de los británicos, Breaking The Law o Painkiller. Aunque fue notoria la ausencia del guitarrista Glenn Tipton, su reemplazo Andy Sneap dio lo mejor de sí para complacer al público.

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Como acto final de este festival; llego el turno para el gran Ozzy Osbourne quien está presentando su última gira junto al genial guitarrista Zakk Wylde. Osbourne mostró un montaje visual sorprendente donde él aparecía en imágenes de su tierna infancia, su paso por Black Sabbath y su carrera en solitario. Un repertorio lleno de éxitos e himnos del metal emocionó a la multitud expectante a que esa no fuera la última vez que pudiera disfrutar del “Principe de las tinieblas” en los escenarios.

Los fuegos pirotécnicos acompañaron las imágenes en las pantallas de músicos y cantantes insignias del metal ya desaparecidos. Este homenaje sirvió como despedida de la versión 2018 del festival Hell & Heaven que, esperamos, tenga la misma calidad en el 2019.

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