Con el mensaje “el rock and roll vuelve esta noche”, los Foo Fighters llegaron al escenario del Madison Square Garden, que volvió a llenarse en su capacidad completa después de más de 460 días cerrado a causa de la pandemia. Todos los asistentes debían estar vacunados para entrar.
“Hemos esperado más de un año por este día”, declaró Dave Grohl, vocalista y líder de la banda. El músico hizo énfasis en lo importante que fue el trabajo de muchas personas para lograr el show. La banda abrió el concierto con una versión de su hit Times Like These. A lo largo de unas 3 horas, el grupo interpretó algunos de sus más grandes éxitos, así como uno que otro clásico, según reportóConsequence of Sound. Como es costumbre, la banda dio rienda suelta a su espontaneidad con riffs y solos inesperados.
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El comediante Dave Chapelle hizo una breve aparición interpretando Creep, de Radiohead. También hubo un cover de You Should be Dancing de The Bee Gees y otro de Somebody to Love de Queen.
Recientemente Foo Fighters lanzó su disco Medicine at Midnight. Para su aniversario 25 de carrera, la institución global del rock alternativo decidió suavizar la garra y el nervio tradicionales para adentrarse en un universo más pop y optimista. En 36 minutos de álbum, resuenan los coros pegadizos, las atmósferas tipo Let’s Dance de David Bowie, los sutiles arreglos orquestales y esa dosis de refrescante, de todo va a estar bien, propia del pop rock. Medicine At Midnight contó con la producción de Greg Kurstin (Adele, Taylor Swift, Lana del Rey) y su sello en los arreglos es más que evidente.
El décimo álbum de los Foo Fighters fue grabado hace más de un año en la casa de Dave Grohl ubicada en Los Ángeles. El líder de la agrupación analizó en retrospectiva el universo sonoro que construyó en las últimas dos décadas: por un lado, notó composiciones ruidosas y disonantes y a su vez melódicas, ligadas al hard rock y al punk rock, y por el otro, saltaron a su memoria composiciones acústicas y orquestadas. “Me di cuenta de que lo único que nunca habíamos hecho era un álbum fiestero, una especie de boogie rock, y pensé: ‘en lugar de hacer un disco acústico, en el que nos adentráramos en el ocaso de nuestra carrera, decidí que lo mejor era abrir la botella y celebrar’, declaró a NPR.
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