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Ganadores del Grammy a Mejor Álbum: ¿en serio son lo mejor de la década?

Repasamos los ganadores del premio a Mejor Álbum de lo que va de esta década. ¿Qué es lo que merece un premio en los tiempos de las celebridades digitales?

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Foto: AFP

Repasamos los ganadores del premio a Mejor Álbum de lo que va de esta década. ¿Qué es lo que merece un premio en los tiempos de las celebridades digitales?  Pocos se le atraviesan por estos días al reinado del pop en un periodo que abrió Taylor Swift y, por ahora, también lo cerró. 

Si definiéramos los mejores álbumes de la historia por los artistas que se han empacado un Grammy a Mejor Álbum del Año (Album of the Year), nuestro pasado no hablaría muy bien de la creación musical. O por lo menos no nuestro pasado reciente. Basta con recordar la última edición de los premios cuando un figurín pop como Taylor Swift, se quedó con el gramófono por su disco 1989, pasándole por encima a títulos transgresivos, sugerentes y mucho más potentes y complejos como el Sound and Color, de una naciente agrupación como Alabama Shakes; o su principal competidor e, inexplicablemente, perdedor de la contienda: el To Pimp a Butterfly del rapero Kendrick Lamar. Era el momento para que el Hip Hop diera su golpe máximo en la industria y no pasó porque reinó el mercado.

Seis años atrás, Swift ya había ganado el mismo premio en una categoría que año tras año se debate entre apostarle a la novedad o premiar la cantidad de jóvenes que construyen una masa de consumidores que no sabremos si perdurará. Cuesta creer que en el futuro alguien como Taylor Swift pueda quedar grabada en la historia por sus logros en los Grammy, tal y como lo hicieron algunos de los primeros ganadores de ese premio en la década del 60. Época en la que el Sgt. Pepper's Lonely Hearts Club Band de The Beatles registró un hito en la historia de la música; o cuando Frank Sinatra acumuló en su repisa tres de estos premios en solo siete años por sus trabajos Come Dance with Me! (1960), September of My Years (1966) y A Man and His Music (1967).

Sabemos que detrás de los premios, la ceremonia y la sobreactuación se mueven muchas cosas de calidad, pero no se puede negar que los Grammy son un evento que mueve los hilos de la industria, que manda la parada de los negocios grandes. El próximo domingo, el cabeza a cabeza por el Mejor Álbum del año, será entre Beyoncé, con Formation; Adele, con Hello; Mike Posner, con I Took a Pill in Ibiza; Justin Bieber, con Love Yourself y Lukas Graham, con 7 Years. Una lista de nominaciones sin sorpresas ni apuestas. Igual que hace un año. En últimas, lo más raro y meritorio, sería que por fin le dieran un premio a Beyoncé, que en los últimos diez años ha tenido tres nominaciones, pero es solo hasta este año que su reinado como abanderada del Black Power y del pop es indiscutible.

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Repasamos los ganadores de ese premio Grammy al Mejor Álbum del Año para ver hacía a dónde nos ha querido llevar la industria en estos últimos años; para hacerle un pulso al mercado, al reino de la música en el nuevo milenio. En esta época de celebridades digitales y cifras de reproducciones contabilizadas inmediatamente.

2016: Taylor Swift – 1989

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Un álbum que sea reconocido como el Mejor del Año no puede tener pedazos flojos. Y si bien Taylor Swift con este trabajo, su quinto álbum de estudio, logró calar muy hondo en una generación que le gusta cantar a grito herido canciones de pop, por momentos, sus tracks suenan repetitivos. Eso sí, cada uno está hecho como con la misma receta, la de hacer hits. Que más muestra de ello que este sencillo, Shake It Off.

2015: Beck - Morning Phase

El único que puso el grito en el cielo con esta premiación fue el señor ombligo del mundo, Kanye West. Según él, cuando Beck recibió el premio fue la primera vez que oía hablar de él. Un premio que fue casi que sorpresivo, pues sus competidores eran nada más ni nada menos que Pharrell Williams y Beyoncé.  En este año, aunque más afincado en el gusto del público de los Estados Unidos, Beck fue una revelación con un álbum muy personal y construido en bloque.

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2014: Daft Punk - Random Access Memories 

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A las leyendas del French House nada se les puede negar. En 2014 reaparecieron en escena, se juntaron con un par de figuras como Pharrels y Nile Rodgers y la totearon hasta el cansancio. Nadie puede decir hoy que no recuerda Get Lucky. Para rematar, durante esa ceremonia, aparecieron con sus trajes blancos e invitaron a la leyenda del sello Motown Stevie Wonder. No le ha tocado el turno al Hip Hop, pero la electrónica ya se coló en este grupo.

2013: Mumford & Sons – Babel

El indie folk de la banda de Marcus Mumford se impuso en un año en el que el reinado del rock independiente fue fuerte. Jack White, Fun y The Black Keys le competían en un momento en el que el único extraño que se metió en la colada fue Frank Ocean con Channel Orange.

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2012: Adele – 21

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2012 pudo ser el año en que se premió el espíritu cortavenas. Adele convirtió una tusa tremenda en canciones y terminó haciendo el mejor álbum del año. Nadie le quita el vozarrón que tiene, pero ¿era para tanto? ¿Y la gente que se durmió con 21?

2011: Arcade Fire - The Suburbs

No hay margen alguno para que algo así pueda pasar en 2017, pero recordaremos que en 2011, el indie, le daba verdaderas lecciones de corazón al pop. Unas bien ganadas. Pues Arcade Fire competía con Katy Perry y Lady Gaga muy de cerca. Eran otros tiempos.

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2010: Taylor Swift – Fearless

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El triunfo de Swift en 2010 pudo ser un punto de inflexión en la entrega de este premio. Una cantante todavía con mucho de country presentó este segundo disco tal vez sin tantas pretensiones y terminó convirtiéndose en una avariciosa de pop vendedor.  

Eso sí, hay una catapulta hacia la cima que en la mayoría de casos no termina de cuajar en la industria, pero que ha recibido y premiado propuestas para destacar: la categoría de Mejor Nuevo Artista.

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