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Klik & Frik regresan con nueva música

‘Refugio’ es el nuevo EP de los argentinos que terminó la espera por nuevo material.

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Foto Cortesía Klik & Frik
Ignacio Cangelo

Rafa Caivano y Lisandro Sona no paran de hacer música, en muchos proyectos y en sus ya consagrados dúos Frikstailers y Klik & Frik con los que se mantienen en carteles de festivales y shows especiales. Tardaron dos años entre  giras y proyectos para presentar un nuevo Ep, Refugio, reúne cuatro canciones que viajan por sonoridades andinas con la forma que los ha caracterizado de tocar música electrónica con músicas del mundo. Como siempre cada canción está pensada para tejer una historia y cumplir una función.

Para ellos producir música es un placer y encontraron en la música electrónica la razón de su existencia, un universo que les ha permitido  explorar los timbres, las texturas, las profundidades de los beats,  para seguir buscando sonoridades, explorando caminos para entregar con su música experiencias sensoriales.

“Nuestro refugio musical es la curiosidad y el juego. No es un estilo sino más bien una energía, una intención, algo que se mantiene honesto y busca siempre sacar a la luz lo mejor de la gente”.

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Las canciones de Refugio en la voz de Klik & Frik.

Achalay, en el norte de Argentina se usa para expresar aprobación, pero viene de la lengua Quechua y significa "¡Qué lindo!" o "¡Qué bueno!"

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Refugio, hace alusión a la comunidad de personas que sentimos que vayamos donde vayamos, creemos que son una familia con quien protegemos comunitariamente nuestra identidad. No se refiere a la búsqueda de un ghetto latino o argentino, sino más bien a una tribu con un sentir en común. Gente de diversos lugares y orígenes que frente a la constante sensación de que este planeta se termina, nos ayudan a construir una red empática, y nos dan una razón noble para seguir permaneciendo de este lado.

La Puna Satie, surgió por escuchar durante mucho tiempo al célebre compositor francés Erik Satie. Sin darnos cuenta un día, jugando con un viejo piano vertical empezaron a surgir unas melodías que nos recordaban mucho a él y al mismo tiempo Rafa estaba dando sus primeros pasos con un instrumento andino llamado Pincuyo. Sin querer se dio una especie de charla musical entre dos mundos, aquella Paris de fines del siglo XIX y los pueblos indígenas de La Puna.

Las Penas: Bueno, hay una frase muy bonita de Atahualpa Yupanqui que dice "las penas son de nosotros, las vaquitas son ajenas". Es una frase tan dolorosa y refiere a un dolor muy latente en América Latina... Por supuesto que musicalmente nuestra canción no tiene nada de Atahualpa, pero la inspiración vino por ese lado.

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