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La historia detrás de ‘La Revancha de los Tímidos’ de Alcolirykoz

La historia de un álbum determinante para el rap colombiano

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FOTO DE JULIÁN GAVIRIA

A finales de este 2020, mirar diez años atrás y encontrarse con La Revancha de los Tímidos de Alcolirykoz es volver a un trabajo que ni dio tregua ni la pidió, ni ante la vida ni ante el panorama del rap.  

Por Santiago Cembrano // @Scembrano
Fotos de Julián Gaviria 

La cifra era exorbitante. Cada vez que Gambeta preguntaba por, más o menos, cuánto costaba conseguir a un buen fotógrafo para que hiciera la portada del nuevo álbum de Alcolirykoz, recibía respuestas que lo dejaban aburrido.

No había plata, y con los millones que supuestamente necesitaban para lograr un arte de calidad profesional, parecía que el objetivo que tenía la agrupación de rap de Aranjuez, Medellín, iba a quedar truncado.

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En 2007, Alcolirykoz había debutado con En Letras Mayúsculas, una demo con una propuesta culebrera y reflexiva desde las esquinas de su barrio. Un par de años más tarde estaba preparando su primer álbum.

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A Gambeta, Kaztro y Fazeta los impulsaba la ambición, como lo cuenta Gambeta: “Buscábamos hacer algo más grande que En Letras Mayúsculas. Hablo no solo de la música, sino de cosas básicas como un diseño pro, una fotografía pro, una producción más larga”.

La portada que buscaban llegaría cortesía de Julián Gaviria aka El de las Fotos, que desde entonces se volvería casi que un miembro no oficial de Alcolirykoz. Él les ayudaría a escoger el nombre del álbum: La Revancha de los Tímidos. El LP debut de AZ, publicado en octubre de 2010, hace ya diez años, construyó sobre la promesa de En Letras Mayúsculas y mejoró cada aspecto.

Los beats fueron hechos a cuatro manos entre Gambeta (antes de ser El Arkeólogo) y Askahp, en cuyo estudio se hizo el disco y que era el encargado de trasladar a las instrumentales las ideas y maquetas que Gambeta le llevaba. Hay mucho jazz y tintes de soul y más música negra a lo largo del álbum.

Las letras y los rapeos mantienen esa energía desenfrenada y desmesurada de la etapa temprana de Alcolirykoz, y cada línea está repleta de palabras a más no poder. En sí mismo, el disco es largo: son dieciséis canciones y más de una hora en total, con varios temas que superan los cuatro minutos de duración. Se siente el pedal pisado a fondo y el hambre por rapear y rapear y rapear y rapear.

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El nombre de Revancha es preciso para el temperamento del disco: se sienten la rabia, el hambre y la determinación ciega en cada rima de Kaztro y Gambeta. Cada canción golpea como el ataque de una guerrilla, en un contexto muy distinto al actual. En los últimos diez años el rap colombiano ha ido creciendo y cautivando a un público cada vez más amplio.

Pero en 2010 era necesaria una convicción terca, casi religiosa, para ser rapero; había que hacerlo por el rap mismo, porque la plata u otros frutos no parecían posibles. “Si ven que me estoy muriendo de hambre por hacer el rap que quiero, déjenme”, exclama Gambeta en Comediantes de Velorio, la canción más destacada del álbum y la carta de presentación de Alcolirykoz a lo largo de los años luego de que saliera La Revancha.

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Entre trabajos inestables y mal pagos y seguir rapeando duro como modo de vida, temas como Clapzz, Rap, Sexo y Saxofón, No Nos Trajo La Cigüeña y El Barman y el Chef cargan ese espíritu vibrante y puro, esa fe que es el motor del disco.

La Revancha de los Tímidos subió el nivel de Alcolirykoz y a partir de esa base seguirían construyendo con discos como Efectos Secundarios (2014) y Servicios Ambulatorioz (2017), camino a consolidarse como la agrupación más importante del rap colombiano actualmente. A finales de este 2020, mirar diez años atrás y encontrarse con este disco es volver a un trabajo que ni dio tregua ni la pidió, ni ante la vida ni ante el panorama del rap.

A punta de sarcasmo se defendían de los golpes y de las dificultades que enfrentaban. Mejor aún, con sarcasmo y sabiduría reinterpretaban esos retos y los hacían canciones. Para recordar cómo se hizo La Revancha de los Tímidos, hablamos con Gambeta.

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Foto Cortesía Alcolirykoz

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¿Cómo recuerdas la época en la que estaban haciendo La Revancha de los Tímidos? ¿Qué estaba pasando en sus vidas?

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Veníamos de En Letras Mayúsculas, que fue una manera de decir “Vea, esto es AZ”. Y luego entendimos que nos hacía falta una mejor portada, porque la primera la tomó un parcero con una camarita Samsung Pirata, y el diseño lo hizo un parcerito que apenas estaba aprendiendo.

La vida era puro corre corre, puro camellos de empresas y sacar el tiempo que uno podía pa’ rapear. Estar saltando de una empresa a otra. Cuando nos metimos en La Revancha, fue lo más ambicioso en ese momento. Fue el primer paso para decir que de ahí pa’ allá usted no se podía bajar de eso, pues. En En Letras Mayúsculas solo estábamos haciendo rap y La Revancha nos puso de cara a todo lo demás.

¿Cómo cambió la música desde En Letras Mayúsculas?

Nosotros queríamos que La Revancha llegara con un poquito más de libertad que En Letras Mayúsculas. Teníamos más herramientas. Cuando el Askahp nos mostró lo que podía hacer sampleando lo que yo le llevaba, ahí sentimos que íbamos a dar un paso muy grande a la hora de hacer música. En La Revancha el espectro se agrandó. Yo hacía los proyectos en la casa de el Loco o donde algún pana y se los llevaba macheteros. Tuvimos una discusión larga sobre si samplear o no samplear. Yo le dije ese día: “Haga un beat tocando pianitos y violines que supere lo sampleado, y si a mí no me gusta, sampleamos”. Y no lo superó, entonces empezamos a samplear.

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¿Por qué tímidos? ¿Revancha frente a qué?

Ese nombre salió de algo que nos la pasábamos pensando siempre, y era como la manera de ser de nosotros, sobre todo en ese tiempo. Kaztro es un personaje que no tiene ni redes sociales, siempre ha sido alejado de eso. Estábamos alejados de lo que normalmente era un rapero en ese tiempo: más extravagante, más extrovertido, más en la película. Nosotros éramos otra cosa. Pero el nombre se hizo un día que un amigo me pasó un álbum que se llamaba La Revancha del Tango, y yo chimbeando dije “Bueno, lo de nosotros es la revancha de los tímidos”. Y así se iba a llamar solo una canción, no iba a ser el nombre del álbum. La revancha de los tímidos: los que no son como los demás vienen con toda y se tragan medio mundo.

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Cuando fuimos a donde Julián Gaviria, que es parte importante de la historia aquí, teníamos un nombre para el disco que venía desde En Letras Mayúsculas: Monumento a la Crisis. No sé por qué putas, pero estábamos en esa película.

Cuando conocimos a Gaviria y le contamos eso, él nos hizo sentir cómo él percibía el asunto, y desde ese día entendimos cómo camellar con él. Nos dijo: “Yo que hago fotografía, a veces necesito un título o algo que me dé a mí pa’ crear. Y Monumento a la Crisis no me da nada, y aparte, si les soy sincero, no representa este álbum, ni ‘La Danza del Miedo’ ni ‘Comediantes de Velorio’, que son pura sátira y sarcasmo”. Tuvimos que darle la razón, era real. Él dijo que hiciéramos un top tres de títulos de canciones que nos gustaran más, y todos pusimos de primero La Revancha de los Tímidos. Y así quedó la vuelta.

¿Cómo llegó Julián Gaviria a Alcolirykoz?

Yo en ese tiempo parchaba mucho con Crew Peligrosos, cuando se estaban formando. Había un parchecito que siempre llegaba allá: El Fiscal, MC Kno, Junior Ruiz, varios raperos. En ese tiempo yo le hice un favor a Henry (El JKE) y él me dijo: “¿Ustedes qué necesitan? ¿En qué les puedo colaborar?”. Entonces yo le dije: “Andamos haciendo el disco y estamos empeliculados en conseguir quién nos haga una fotografía bien chimba”. Y él me dijo: “Parce, yo conozco a un man que no solo es un fotógrafo muy teso sino que le gusta Alcolirykoz y el rap. Le doy el número y hable usted con él”. Pero yo sentí eso como “No, marica, ¿qué hago ahí si no hay plata?”. Y él: “Llame a ese man, uno no sabe”.

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Yo la pensé mil años para llamarlo, imaginate, sin plata. Un día me decidí y llamé a ese marica. Le conté la historia y le dibujé el paisaje, qué hacíamos y qué queríamos. Y él me dijo “Parce, pillémonos, reunámonos”. Llegó en mera moto gigante a Aranjuez y parchó conmigo y con Kaztro. Nos sentamos, le regalamos En Letras Mayúsculas, le echamos el carretazo y ahí empezó la vuelta.

Sin yo mandarle las canciones a Julián de La Revancha, solo con las de ELM me empezó a mandar por esos días mensajes de texto con frases de canciones. Yo decía “Esta gonorrea está metido en la salsa”. Tuvimos otra reunión y yo le mandé algunos temas de La Revancha. No, parce, yo no me aguantaba a ese marica llamándome de la nada para hablar de los temas. Yo decía: “Este man esta loquito, rayado”. Nunca había pillado a alguien tan emocionado con lo de nosotros. Se metió una empeliculada la hijueputa, mal. Sintió que lo que teníamos entre manos era muy grande, y nadie más lo había visto así.

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Gaviria tuvo mucha puntería y empezó a ayudarnos en todo. Consiguió el diseñador, hizo la fotografía y de ahí pa’ allá todo. Ahí emprendimos vuelo, a entender al gremio y a nosotros. Sentarnos a hablar con él era como sentarnos a hablar con el público. “Yo los escucho así, los entiendo así”. No estábamos acostumbrados a eso, mi fai, porque éramos raperos haciendo rap para nosotros. Toda la vida crecimos así, haciendo canciones para nosotros. No había redes ni nada como para tener feedback. Con Gaviria hicimos un filtro el hijueputa.

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Y para La Revancha de los Tímidos fue también que llegó Fazeta a ser DJ de Alcolirykoz, ¿no?

Fazeta fue el primero que nos compró En Letras Mayúsculas, hágame esa. El primero que nos lo compró como un fan. Nos dijo “¿Cierto que es el primero?” y nosotros “Sí”. Y él “¡Parce, gracias!”. Fue en ese mismo parche que te digo de Crew Peligrosos, ahí caían raperos y bboys. Fazeta empezó con nosotros como un DJ prestado, nos colaboraba en presentaciones así pequeñas. “Parce, ¿nos va a poner las pistas hoy?”, y él: “Hágale, de una, yo les colaboro”. Y luego consiguió sus tornamesas. Caía al parche y nos hablaba. Llegó a decirnos cuál era su plan y su ideal, y era muy parecido al de nosotros. Hablábamos de Dilated Peoples como una formación muy chimba, y hay mucha influencia de eso en nosotros: un DJ y dos manes que rapearan.

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Y cuando empezamos La Revancha de los Tímidos ahí Fazeta ya estaba de lleno en la candela. Incluso hablábamos de que la mayoría de DJ que conocíamos de la vuelta, cercanos, tocaban con varios, pero no eran DJ de ninguno. Y yo le decía que queríamos tener un DJ de planta, propio. Y Fazeta quería eso mismo. Entonces dijimos: “Vamos a sacar al DJ en la portada”. Uno buscaba al DJ de Onyx y no aparecía muchas veces en las portadas. Yo decía que qué chimba que el DJ fuera parte del grupo. Eso fue lo que más nos ancló, esa ambición de Fazeta de querer ser DJ de un grupo así y de nosotros de querer un DJ de planta, no alquilado.

¿Cómo sentían el panorama del rap colombiano en ese momento? ¿De qué forma creían que lo suyo aportaba o se diferenciaba?

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Nosotros veíamos que en el panorama había cosas muy chimbas, pero lo que más nos gustaba ya había sido hace rato. Son los que siempre cito yo: Rulaz Plazco, Tribu Omerta, La Zorra. Los que eran más o menos de la edad de nosotros o un poquito más viejos estaban haciendo otro tipo de cosas, un rap más social, más de denuncia, más tristón, más sentimentaludo, más nostálgico, más abajo.

No era rap para poguear ni para tirar caja ni para alegrarse ni para animarse. Nosotros llegamos con La Revancha a decir: “Esto es lo de nosotros, creemos que esto falta en la escena”. Pensábamos mucho en Medellín, no tanto en Colombia, porque en realidad no es que hubiera muchos medios para escuchar cómo estaba el rap de todos lados. Sí teníamos la idea más o menos de Bogotá, que siempre ha sido más oscuro.

Cuando salimos con lo de nosotros, estaba esa película de ese jazz dixieland, de cabaret o de caricatura a lo Tom y Jerry, alegrón. Música de salón, güevón. Y las letras eran como tiros de esquina, chistes de doble sentido y esas chimbadas. Eso fue lo que quisimos explotar: después de darle tantas vueltas, siento que eso nos dio una personalidad. Y eso viene de En Letras Mayúsculas: Acrobacias y La Eterna son las canciones que nos dieron la personalidad o la identidad para hacer La Revancha de los Tímidos.

Sí, el sonido de La Revancha es mucho de jazz. ¿Cómo desarrollaron el sonido que querían lograr para este álbum?

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No hacíamos sino escuchar el underground de la USA: Arsonists, Non Phixion, Jedi Mind Tricks, Dilated Peoples como un hijueputa, Boom Bap Project, KutMasta Kurt, Cunnynlinguists. Hay un combo que si usted reúne todo eso, ahí sale Alcolirykoz musicalmente. Empezamos a buscar la versión propia de eso que escuchábamos. Yo iba mucho a donde El Loco y gracias a todos los samples que bajábamos y nos conseguíamos, empezamos a crear carpetas gigantes de samples: plancha, boleros, jazz, soul. Nos enteramos en forma de qué era el soul. El sample de El Barman y el Chef es soul.

Queríamos samplear cosas que nos desmarcaran del sonido de acá, y eso nos dio ese color. Así fue como surgió todo eso, de samplear y samplear. Ese era el proceso mío: hacer maquetas muy macheteras con El Loco en su casa y se las llevaba al Askahp, que ejecutaba eso de una manera muy niveluda para ese tiempo. La producción fue a dúo entre Askahp y yo. Él era como un traductor el hijueputa, cogía mis maquetas y cortaba mejor el sample, con mejores bajos, mejores bateras.

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¿Cómo sientes esos beats en calidad y con el paso del tiempo, escuchándolos hoy?

Jefe, para mí han resistido. Para mí han resistido hasta los de En Letras Mayúsculas. Yo no volvería a rapear como rapeaba en ELM, pero usted coge un beat como “El Reino de los Suelos”, mi fai, y cualquiera puede hacerse algo chimba con eso hoy. Sí logramos desde un principio, siendo sinceros, un sonido melo para la época. No hay un beat que yo diga “Uy, gonorrea, qué caspa esto, qué piratada”. Con los rapeos sí escucho cosas y digo “Bueno, esto ya no lo haría yo, esto lo mejoré”. En cuanto a sonido, le camellamos tanto y fuimos tan nerdos que todavía sigo orgulloso de escuchar los beats de La Revancha. Clapzz se da la pela con lo que sea que salga hoy de acá.

Sí, creo que en lo que más se siente el cambio de Alcolirykoz es en los rapeos. Tanto en la escritura como en el registro. Ese estilo súper enérgico y rápido ha dejado paso a uno más deliberado y con más énfasis en cada palabra. ¿Cómo sientes ese desarrollo hoy?

Cambia igual que cambia usted en la vida. Si usted a los 20 se complicaba mucho, ahora a los 30 es más descomplicado. Así es el rap, mi fai. Era muy complejo, lleno de formas y de términos. Ahora, para mí es más descomplicado, pero más avanzado en otras cosas. Lo que me parece chimba de que el proceso de AZ sea tan largo es que si usted sale hoy al rap, puede que se quede rapeando así como está rapeando hoy un montón de tiempo. Pero con AZ nos hemos dado gustos y maneras. Yo estoy feliz con lo que hice antes, porque sé que no lo voy a repetir, pero está ahí, ya lo hice. Puede que vuelva y lo toque. Si usted hace un concierto y quiere recordar cosas de La Revancha, las va a tocar y va a sentir que sigue siendo ese, pero era usted con 20 y punta. Eso es chimba, güevón. Haberles dado la vuelta completa a las posibilidades. Me parece chimba que si ahora rapeo sencillo por intención, también es chimba irse para atrás y ver que era muy metralleta en muchas cosas.

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Se siente a lo largo del disco una actitud de guerra, a la vez la desesperación y la convicción. Como cuando en Comediantes de Velorio dices “Si ven que me estoy muriendo de hambre por hacer el rap que quiero déjenme”.

Esa época sí era muy hardcorera, eso es innegable. Uno no se va a quedar rapeando igual a esa energía. Bajarle un poquito a esa energía no es perder convicción, sino cambiar de forma y de estilo. Todo era mucho más pesado. Hoy la energía está puesta en otra cosa, en lo que digás, así lo digás casi susurrado. Eso también es chimba porque habla de las épocas. Y si usted no alcanzó a rapear así, a lo mejor vino luego. Éramos más jóvenes: había más rebeldía, más hambre y más rabia acumuladas. Tanto que luego uno decía “Bueno, ¿cómo sonaremos rapeando más tranquilos?”. No solo bajar el volumen, sino dominar el rapear tranquilo. Cuando lo empezamos a dominar, nos pareció chimba. Cuando hicimos un tema como “NADA”, que es serenidad, supimos que no era tan breve. Había que dominar esa manera y no aburrir.

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Pero insisto un poco en esa frase. ¿Cómo sentían el futuro de su rap en ese momento? O, digamos, ¿sentían que lo que estaba haciendo era viable y sostenible?

Nosotros no estábamos esperando plata del rap, gonorrea. Queríamos hacer el rap que queríamos. Esa frase era mi manera de convencerlos tanto como yo estoy convencido. Se los estoy diciendo y lo cumplo. Era rap por el rap, lo hacíamos por el placer de escucharnos. En cualquier época, incluyendo esa, hasta hoy, siempre ha habido raperos en el dilema de si da plata o si hay que hacer otro género. Y siempre va a existir ese dilema mientras no se paren duro para que el rap sea tan atractivo como ven los otros géneros, que les ofrecen otros públicos y otra plata. Ya teníamos una rebeldía radical para decir eso.

Uno ahora habla con parceros y hay gente pensando en porcentajes, cuánto pierde, cuánto gana. A más de uno que es cercano le digo “Pilas con eso”. Es chimba que algunos se hagan unos pesos, que nosotros nos hagamos unos pesos. Pero hasta el que no se los ha hecho los está esperando ya porque otros los hacemos. Entonces cuando llegan al rap, no sabe uno si ese rap que están haciendo es 100% convicción o por esos pesos. Lo chimba a veces del rap es cuando usted siente que no lo están haciendo por esos pesos sino porque les gusta, y luego si les da unos pesos, qué chimba.

En ese tiempo, decir esa frase era como decir “Si ustedes creen que estoy haciendo esto por plata, están inventando. Si me ven llevado del hijueputa por hacer esto, voy melo. Porque estoy convencido de por qué lo estoy haciendo”. Todavía se lo digo a mucha gente. Yo feliz de que el rap me de unos pesos, feliz de comer del rap. Pero también espero que el día que no me dé un peso, lo seguiré queriéndolo, enamorado del rap como siempre. Yo nunca le exigí nada. No es una obligación del rap mantenerme. El rap no es el sugar daddy de nadie, gonorrea.

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Al final del tema, el outro, habla de que “Si Alcolirykoz hubiera lanzado su disco en otro país, o estarían en la cárcel o ultra millonarios. Acá no pasa nada, ni siquiera los ponen presos…”. ¿Qué querían decir con eso?

Ese es el viejo Moncho, que en paz descanse. Era el tío del Askahp. Con eso hablamos de la desventaja en la que vivimos acá todo el tiempo. No solo en el rap, sino en el punk, en el rock, en el diseño gráfico, en todos los gremios. Han pasado diez años de La Revancha de los Tímidos y hay gente que podría contar esa misma historia, así no seamos nosotros mismos. Hay un montón de pelados que pueden decir eso, que se sienten en una desventaja la hijueputa solo por ser de acá. Si hubiéramos sido de otro lado, estaríamos hechos o embalados. Acá no pasa nada.

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Hay una frase que decía El Fiscal cuando le echaban flores a algún rapero. Por ejemplo si usted dijera hoy que Roc Marciano es el putas, él diría “Ah, pero si hubiera nacido en Colombia estaría pegando ladrillos”. Él lo decía con cualquiera, con KRS-One. Es crudo y real. Hay manes que allá en la USA son súper icónicos como MF DOOM, y acá serían una sombra. Acá hay mucho talento desperdiciado, que se dedicó al bandidaje. Hay gente decepcionada del rap de la vieja guardia, yo he hablado con ellos, se siente 100% decepcionada del rap. Así uno no esté de acuerdo, entiendo.

Si el rap no me da plata mañana, no se la voy a exigir como si fuera mi acudiente. Suerte. Yo me desprendí de eso. Desde esas canciones lo teníamos claro. Había parceros que se me acercaban a decirme que no me iban más con el rap. Y yo: “Deje la despedidera, gonorrea, y ábrase de una vez”. El rap es eso, güevón. Disfrute la música, no le pida más. Si le da algo, chimba”. AZ decía eso en las canciones y estaba palpable en la vida real. Por eso, aunque suene paradójico, nos llegó: por no esperar ni chimba aunque le dimos un montón.

¿Qué pasó cuando salió el disco? ¿Cómo sintieron su recepción?

Uy, nea, eso nos metió de cabeza en que no podíamos darle la espalda a lo que habíamos hecho. El mismo año en que salió La Revancha de los Tímidos, nosotros pasamos a Altavoz Internacional. Audicionamos con canciones de La Revancha sin que hubiera salido. Y el disco llegó o el mismo día o el día anterior a que tocáramos en Altavoz. Ni antes ni después, justo para ese toque. Con ese disco por Altavoz, todo el mundo nos compraba esa gonorrea. Kaztro por un lado y yo por otro, y a vender. Y cuando nos bajamos de tocar la gente se arrimaba, que quiénes éramos, que de qué barrió éramos.

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La Revancha nos regaló eso: nos hizo sentir como un grupo importante siendo unos pirobos novatos. Nos decían que no habían escuchado rap así. Eso nos motivó hasta la chimba. Necesitábamos eso. Nosotros éramos unas gonorreas despreocupados, sin redes sociales, sin celular, nada. La Revancha nos dijo que había que organizarnos: celular, redes sociales, mover la música así. Nos metió en el business, así fuera independiente. Nos comprometió. Y nos dio con qué pelear. Íbamos a festivales de rock siendo el único grupo de rap. Llegábamos con los temas de La Revancha y cómo fue, gonorreas. Y levantábamos a los rockeros a la segunda o tercera canción. Esa fue una escuela la hijueputa para AZ.

***

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La Revancha de los tímidos (canción por canción)

Así No Más

Es de esas introducciones que muestran el menú de Alcolirykoz. Eso somos nosotros. Pa’ que no tenga sorpresas, gonorrea. Retahílas, refranes y todo lo que brota de este suelo. Una lista de las cosas a las que usted se va a enfrentar en el disco.

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La Revancha de los Tímidos (con Jannyval)

Yo al Jannyval lo conocí porque competí contra él en Batalla de Gallos. Se creó una amistad. Un día me llamó para decirme que quería entrenar conmigo para ir a participar a un campeonato de esos. Siempre nos gustó mucho el rap competitivo a nuestra manera. Este tema tiene su ego a su manera, es competitivo. En esa época a nadie le iban a adjudicar eso o “Ah, eso es una tiradera”. No, es que la gente es muy sorda o perdida o poco estudiosa. Creen que el rap es así solo cuando hay un lío, güevón, y el rap es súper deportivo en eso, gonorrea. El rap por deporte, medirse todo el tiempo. La Revancha de los Tímidos es eso, todo el tiempo chuzando al otro: “¿Qué? Si es mejor, hágalo pues. Si tiene algo pa’ decirme a mí, dígalo ya, gonorrea. Vea lo que digo yo con todo el descaro”. Es eso, güevón.

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“Ser mejor que los demás no es malo, pero es peligroso que lo sepan”. De entrada era mi manera de decir que éramos mejores, pero de una manera elegante. Y la amistad con el Janny fue eso, nos juntábamos los dos a improvisar uno contra uno siempre. Cuando salió la canción debía tener ese veneno. El Janny sigue siendo re pana de nosotros, estuvo desde el inicio.

Comediantes de Velorio

Comediantes fue como la hoja de vida de Alcolirykoz por muchos años. Fue el tema que nos impulsó en todo lo demás. Comediantes se le metió al rancho hasta al hijueputa, hasta a los rockeros. Fue una canción que no pudieron esquivar. Alejandro Marín la puso en La X y cuando fuimos a tocar a Bogotá había un montón de gente que conocía ese tema. Si La Revancha de los Tímidos es un álbum importante para nosotros, Comediantes de Velorio es la canción de esa época más importante. Tanto que yo llegué a escuchar a un montón de grupos sacando su propia versión de ese tema. Chimba que terminen copiando hoy a su gente que de otro lado. Mejor que copien hoy a No Rules que a un grupo de afuera, mil veces.

Clapzz

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Clapzz es ese lado más serio, de otro rap. AZ tiene varios estilos, pero siempre está entre esos dos: entre lo jocoso y aleta pa’ desatinar y lo que te hace arrugar las cejas. Clapzz tiene ese espíritu. Uno ya empezaba a hablar en códigos del rap. Fue una manera de citar a KRS-One con lo de “Clap your hands”, y así lo metimos. Era una manera de educar, así suene charro, era como dar información. “Pille, escuche a KRS-One, gonorrea”. Eso viene de Kurtis Blow. Hace año rapeaban solo sobre palmas en las fiestas. Si me sigues con las palmas, yo le doy forma… Era una manera de recrear esa forma prehistórica de cypher, de la gente haciendo palmas, un man rapeando y ya. Así arranca el tema. A lo mejor más de uno no lo entiende ahora así, pero con esto queda clarísimo que era una manera de informar, güevón. No había tantos datos. Me parece que Clapzz es un tema muy rapero.

La Danza del Miedo

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Escuchábamos mucho Celph Titled y grupos así en esos tiempos, con samples como caricaturescos. Nos gustaba mucho eso. Cuando salió el sample de La Danza del Miedo, nos parecía que era similar a una cumbia de Lucho Bermúdez, con los mismos compases; tanto que en los conciertos la mezclábamos. Ese sample lo sentíamos cercano a esos porros que ponían en la fiesta de la abuela, pero para hacer algo mucho más rapero. Así salió La Danza del Miedo. Siempre me gustó esa temática, de hablar de la sociedad como la veía una nea como uno, ¿me entendés? Globalizaba el rap. No lo dejaba solo en las temáticas de esquina, sino que era un análisis psicológico. Me gustaba eso. A lo mejor ahora uno no lo hace tanto, pero también creo que no es tan necesario. En su momento sentimos que hacía falta.

A Mijazz (con Kumyzz)

Estábamos engomados con el jazz y toda la película. Ahí fue cuando salió lo de “ninjazz”, porque todos nos decíamos “ninja”. El Kumyzz es un re pana de toda la vida, de acá del barrio. En ese momento era un peladito, y era como la promesa. Apostamos por él porque quería meterle moral a la vuelta y podíamos impulsarlo. Más que haber acertado o que el Kumyzz haya seguido haciendo música, eso tiene que ver con la intención de AZ de apostar siempre por el que tiene el hambre que tiene uno. Lo de “A Mijazz” era mostrarle a la gente cómo unos hijueputas rapeaban a la velocidad de la luz en un beat jazzero hasta la chimba. Casi que no había nadie que rapeara sobre samples de jazz.

El Casino

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Llegó a ser de esos temas que no faltaban en los conciertos de nosotros hace años. Fue el primer tema en el que invitamos músicos a tocar. Lo seguimos haciendo tiempo después, pero en esa época parceros del rap no estaban tan familiarizados con invitar músicos. Ahí el trombón lo toca el hermano del Askahp, y la trompeta la toca un socio de ese marica con el que tocaban en un grupo de latin jazz. Llegar al estudio del Askahp fue juntarnos también con esos manes. A veces llegábamos y estaban grabando, y salía la duda de “Hey, chimba si algún día tocan un beat de nosotros”. Y este me pareció perfecto para eso.

Quien No (con Jannyval, MC Julo, MC Mago Real)

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El Julo es de Cartagena, ese marica es pana. Es del combo de Ari. Vino a Medallo y caía a mi casa, con ese parcero Freeman, a improvisar. Ahí me fui parcereando con él, siempre tenía hambre de rapear. Entonces le dije “Bueno, vamos a tirarnos pa’ un tema”. Caímos al estudio El Julo, Jannyval y nosotros. Ese día también cayó el Mago de roce, y lo invitamos al tema. Era ese rap con rimas competitivas, ahí hay varias sabrosas. Puede ser el tema más peleón o competitivo del disco, tiene esa aura.

Una Resaca Más

Fue de esos catorce cañonazos de La Revancha. Nos gustaba ese sonido alegrón porque sonaba como cantinero, de un lugar donde se bebe. Era una atmósfera perfecta para el rap de Alcolirykoz, nosotros nos sentíamos como pez en el agua con beats así. Un ambiente bebedor, como de desatín. Ese sample me lo pasó un parcero de una empresa, un diseñador; el mismo que me mostró a Amy Winehouse. Y me dijo “Yo tengo musiquita. Si le sirve, a usted que hace rap, le paso”. Y me pasó una carpeta y ahí estaba el sample de Una Resaca y yo “Uy, gonorrea”. De una le eché garra. Haciendo el beat ya estaba escribiendo la letra. Es como ese inicio de un estilo que se volvió muy sello de AZ como con Género Rural o La Típica: hablar de farra. Nos dimos cuenta de que teníamos habilidad para hablar de esa mierda como por escenas. Nos pareció chimba y por eso lo seguimos aplicando.

Rap, Sexo y Saxofón

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Tuvimos la suprema visión de no meterlo en En Letras Mayúsculas, y eso estuvo bien. No tiramos ese temazo en el demo para que no pasara por alto, lo guardamos para el álbum para darle importancia. Debe haber maquetas viejas del beat de Rap, Sexo y Saxofón cuando lo hice yo maqueteado en la casa del Loco, tenía una batería aleta. El nombre es por el libro de Gonzalo Arango, Sexo y Saxofón. Nosotros elegimos pegarnos de esa literatura nadaísta, no fue accidental. Los mencionamos y los citamos y hacemos títulos de canciones con referencias suyas. Era para que lo vieran y lo decíamos en las entrevistas. Eran manes de acá que tenían algo parecido a lo que buscábamos hacer. El nadaísmo era muy AZ, desatinando en una esquina.

El Poder de la Palabra

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Tiene figuras literarias que en ese tiempo ni sabíamos cómo se llamaban, mucha metáfora. Exceso de metáfora al 2000%, gonorrea. Eso es, puros juegos de palabras y sobreexplotar lo que hacíamos en otras canciones.

No Nos Trajo La Cigüeña

El lado caricaturesco de AZ, nos iba bien contando las historias gonorreas en beats que nos parecían graciosos o como cortina de película para esa historia. Era una manera de decir que éramos desafortunados, pero a la fresca. Como decir que nos trajo un gallinazo, una forma elegante de decir que estábamos llevados del hijueputa y en una manera de vivir desventajada.

Ultraresistente

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Esa es una postura muy guerrillera de AZ que siempre ha tenido, como decirle a todo el ejército “Parémonos en la raya por el rap”. Éramos muy militantes. Ahora algo tenemos de eso, pero en esa época, por ser más pelados, era mucho más militante. Era más de predicar. Eran canciones para jalar gente, como para decir “Si usted es igual de parado, venga. Si no, suerte de aquí, gonorrea”. Pura selección natural, cortesía de AZ. Así actuábamos y considerábamos que se debía actuar. Creo que estábamos en esa película porque había mucha gente desvinculándose del rap con una facilidad que no asimilábamos. Ahora nos importa un culo, si alguien se va del rap, chao, gonorrea, no hace falta. En ese tiempo sentíamos que estaban abandonando la vuelta. Años después, creo que un tema así sirvió.

El Barman y el Chef

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Ese tema pensábamos dejarlo por fuera, porque teníamos muchos temas. El Jannyval abogó por que lo metiéramos, era su favorito. Es una chimba, hoy es de los favoritos de Kaztro y míos. Si Kaztro y yo nos tomamos los chorros, fijo suena El Barman y el Chef. Ese tema lo sentimos muy personal. Fue un estilo que no había en ese álbum, que luego se llegó a ver más desarrollado. Si usted junta NADA con El Barman y el Chef, son hermanitos: más tranquilo, calma, las frases llevan un vuelo distinto. En ese tiempo decíamos “¿Será que es muy relajado?”. Todo peleonero y eso más tranquilo. Era maduro para su tiempo. Todo lo que uno hizo luego por esa línea ya era más pulido. Tiene juegos de palabras muy chimbas para esa época: “Escogimos la bebida por la sed / Bebimos después de / Saber que en la E decía todas las anteriores”. En ese tiempo, mi fai, pocos hacían eso.

El Show Debe Continuar

Esa es mía solo. Era mi época de estar en camellos gonorreas, me sentía encanado. Era un tema describiendo mi situación. Todavía me parece de las más chimbas. Julián Gaviria me dice que es casi mi biografía de pelado. Las goteras del techo caían. Era como sacarle el IVA a cada cosa mala que me pasaba, se las cobraba. Si había una cosa que me tocó duro, bueno, le sacaba una frase la hijueputa para que tuviera valor y no fuera solo una cosa gonorrea y ya. Me exprimí ahí. Era una declaración: así me tocaba diario y estaba pa’ las que sea con el rap.

El Toque Personal

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Solo Kaztro. Nos parecía chimba que cada uno tuviera su tema. AZ es muy grupo, pero queríamos cada uno sacar su tema.

#LaMúsicaNosUne

 

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