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‘Mi género musical es Quentin Tarantino’, Jessie Reyez

Hablamos con la cantante canadiense-colombiana Jessie Reyez luego de su primera presentación en Colombia en el festival La Solar, en Medellín.

"Pero usted me tiene que ayudar si se me enreda el español, ¿oyó?" Me dice Jessie Reyez segundos antes de que empiece a grabar nuestra conversación. Hace unos pocos minutos bajó de uno de los escenarios del festival La Solar, en Medellín. Durante cerca de una hora guió al público por distintos picos emocionales de alegría, reflexión, rabia y nostalgia. Reyez, canadiense de padres colombianos, canta en inglés, pero habla español, aún si a veces pide ayuda. Su tono suena más como al de una tía caleña que al de una joven de 29 años, quizás porque aprendió el idioma de sus padres más que de su ciudad.
Por Santiago Cembrano // @scembrano - Fotos: Breakfast Club
Jessie Reyez hace canciones que orbitan alrededor del R&B y el pop, y ha ido creciendo rápidamente a lo largo de los últimos años. Figures fue el sencillo con el que empezó a ascender. Desde entonces, ha publicado dos EP: Kiddo (2017) y Being Human in Public (2018), y está preparando su álbum debut. Ha trabajado con Eminem, Calvin Harris y apareció en  The Lion King: The Gift, el álbum de Beyoncé. Es una estrella que brilla cada vez más, pero no lo sabrían si la vieran sentada, rodeada de su familia, en el camerino de La Solar, sonriendo y pidiendo que la ayude si su español falla. Define su música como Quentin Tarantino, por los contrastes emocionales que el director de cine logra con sus películas. Así como el amor y la sangre pueden sucederse en una escena del director de Kill Bill, en las canciones de Reyez conviven en un mismo binomio la ira y una alegre melodía, o notas llenas de confianza sobre discretas notas de piano. Es canadiense, pero también colombiana; está lesionada, pero igual baila; canta para ella, pero a la vez habla por muchas. No intenten encasillar a Jessie Reyez.
Luego de su presentación en La Solar hablamos con Jessie Reyez sobre los impactos de Colombia y Canadá en su música, canciones como Gate Keeper y Far Away y qué significa ser latina hoy. Es la primera vez que toca en Colombia. ¿Cómo se siente?

Feliz. Me sentía súper nerviosa. Ya estoy más relajadita, pero estaba bien nerviosa. Porque yo me siento acá en familia, pero llevaba años intentando presentarme acá por mi cultura, mi sangre, mi sangre colombiana. Aunque yo nací en Canadá aún me siento muy colombiana. Pa' mí era un evento, un momento: el primer show en Colombia ¿Me entiende? Yo gocé, ojalá que gozaran conmigo. Gocé tanto que me cagué la columna otra vez. Acá estoy con hielo, usted no lo ve pero acá tengo hielo amarrado.

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¿De qué forma Colombia y su herencia colombiana están presentes en su música?
Colombia está presente en mi música de muchas maneras. En la música en español, en cuanto a la lírica, uno tiene más libertad para poder usar la poesía, de una manera que si se usa en inglés suena raro, cheesy, cursi, lame, not cool. En español uno puede oír una letra que es tan bonita y tan romántica y profunda que traducida no pega igual. Yo aplico eso a mi música.
Mi herencia colombiana me ha formado como persona. La manera en que me pega la salsa –cuando la escucho me dan ganas de bailar– o con un vallenato o una cumbia bien buenos; la manera en que mis primos decían ‘ve, esta gringuita cómo se sabe todas estas canciones de Grupo Niche y de Alquimia’, y yo viviendo en Toronto. Me ha impactado mucho como persona.
¿Y cómo está presente Toronto, una ciudad tan multicultural, en su música?
Soy muy afortunada de haber nacido allá. La cultura de allá lo empuja a uno a tener las dos banderas y sentir orgullo de ambas, ¿me entiende? A veces uno va a otros lados en los Estados Unidos y en esas ciudades el nacionalismo está muy presente, como esa idea de ‘no, yo ahora soy de acá’. En Canadá uno no dice ‘yo soy canadiense sino yo soy canadiense-colombiana’. O te preguntan de dónde son tus padres. Y así es Toronto: uno puede caminar como tres cuadras y oír cinco idiomas. Hay comida típica africana, de India o China en tres cuadras. Eso es muy bacano, por eso siento que tuve la oportunidad de seguir conectada a mis raíces colombianas, porque nací en un lugar donde aceptaban eso. ¿Cómo se siente y cómo se prepara antes de salir al escenario? Súper nerviosa. Me pongo a tomar un balde de agua, a estirar, a calentar la voz y sueno como una alarma. Cojo a mi equipo entero, a mi familia, y nos ponemos a rezar juntos. Luego estiro un poquitico más y ya, y pum. Se suele de hablar de su música como R&B, ¿cómo la llamaría usted?

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Pa’ mí es Quentin Tarantino, con Kill Bill o Pulp Fiction. Yo contesto así porque me siento en casa cuando hago una canción que es violenta, pero llena de amor; arriba y abajo; norte y sur; negro y blanco. Mi género es Quentin Tarantino, los contrastes.
Fue un momento muy poderoso cuando cantó Gatekeeper, que aborda la cultura de acoso sexual en la industria musical. ¿Cuál cree que puede ser el papel del arte y de su música en la lucha contra la cultura de acoso sexual que permea el mundo del entretenimiento?

Yo hago música egoístamente, para mí. Que la gente se conecte con mi música luego de que es publicada es una bendición que no esperaba. No espero ni pienso en eso cuando estoy haciendo las canciones. Si me pongo a pensar en cómo la gente va a recibir la canción, es como si estuviera fingiendo, no auténtica. Tiene que ser algo personal. Ya si –después de haberla hecho solita en mi pieza– cuando la gente la oye se ven ellos mismos en la canción o que no están solos en el feminismo o en la lucha contra el acoso sexual a las mujeres en la industria de la música, ahí hay un contraste. Por un lado, bacano que a la gente le guste la canción y la apoye; por otro lado, qué tristeza ver los mensajes de todas esas tipas… vos no te imaginás cuántos mensajes me llegaron que decían ‘esto mismo me pasó a mí, pero no puedo decir nada porque es mi jefe o no digo nada para que mi marido no me deje si se entera de que me violaron o ya pasaron los años del statute of limitations’. Entonces, no sé, es difícil de contestar, tiene ambos lados, ¿me entendés?
El año pasado se lesionó, tuvo problemas de columna. Por otro lado, su música crece y todo indica que su carrera va bien. ¿Cómo equilibra lo bueno y lo malo para mantenerse concentrada, a pesar del ruido que hay alrededor?
Soy de buenas al tener un equipo muy bueno que me ayuda a enfocarme. Tengo a mi familia, a mis padres a mi lado, porque nadie lo va a querer a uno como sus propios padres. Ellos me ayudan mucho y rezan por mí mucho. Te doy un ejemplo: ahorita se me olvidó que tenía esta columna así por los nervios tan berracos. Me puse a bailar y cuando bajé me empezaron a decir ‘¡¿a usted cómo se le ocurre?!’ Le debo el balance a mi equipo.

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Su canción Far Away habla sobre un amor a larga distancia. Hoy, en el contexto político que vivimos, también se puede interpretar como un comentario sobre la migración, a la que obviamente usted es cercana. Con tanta xenofobia hoy en el mundo, ¿cuál cree que es el poder de la música para romper fronteras y mitigar la discriminación?
Ojalá tenga un poder. La música es algo universal, uno no tiene que hablar el mismo idioma pa’ poder sentir una canción, y eso es muy bonito. Si te digo la verdad, la canción no la hice con esa intención, pero el video sí lo hice con esa intención, eso sí. Ya después de que la canción estuvo hecha, la parte de la letra que más me pegó era cuando hablaba de que el gobierno nos quiere separar. Yo en ese momento estaba viviendo en los Estados Unidos y siendo latina y considerando cómo estaban las cosas con los latinos y todo en ese aspecto, los estereotipos que estamos enfrentando,  me pareció algo natural hacer una canción que dijera ‘yo te veo’, ¿me entendés? Ojalá ese video le de la oportunidad a la gente que ha tenido privilegios toda su vida, que nunca ha tenido que enfrentar una situación así, para pensar de una manera más empática para no juzgar a gente que no llegó legalmente. A veces no hay la plata ni el tiempo para hacerlo legalmente. La gente es rápida para juzgar. La identidad latina hoy, a lo largo del mundo, es poderosa. ¿Cuál siente que es la fuerza de América Latina? ¿Cómo se relaciona con tu latinidad en este contexto?

Primero que todo, me siento súper orgullosa. Por ejemplo en el Super Bowl, cuando estaban Shakira, J Lo y Balvin, eso es un orgullo el berraco. Como latinos en la música creo que tenemos la oportunidad de quitar los estereotipos que mucha gente tiene contra nosotros. Como la música es universal, quizás sea el canal adecuado para hacer que eso pase. Me siento muy feliz de haber nacido con sangre colombiana. Hay muchas cosas de nuestra cultura que son bonitas y especiales. En Canadá, recuerdo que las peladitas con las que me crié, si la mamá les decía ‘mira, Becca’ y ellas respondían ‘what?’ (¿qué?). Donde yo le llego a decir a mi mamá ‘¿qué?’... No, ‘se dice señora’. Desde que uno está chiquitico le enseñan sobre el respeto. También me gusta la idea de familia, nosotros somos muy unidos como familia, es algo valioso para los latinos.

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