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No todo es talento: ¿Cómo se crean los grandes artistas?

Detrás de cada banda exitosa hay todo un equipo.

638819_Jim Dyson // Getty Images
Jim Dyson // Getty Images

Con el auge de realities como The Voice se ha extendido la idea de que es suficiente tener un talento natural para ser un gran artista. Pareciera que bastara una bonita voz y buena voluntad para convertirse en el nuevo Freddie Mercury o Kurt Cobain. No obstante, el mundo de la música mueve demasiado dinero como para que el éxito dependa de una sola persona. Hay equipos de miles de profesionales para producir la creatividad y así lograr el éxito. Las películas nos cuentan la odisea que los músicos deben atravesar para convertirse en grandes estrellas, como si el éxito musical consistiera solo en el esfuerzo individual.  Lo que no nos cuentan es que detrás de nuestras bandas favoritas y los grandes artistas siempre hay un entramado de productores, directores, maquilladores, publicistas, estilistas, consejeros de moda, compañías patrocinadoras y en general equipos de profesionales que se aseguran de que todo se vea fantástico.

Por Juan Camilo Ospina Deaza y Valeria Sánchez Prieto

A diferencia del cine, el mundo de la música no se orgullece de los avances tecnológicos que mejoran el producto artístico, sino que se prefiere dejar todo en las sombras. A despecho de los músicos puristas, hay que reconocer que lo que vemos en los escenarios, lo que escuchamos por Spotify y las imágenes que circulan por las redes de nuestros artistas, son el resultado del trabajo de producción de un equipo de profesionales que participa en el proceso creativo ¿Alguna vez nos hemos preguntado por qué siempre se escucha mejor una banda en el CD que en vivo? ¿O si nuestros artistas tuvieron la idea original de crear su propio look?

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Parece sospechosa esa concepción del artista natural, como si los artistas fueran bendecidos con una habilidad divina y no se requiriera de esfuerzo alguno para alcanzar la fama. Sin embargo, esta ilusión se desmorona cuando uno ve todo el esfuerzo que deben pasar los músicos para aprender su arte. Entender música involucra conocer de matemáticas, geometría e historia. También supone muchas horas de estudio y práctica de diferentes géneros, tecnologías, ritmos e instrumentos. 

Además, la acogida del arte por grandes públicos esta mediada por muchos otros factores que superan el esfuerzo personal. Solo para poner algunos ejemplos por fuera del campo de la música, artistas como Vincent Vang Gogh, Miguel de Cervantes, Edgar Alan Poe o H. P. Lovecraft no tuvieron amplio reconocimiento artístico durante su vida. De la misma manera, Lady Gaga fue rechazada por el productor musical L.A Reid por considerar su música como “desagradable”. The Beatles tuvieron una experiencia similar, cuando el ejecutivo de Decca Records, Dick Rowe, no quiso firmar contrato con los muchachos de Liverpool porque consideraba que las bandas con guitarras estaban en decadencia y pronto desaparecerían de la escena musical. En su momento no fueron considerados grandes estrellas, pero luego los redescubrieron y son ahora parte de nuestra cultura. 

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En este orden de ideas, ¿Qué se necesita para crear a un gran artista? En primer lugar, es importante construir una “imagen” o “marca” y, en segundo lugar, se requiere la capacidad de hacer grabaciones de alta calidad. Los cantantes crean una imagen comercial para que los consumidores los relacionemos con valores e ideas particulares. Decir que X artista es rebelde o Y artista es romántico es producto de este ejercicio. Para posicionar al artista en el mercado, se necesitan grandes cantidades de dinero que serán invertidas en estrategias de marketing y publicidad. Usualmente son las casas discográficas quienes tienen control sobre las decisiones que se toman en temas de publicidad; por lo mismo, estas compañías tienen mucho cuidado a la hora de elegir al artista que van a patrocinar para que la inversión sea positiva.

La creación de una imagen favorable al público trae consigo implicaciones que afectan la vida cotidiana de algunos artistas. En muchas ocasiones los mismos artistas reconocen la distancia entre su figura pública y su forma de ser por fuera de los escenarios. De algún modo, nuestros artistas desempeñan un “personaje”, entendiendo esta palabra desde sus orígenes en latín, “mascara usada por un personaje teatral”. El nombre artístico es otra forma de representar el personaje o mejor, es la proyección ideal del artista a través de los medios de comunicación. En los video clips los vemos logrando hazañas admirables, se ven seguros de sí mismos y con grandes riquezas. Así pues, para el espectador promedio existe una distancia insalvable entre los artistas y su vida cotidiana, parecen más los dioses del olimpo modernos que personas de verdad.

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Aun cuando en Bohemian Rhapsody muestran a las disqueras con el cliché de “villano”, su trabajo es fundamental para el éxito de los artistas. Una disquera se dedica a grabar, comercializar y distribuir música. Además, se encarga de producir artistas de diversos géneros musicales, lanzar nuevos cantantes, proporcionar lo necesario como la producción de videoclips y CD, de la difusión radial, recientemente descargas de canciones, realizar conciertos, entre otras cosas más. ¿Qué sería de un artista si no tuviera donde grabar sus canciones o no pudiera presentar su música en la radio ni reproducir sus videoclips?

Así como el trabajo de las casas discográficas, las labores del manager son menos preciadas. Usualmente son presentados por las películas como alguien que quiere sacar provecho del éxito de los artistas. Sin embargo, sus funciones son muy variadas, aunque siempre se ha mantenido su función principal: guiar la carrera del artista que representa. El manager es el encargado de buscar las oportunidades de negocios tales como firmar con una compañía discográfica o agencia artística, contratos de patrocinios, contratación para eventos, etc.

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Del mismo modo, el manager apoya a las bandas para elegir en qué estudio de grabación trabajar y cuáles son los ingenieros, fotógrafos y productores adecuados para la realización de sus videos musicales y otras producciones. Como si esto no fuera poco, también es el encargado de mantener las relaciones publicas entre los grupos musicales. Él busca la forma para relacionar y promover al artista en lugares de encuentro con importantes figuras del mundo del arte y medios de comunicación. El mundo de la música no es solo creatividad y arte, también implica trabajos administrativos, de relaciones publicas y legales.     

Ahora bien, ¿qué implica la grabación de música? La tecnología es la que ocupa cada vez más espacio en la producción musical. Jaime Altozano, un Youtuber y musico afirma que “el Photoshop de los anuncios de crema te va a parecer un LOL comparado con lo que pasa en la música”. Así como en el cine y en la fotografía se hacen procesos de edición en los que se toma una imagen base y se mejora, en la música se toman los sonidos producidos por los músicos y se por el “estudio musical”. En música a diferencia del cine los desarrollos tecnológicos no son motivo de orgullo, no se hacen documentales, películas o entrevistas en los que el equipo productor cuenta como se “mejoró” el sonido de una canción. 

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Por ejemplo, en el estudio cuando se llega al proceso de mezcla, se toman las grabaciones de los instrumentos por separado y luego se suben o se bajan los volúmenes para que encajen. Esto significa que se disminuye el volumen a la batería para que no opaque a la voz o se le sube el volumen a la guitarra para que suene correctamente cuando llega el momento del solo. Estos procesos de post producción ahorran muchos costos, pues para que un musico lograra una grabación perfecta tendría que hacer muchas sesiones de grabación. Al pensar los costos que esto representa con un artista como Katy Perry o Rihanna, contratar a un técnico de estudio para que haga las ediciones es mucho más rentable. No obstante, mucha gente considera estos procesos de postproducción como trampa, pero en estos tiempos grabar y editar forman parte de los recursos disponibles. 

Para ir todavía mas lejos, existen herramientas en el estudio para que la voz suene mejor. Lo más básico son las formas de aislar sonido, pero también existen herramientas como el “autotune” para afinar la voz de los cantantes. El “autotune” es usado para corregir inexactitudes y errores de afinación, por lo que ha permitido a muchos artistas producir grabaciones con afinación mucho más precisa. En un primer momento esta herramienta se trataba de ocultar por miedo a que el público lo viera como una farsa. Luego llego Cher, con Believe (1998), canción en la que su voz estaba claramente modificada por el autotune. Incluso se empezó a experimentar con el sonido robótico que el autotune provoca. 

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Los usos de la tecnología son una gran oportunidad para crear nuevas formas de música. Grandes artistas han sido reconocidos por utilizar estos nuevos recursos y llevarlos a otro nivel, por ejemplo, Pink Floyd y Depeche Mode son conocidos por sus sonidos electrónicos. La inclusión de la tecnología en la música tiene como efecto, al igual que en otros espacios laborales, el recorte de mano de obra. Aunque también posibilita la creación de nuevos géneros musicales y la experimentación por medio de programas que contribuyen a la creatividad artística. 

Finalmente, es ampliamente conocido que muchos artistas no son los compositores de los arreglos musicales o de las letras de las canciones. El objetivo de la creación musical es transmitir un mensaje, por lo que es valioso reconocer el equipo de profesionales detrás de escena, que hace posible la producción musical y la difusión artística. La división del trabajo es realmente útil a la hora del proceso de producción, por ello la marca de los artistas, la función de las disqueras y de los managers, el rol de los publicistas, fotógrafos e ingenieros y los usos de la tecnología permiten la creación de las figuras públicas que hoy reconocemos y admiramos en el campo musical. 

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