Odio a Botero, la legendaria y libertaria banda bogotana, regresa con 'Bardo'

Después de haber colgado los guayos definitivamente hace dos años, las vueltas de la industria sacaron del retiro a Odio a Botero y sellaron su regreso con un nuevo álbum: Bardo.

Video: Alejandra Mar (IG: @alejandra.mar)

En parte, fue por una quijotada. Grabar un documental sobre la historia de una de las bandas más irreverentes de los últimos años en este típico sancocho de incoherencias que es Colombia: Odio a Botero. La idea fue de la productora Los monstruos del cine, que ya tienen listo un paquete con el documental Clamoroso Silencio (que se estrenará en Señal Colombia en febrero los días viernes 16 a las 8:30 pm y sábado 17 a las 9:00 pm.) y una serie de contenidos extra sobre en línea. Al mismo tiempo que se preparaba el primer biopic de la banda, apareció un sello mexicano, Intolerancia Records. Con ellos grabaron Bardo, un álbum que fue como su tercer debut.

Empezaron a hacer música en 2002, pero después de años de saludables burlas hacía el país y sus incoherencias, una serie de episodios de violencia física, hackeos y amenazas los hicieron parar operaciones en 2009. Volvieron en 2013 después de tres años de una quietud meditativa obligada y en 2015 fue el año en que se anunció la despedida que se veía como la final final no va más.

Dicen que la tercera es la vencida, pero la vencida no existe. O no importa, como bien nos lo enseñó hace años René Segura, líder de Odio a Botero, a través de las enseñanzas del Señor Platano.

René, durante los más de diez años de existencia de la banda, con las paradas incluidas, no dejó de escribir. Publicó cuatro libros: El desierto de los payasos, Guía de los no lugares del Señor Plátano, Los diálogos con el Señor Plátano y Los escritos apócrifos del Señor Plátano.

Bardo, el nuevo disco de la banda, apareció como el rescate de varias de las canciones que no habían sido incluidas e ningún álbum. Y también es la nueva versión de Odio a Botero, con dos caras que se estrenan y las denuncias de siempre, porque si bien la cosa mejoró para la banda, el circo de la corrupción no lo ha hecho tanto.