Convertirse en un cantante reconocido a nivel internacional es el sueño de miles de jóvenes, pero son pocos los que logran cautivar audiencias. Omar Apollo es una de esas futuras estrellas de la música que a su corta edad ha tenido la fortuna de vivir y hacer lo que más ama: arte.
Apollo nació en Indiana, Estados Unidos, pero su familia es muy mexicana. Sus papás se conocieron en Guadalajara y después se fueron a vivir para siempre en el país norteamericano. Omar nació en mayo de 1997, tiene tres hermanos, habla inglés, español y canta en ambos idiomas.
Creció en un entorno multicultural: sus padres escuchaban en casa a Pedro Infante y Vicente Fernández, mientras que afuera de casa se alimentaba de la música que era tendencia en los Estados Unidos, completamente diferente a los ídolos mexicanos de su padre.
Cuando cumplió 12 años le regalaron una guitarra eléctrica, pero sin amplificador. Omar cuenta que en ese momento fue a una tienda de objetos usados e intercambió su guitarra por otra que podía manipular y usar para crear sonidos. Aprendió a usarla, a crear acordes y se unió al coro de una iglesia católica.
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Durante la adolescencia no se enfocó mucho en su proyecto musical. A los 18 trabajaba en un McDonalds y decidió que con el dinero obtenido se iba a comprar una guitarra nueva para hacer música original.
Por ese tiempo compuso y produjo sus primeras canciones. Las subía a la plataforma de audio Soundcloud y las promocionaba por redes sociales.
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Un año después, le escribieron para invitarlo a tocar a un sótano en medio de una fiesta casera. Él lo twitteó, rodó con su banda por tres horas en carretera y se sorprendió de que en el lugar había gente que cantaba sus canciones. Fue ahí que se dio cuenta que lo suyo era la música.
Omar no contó en un principio con el apoyo absoluto de sus papás para hacer de la música su proyecto de vida, pero cuando ellos vieron que estaba viajando, generando dinero y ayudándolos económicamente se volvieron sus más grandes fans.
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Antes de la pandemia, estaba inmerso en una gira internacional que lo había llevado hasta Japón. Fue allá cuando el mundo se detuvo y se encendió la alerta por el coronavirus. Apollo tuvo que cancelar conciertos, empacar maletas e instrumentos y regresar a los Estados Unidos con su banda.
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Al principio todo fue confuso, hubo momentos de estrés y depresión, pero él se enfocó en sacarle el jugo a la pandemia para crear música nueva. Durante la cuarentena no había estudios de grabación abiertos por lo que le tocó trabajar desde su casa, con sus propios equipos y conociendo sus habilidades como productor.
El músico cuenta que luego de la pandemia se siente un mejor músico porque antes hacía las canciones en dos días y quedaba contento, mientras que ahora se toma el tiempo necesario para que un tema sea lo suficientemente perfecto como para subir a plataformas digitales. Esta profesionalización también lo ha llevado a entender los procesos de su carrera artística y trabajar con otros músicos para explotar su mejor versión artística.
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El 2021 ha sido un año lleno de glorias para el músico mexicano-estadounidense: fue uno de los actos del Festival Lollapalooza de Chicago, ha lanzado con éxito sencillos que estarán en su proyecto discográfico y fue invitado al show de Jimmy Fallon para cantar en vivo el tema Go Away.
Omar Apollo es un artista que debemos tener en el radar, una joya del nuevo indie pop que seguramente va a dar mucho de qué hablar en el futuro más cercano.
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