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Porque es justo y necesario reseñar estos tesoros nacionales

Diversidad sonora para todos los gustos y lo mejor: made in Colombia

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Son Palenque, Magin Díaz, Mitú, Bomba Estéreo, Meridian Brothers, TSH Sudaca

Ecos de tambores, bullerengues alegres, punk criollo, beats frescos y en resumen diversidad sonoras. El 2017 nos ha traído un buen racimo de discos cargados de evolución y experimentación por parte de las agrupaciones nacionales. Era justo y necesario tenerla en nuestro paquete jugoso y mensual de reseñas del mundo. Sigan ustedes. 

Los que reseñan: Jose Plata (JP), Chucky García (CG), Jenny Cifuentes (JC), Fabián López (FL), Nadia Orozco (NO)

Bomba Estéreo: Ayo

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Este quinto disco de Bomba Estéreo es la confirmación de un proceso que comenzó con los bares de Bogotá y que no ha parado de recorrer el mundo. Bomba Estéreo es la banda insigne internacional de la última década y esto se ve reflejado en la ampliación de sus horizontes sonoros al contar además con sonidos balcánicos (en la canción Química, junto a Balkan Beat Box) y de coqueteos con el reguetón. El trabajo de producción tiene ya una factura internacional y es imposible pasar por alto cómo sus canciones son ahora un patrimonio mundial. Entre temáticas de amor, conciencia global y resurgir humano, este segundo disco de Bomba en Sony es el reflejo de la realidad que no se puede evitar: la de las conexiones y la ciudadanía unida a través de la música. (JP)

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Mitú: Cosmus

La carrera de Mitú está en un momento afortunadamente imparable. Tanto Julián como Franklin están en un estado artístico en el que todo lo que vendrá ya no puede tener como referencia Colombia; sino el mundo. Este tercer trabajo musical les ha permitido tener también un nuevo comienzo internacional: Ahora forman parte del sello ZZK; el mismo que al mundo le ha dado artistas como La Yegrós, Frikstailers, Nicola Cruz o Chancha via Circuito. A través de sus exquisitos 39 minutos, tenemos un disco que gratamente nos hace sentir el orgullo ya no de tener electrónica colombiana; sino una electrónica latinoamericana que viene siendo consumida de par en par. Este es uno de los discos que más se aprecian en un año en el que se reafirma el valor de la champeta y lo afro como camino global. (JP)

Meridian Brothers: ¿Dónde estás María?

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El trabajo de Éblis Álvarez es uno que indefectiblemente está ligado a la transgresión y a la proposición sonora como necesidad. Su proyecto de vida es justamente un grupo de genialidades sonoras en las que la luz es la confusión. Para esto basta con escuchar esta nueva placa. Tenemos canciones que no son el modelo convencional de estribillo, coro, estribillo...son la propia manera de entender cómo Éblis deconstruye la música para darle un vigor a través de los arreglos elegantes y el uso de recursos electrónicos y sonoridades electrónicas particulares. Basta con escuchar Yo soy tu padre, para sentir que tenemos una reminiscencia a un sonido tropical siniestro. O Cumbia, eres la cumbia, para sentir que el ritmo colombiano ha entrado a una nueva era sonora. Un disco que así como sorprende, engancha por su estructura de complejidad, pero también de frescura necesaria. (JP)

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La Chiva Gantiva: Despegue 

Producido entre La Chiva Gantiva y el reconocido compositor y productor Iván Benavides, el nuevo y tercer álbum de este colectivo multicultural de músicos (tres de ellos colombianos, uno vietnamita, uno chileno y uno belga) es otro peldaño sólido en su crecimiento musical y posicionamiento. Los tambores y las gaitas sirven de núcleo a un repique de ritmos que no se queda dando vueltas sobre el sinfín del folclor, sino que por el contrario despega –como su propio título lo indica– hacia otros ámbitos musicales y sonoridades. Lo demuestra Cuero, una canción junto a los famosos raperos norteamericanos Arrested Development, o también el tema Me lo llevo, con su onda Western y su guitarra tipo rock surf (de hecho hay mucha distorsión y olas de rock duro a lo largo y ancho del elepé). La pieza que paga el álbum bien podría ser Montañas de selva verde, un fiero contrapunteo entre voces y vientos que comienza con un sencillo e inocente canto de pajaritos para volverse un tigre suelto en medio del pogo. (CG)

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Lospetitfellas: Formas para perderse o I.D.E.A.S

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Tres años después del lanzamiento de su primer álbum, Historias Mínimas, Los PetitFellas estrenaron su segunda placa, una excavación profunda en la vida de un personaje al que bautizaron Marco. Su nuevo disco, titulado Formas para perderse o I.D.E.A.S es básicamente la bitácora de Marco. Y Marco es el pretexto para narrar lo cotidiano: ese bucle interminable de levantarse, estudiar, trabajar, dormir y levantarse otra vez. Con las subidas y bajadas de siempre. La banda sonora de Marco tiene ruido, funk, sintetizadores y distorsiones que no habían probado antes. Además de jugar con los recovecos estructurales de las canciones, incluyeron la voz de uno de los grandes de la narrativa en el país, el escritor Mario Mendoza, quien colaboró en la construcción del concepto central del disco: el eterno retorno de lo idéntico. (FL)
 
Chite: Alegrías de Perro Viejo

Con más de 15 años de carrera encima, Chite ya puede reconocerse a sí misma como una banda de perros viejos. Por eso hay mucha nostalgia en su más reciente álbum, Alegrías de Perro Viejo: un homenaje a su largo historial atravesando cantinas, rockolas, ferias de pueblo, noches de cerveza y mañanas de guayabo. Es, sin duda, la apuesta más grande del punk local por incrustarse dentro de la música popular. No el sentido de lo pop/mainstream/comercial, sino en el de la colombianidad.
Chite supo dedicarle un álbum al escenario criollo por excelencia, donde se viven y se narran las pequeñas grandes gestas: en las cochinas cantinas y rockolas de cualquier barrio, con guaro en mano y tomado a fondo blanco. (FL)

Kitu Prieta Pa Saranguia - Son Palenque

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Fuerza negra para gozar es lo que significa el nombre del disco de la agrupación pionera de la champeta, con más de tres décadas en su expediente bajo la batuta de Justo Valdez. Un tote de sabrosura con tremendos arreglos de Michi Sarmiento, peso pesados de los sonidos del caribe colombiano y de  la salsa (Fruko,  Joe Arroyo, Ondatrópica), e invitados de lujo: Pedro Ojeda y Mario Galeano (Ondatrópica, Los Pirañas), Franklin Tejedor (Mitú) y Franklin Montaño (Bomba Estéreo). Champeta, bullerengue, chalupa, lumbalú, y algunos toques inspirados en ritmos africanos y haitianos, en una joya sonora que busca preservar lo tradicional dándole una aureola fresca. Pura candela. (JC)

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 El Orisha de la Rosa: Magín Díaz

Lanzar un álbum a los 95 años es una proeza. Magín, a quien en su región le han atribuido la famosa canción  Rosa, que versionaron Joe Arroyo o Carlos Vives, lo logró. El resultado: un discazo de lujosa factura, en el que su versátil voz es protagonista. 16 canciones y dos bonus tracks, que lucen al maestro con chalupas, bullerengues y fandangos, vestido de colores diferentes, convocando nombres como Vives, Totó La Momposina, el congolés Dizzy Mandjeku, Celso Piña, Li Saumet, o los argentinos Chango Spasiuk y La Yegros.  Un trip en el que Magín se vuelve universal, se encuentra con África, se permea de chamamé, se torna electrónico, vacila champetúo, le entra al swing, invoca el Pacífico, baila cumbiero, y hasta se deja seducir por el joropo. Gigante Magín, con esta placa nominado al Grammy Latino. (JC)

¿Dónde entierro a mi perro?: Polichinela y Los Olvidados

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 Una versión rabiosa en español de Steppin Stone, un hit ejecutado por The Monkees en el 67, que hicieron los Sex Pistols en los 70 y años más tarde Pearl Jam, fue el primer sencillo (titulado Ni Eddie Vedder) de esta banda bautizada aludiendo a un personaje de la comedia italiana y a una película de Luis Buñuel, que aborda la situación de los niños en los años 50 en México. El grupo bogotano armado con versados músicos de diferentes proyectos: el guitarrista y vocalista Juan Rojas (1280 Almas), el baterista Camilo Bartelsman (Pedrina y Río) el bajista Jairo Muñoz (Los Tucos) grabó en vivo un trabajo con muchas tripas  y voltaje callejero, con descargas ska, punk y rockabilly.  (JC)

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TSH Sudaca: Equilátero 

En vivo TSH Sudaca se desenvuelve con soltura, con la frescura que brinda la seguridad de tener canciones tejidas desde el alma y para el alma, eso y que es respaldado por una banda grande. Su disco es así, está lleno de convicción. En trece tracks TSH Sudaca se desnuda, confiesa, crtica, avienta  y traduce la tinta plasmada en sus cuadernos para volverla en letras maridadas con beats que se unen para hacer de este disco un buen tesoro del hip hop local. En la producción Camilo Zúñiga (que también hace de las suyas en Zyderal) y la participación especial de este quinteto de beatmakers: Afromak, DopeMind, Euri Beats y Taste My Beat y El Campeón (Londres) y en el scratch el emblemático  DJ Kmikaze. (NO)

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