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Puerto Candelaria sella la celebración de sus 20 años con ‘The Secret of the shadow’

La agrupación paisa cierra un ciclo que empezó con ‘Yo me llamo Cumbia’, ‘Cantina La Foule’ y ‘The secret of the shadow’.

Puerto Candelaria
Puerto Candelaria
// Foto Verónica Ceballos / Cortesía Merlín Producciones

Hablar con Juancho Valencia siempre que publica un nuevo álbum de Puerto Candelaria es sumergirse en sonoridades, historia y exploración musical. La agrupación durante varios años ha trabajado para ubicarse dentro de las propuestas más sólidas de las nuevas músicas colombianas. Sus integrantes se encontraron en la misma estación, con su equipaje musical en mano y se subieron en el bus que los dejó en el Puerto desde hace 20 años.

Este álbum que salió en época de pandemia ya se estaba cocinando hace rato. Y no les sucedió como a la mayoría de artistas que en esta pausa su creatividad afloró, al contrario, ellos no han parado de crear, siempre que terminan un álbum, ya tienen el siguiente listo. Este tiempo les sirvió para colocar los adornos y los detalles que envuelven The Secret of the shadows. “Es un disco de una complejidad musical muy alta que en el diario de un artista que está girando, que está presentándose, que está en aeropuertos, en hoteles, no habría tenido el tiempo para la construcción individual y grupal que se necesitan. Es un disco en el que el arte está en la sutileza de lo pequeño, que siempre será lo más virtuoso y complejo de hacer. La pandemia es una época donde se apagaron los motores, se apagó el vértigo de nuestras vidas como artistas y nos generó un espacio donde necesitábamos hacer un proceso más detallado y sutil: de ahí sale el disco, el cuál además es nuestra manera de celebrar los 20 años de Puerto Candelaria, volviendo a unas sonoridades que, como una esfera, un espiral, regresamos un paso más arriba a un ciclo de 20 años” afirma Juancho.

Este tiempo también sirvió para alejarlos del sonido al que nos tienen acostumbrados. Estamos en una época de claros y oscuros, de incertidumbre y de vibrar en otras frecuencias. La base de Puerto Candelaria siempre ha sido el jazz, pero es la primera vez que se atreven a hacer un álbum completamente de este género. “Hicimos unos clásicos del jazz que han sido transversales y han estado en toda la carrera de Puerto Candelaria. Nunca nos habíamos atrevido a hacer nuestra versión, a dar la opinión de nuestros clásicos. En ese orden de ideas cuando decidimos hacer un disco, no solo queríamos vibrar en esa frecuencia, sino hacerlo también con nuestros seguidores, las personas que disfrutan desde hace dos décadas de la música del Puerto. El reto fue componer en esas sonoridades y ahí es donde reitero la dificultad de componer en otro idioma, la dificultad de mirar la voz femenina. Todas las canciones son hechas por mujeres, queríamos aportar desde el sentimiento femenino y desde Catt, nuestra cantante. Quisimos hacer canciones que aportaran desde la poética femenina del jazz de los años 20, 30 pero que siguen siendo vigentes, ahí comenzó el reto.

Puerto Candelaria es una banda que ha contagiado al público con su sonido de cumbia rebelde, de fiesta. Siempre sorprende en cada álbum y se acomoda muy bien a cualquier poética sonora. Con esta placa discográfica se reafirma esto, un álbum completamente distinto, un trabajo discográfico que se concluyó en esta pausa que vive el mundo y que sirvió para que la banda se cuestionara por situaciones y vivencias que tenía a su alrededor.

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“Una sombra llega al Puerto de la Candelaria, la sombra es un ser que crea Catt. Ella crea el personaje de la sombra y le empezamos a dar vida a ese ser que lo podemos ver en la imagen gráfica del álbum: todos los personajes de Puerto encerrados, confinados, y en sus ventanitas se ve la sombra misteriosa que llegó al pueblo y generó ese silencio, esa soledad, poco común en el Puerto de la Candelaria” cuenta Juancho.

Este álbum tiene cinco covers y tres canciones originales. Elegir canciones cuando el listado es infinito debe de ser una tarea difícil, pero aquí está el truco que nos comparte Juancho a la hora de seleccionar los temas.

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Track by track

My favorite things

Es una de las mejores canciones de la historia, no hay que pelear, no importa el país donde hayas nacido, la cultura, la música con la que hayas crecido, es una de las melodías más poderosas que ha creado el hombre en su humanidad, no solamente la melodía sino también el texto, nos pareció muy oportuno el texto que habla de cosas sencillas, el amor por las cosas simples del mundo. Nos enseñó la búsqueda de esas cosas sencillas, básicas para vivir, y le dimos un aire muy fantasmagórico a esa versión, casi Tim Burton. Se pueden ver las calaveritas narrando este momento desde la caricatura, desde lo ilustrado de la pandemia”.

Summertime y What a wonderful world

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Tienen un elemento común que las personas generalmente no lo asocian, son dos cantos y gritos a los conflictos raciales que se han vivido en los Estados Unidos. Summertime hace parte de una ópera de jazz llamada Porgy and Bess y precisamente es un hilo conductor de todo el conflicto del racismo de los afroamericanos en Estados Unidos. What a wonderful world también fue una canción que sale como respuesta a unos ataques racistas en los 70. Nos pareció pertinente por todo lo que estaba sucediendo el año pasado, Estados Unidos la capital mundial de la cultura, vivía estos levantamientos contra el racismo tácito que hay en ese país, además de una pandemia desastrosa”.

Who walks in when I walk out

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Es una canción que se ajustaba mucho al juego de Puerto Candelaria, el ataque de celos de una chica que le está diciendo a su pareja, ¿con quién estás cuando yo me voy’, ¿quién es esa con la que estás cuando no estoy?

Bending Rules

Tiene que ver mucho con ese amor loco de Puerto, esos amores raros que doblan las reglas.

Goodbye my honey

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Es una canción de un amor tóxico, de las mujeres de los 20 y 30 y todos los líos de ser una mujer afroamericana pobre, los líos que tenían Ella Fitzgerald, Billie Holiday, Nina Simone, todo lo que tuvieron que vivir. Nos fuimos a hablar de esos amores tóxicos.

The Stranger blues

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Es una versión solo de piano, donde jugamos con la disonancia, ese sonido grotesco que conquisto el mundo jazzero, una pieza instrumental muy corta. El nicho del jazz dijo: este es un disco en serio. De nuevo Puerto Cancelaria no solamente rompe, sino que genera una curva con todo el rigor del caso.

Georgia on my mind

Es una canción que no es interpreta por una mujer, sino por Ray Charles y algo muy interesante es que Georgia no es una ciudad es la hermana de Ray. Vuelve el toque femenino con el cuál queríamos envolver todas las canciones donde las mujeres son protagonistas y le han dado vida durante más de cien años a la música.

Puerto Candelaria ha entregado todo lo que tiene en las letras, los sonidos, las estructuras, la puesta en escena de los shows y la parte visual en sus videoclips han mostrado la maestría de la que están hechos. Estos últimos años prepararon la celebración de los 20 años con tres álbumes. Yo me llamo cumbia, un álbum que les mereció un Latin Grammy a Mejor álbum de cumbia, después llegó Cantina La Foule, una colección de boleros y grandes clásicos universales de la música. El cierre no podía ser mejor con The secret of the shadow, fue un reto superado con honores, un álbum de jazz para concluir una celebración que empezó en Chile y Argentina y que en Colombia se vio aplazada por la pandemia, pero que finalmente ocurrió de manera virtual desde Medellín y en Bogotá el Teatro Mayor los recibió con aforo reducido pero cumpliéndole la cita al público capitalino. Puerto Candelaria está preparando nueva producción discográfica en el 2021. “Terminamos la celebración de los 20 años, le echamos candado y vamos adelante, precisamente venimos con un disco que rompe todos los parameras que hemos hecho en las producciones anteriores” concluye Juancho. Y le creemos, seguramente nos llevaran a otro viaje musical de los que nos tiene acostumbrados Puerto Candelaria.

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