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Rawayana: ‘Cuando los acéfalos predominan’ es una fotografía de la rabia en Latinoamérica

Este es el cuarto álbum de estudio de la agrupación venezolana, hoy radicada en la Ciudad de México. Un descargo político en un continente sin cabeza.

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Rawayana estrena nueva placa discográfica
/ Cortesía de la banda

Rawayana, la agrupación venezolana conformada por Beto Montenegro, Tony Casas, Alejandro Abeijón y Andrés Story, está estrenando su cuarto disco: Cuando los acéfalos predominan.

Por Vanessa Velásquez Mayorga // @vanessavm__

Tras 10 años de carrera, el nuevo trabajo de la agrupación nos presenta una faceta más madura en sus composiciones. Destacan, sobre todo, sus letras. La placa fue como un desahogo político en el que responden a lo que pasa en su natal Venezuela. Un instinto de levantamiento y crítica que, de a pocos, parece regarse por Latinoamérica.

Acompañando el lanzamiento de Cuando los acéfalos predominan, la agrupación trabajó en el montaje de una instalación artística en la Ciudad de México, donde ahora residen sus miembros, en la que quieren expandir el universo sonoro del disco.

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Hablamos con Andrés y Beto, dos de los integrantes de la agrupación, días antes del lanzamiento de su cuarto álbum de estudio.

¿Qué ha pasado en estos 4 años, entre Trippy Caribbean y hoy, para resultar en este disco?
Beto: Más que qué ha pasado en estos 4 años es qué ha pasado en nuestra vida. Nosotros venimos de un contexto bien complejo, y como empieza el disco, es un conflicto que no sentimos que es nuestro.

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Conociendo el contexto colombiano, el argentino, el chileno, sé que se sienten igual. De alguna forma lo que pasó con nosotros es que después de 10 años diciendo que hay que tener una forma de escape para poder pensar correctamente sentíamos que hacía falta un disco en donde pudiésemos hablar sobre eso. Que reflejara esa introspección y ese análisis del que venimos incentivando a la gente, convenciéndoles de que es necesario. De salirte un poco del conflicto y analizar las cosas desde un punto de vista más fresco.

Somos un proyecto que viene de un contexto sociopolítico muy difícil y complejo, y siempre hemos estado atados a ese mismo contexto. Este disco surge de la necesidad de conversar. El arte es conversar y comunicarse.

¿Hacia dónde se dirigieron esas conversaciones, en qué momento decidieron hacer explícitas sus sensaciones y opiniones sobre el contexto sociopolítico latinoamericano?

Beto: No son cosas que pensamos desde hace 4 años para acá, sino que son cosas que decidimos, como proyecto, abordar en este momento. Lo que podemos encerrar en estos 4 años es la determinación de conversar acerca de esto.

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Además, en paralelo al momento intenso de la gira como banda, intentamos desarrollar un documental cultural que tiene mucho que ver con el tema sociopolítico en Venezuela y en el que, por ahora, hemos fracasado. Este disco viene un poco desde todas esas frustraciones como banda. Creo que eso es lo que puede influenciar la decisión de por qué queremos hacer esta fotografía musical de lo que es ser jóvenes en Latinoamérica en estos tiempos.

Andrés: Creo que también todos esos años en los que tuvimos el chance de conocer el continente, cosa que en verdad no habíamos podido hacer con tanta profundidad anteriormente, también condiciona a nivel de información y energía absorbida.

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El darnos cuenta de que nuestros problemas los tenemos en común con el resto de la región y que somos muy parecidos, aunque hay unas diferencias de timing y las cosas no ocurren a la misma vez en un país que en otro, pero pareciera que estamos todos atravesando lo mismo. Eso alimenta la búsqueda o la necesidad de conversar sobre estas cosas.

Sobre todo, creo que era el paso natural a dar. 10 años después, 4 discos después, ya tocaba hacerlo. Se trata de hacer una fotografía y siempre va a tener mucha influencia de nuestra objetividad, pues así sucede con las expresiones artísticas, pero sí tiene una intención más descriptiva más que de nosotros haciendo un statement.

Anunciaron el título y tracklist del nuevo disco acompañado de un manifiesto. ¿Cuál fue esa oscuridad a la que se refieren y qué descubrieron al encontrar la luz?

Beto: No sé si hemos encontrado la luz como humanidad. En general, estamos sumergidos en esta locura: las estructuras políticas o de Estado están pasando por unos procesos bien complejos y por eso el disco se llama Cuando los acéfalos predominan, porque sentimos que se perdió la cabeza en ese sentido.

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Nos damos cuenta de que grandes corporaciones a nivel mundial han hecho desastres para el mundo, y estamos viendo las consecuencias o estamos teniendo acceso a esa información apenas ahora. La oscuridad está relacionada con ese ruido y con estas sensaciones de inestabilidad que tiene gran parte de la población mundial en este momento.

Lo que establece este texto es que la única manera de afrontarlo (el ruido y la inestabilidad) es encararlo, y que lo encare gente que tenga el privilegio de haber sido educada y preparada para eso. El gran problema que tenemos es que no hay incentivos para que eso suceda, para que la gente con talento, educada y capaz quiera involucrarse de más porque es meterse en terrenos que son una locura. Pero también hay mucha gente que sí lo está haciendo, a su forma, y esos son los que nosotros llamamos "entes de luz”. Al final, siento que lo que ese manifiesto establece es que, si no nos involucramos, un grupo de gente interesante en el mundo, seguiremos siendo dirigidos por esta locura y seguiremos en la oscuridad.

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Es un disco que cuenta con 7 colaboradores en distintos tracks, de los cuales al menos 4 son Venezolanos. ¿Qué tal fue esa juntanza desde el exterior?

Andrés: Algo que siempre hemos encontrado estimulante, en cuanto respecta a las colaboraciones, es poder trabajar con gente que admiramos, pero además con quienes ya hay una complicidad y una relación personal.

Es mucho más divertido y más orgánico así, y hay una energía distinta. Las colaboraciones responden más que nada a eso. En el caso de los venezolanos, ya nadie de esa lista vive en Venezuela, estamos todos por el mundo, ciudadanos de ningún lado.

Akapellah tiene 3 tracks en el disco, es consecuencia del concepto de cada canción y del universo que se plantea en cada composición. Recuerdo muy bien que vimos muy claro que no cualquier persona podía asumir esos roles porque requería de un campo bastante amplio y que sentimos pocas personas pueden abarcarlo.

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Eso de tener la capacidad de convertirse en otro personaje y apegarse al concepto que te proponen, y que el ego que has construido como artista no sea un obstáculo para tu convertirte en otra cosa. En ese sentido la colaboración de Akapellah fue clave.

En el caso de Cheo, que es un gran colaborador de la banda desde hace 3 discos, lo consideramos miembro indispensable de nuestro proyecto y naturalmente iban a salir canciones con él.

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Fer Casillas es una gran amiga con la que trabajamos muy de cerca en la CDMX y que es de mis cantantes favoritas del mundo. Los amigos Invisibles, ¡imagínate! Referencia máxima para nosotros como músicos, como venezolanos y como proyecto nativo. En todas las categorías ellos son un pilar referencial para nuestro desarrollo y hoy en día ya los tenemos en una posición de colegas y panas.

¿Cómo se dieron estas 3 colaboraciones?
Beto: Akapellah, en mi opinión, es uno de los artistas más completos que tiene Venezuela. Tiene un intelecto admirable, tiene calle, se ha recorrido un montón, tiene versatilidad. Akapellah no solamente está en esas 3 canciones, también grabó coros, cantó, fue un colaborador más de todo el proyecto y ayudó en ciertas ideas dentro del estudio.

Él es el featuring de este disco, realmente. Y lo que nos pasó fue que, basados en lo que pensábamos que necesitaban esas piezas, esas canciones, no veíamos a alguien con quien pudiésemos trabajar más rápido y contundente que con Pedro. Además, él viene del mundo de la improvisación entonces es un compositor extremadamente rápido, y creo que eso sentíamos que tenía que ser parte de este álbum, de que más allá de que fuese un disco de Rawayana, también queríamos colaboraciones a las cuales les tuviéramos muchísimo respeto y admiración, y con él es así. No nos dejó de impresionar en ningún momento.

El lanzamiento de Cuando los acéfalos predominan viene acompañado de una instalación de arte en la Ciudad de México. ¿Qué hay detrás de esta decisión de expandir la experiencia del disco?

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Beto: es una manera de establecer un contacto con los seguidores más fieles de la banda aquí en la Ciudad de México. Un espacio para que puedan venir a sentir el disco, más allá de escucharlo, y para que vean gráficamente en dónde estamos cuando hablamos de lo que sentimos que es este ruido latinoamericano y global.

Llevamos tres o cuatro meses hablando con Alfredo Correa y Adolfo Bueno, artistas con quienes hemos colaborado ya varias veces, y les transmitimos por donde iba la parte plástica y gráfica del disco, dirigido por el concepto de la portada y el arte de Joaquín Salim con quien también llevamos trabajando muchos años. Son muchas horas de conversaciones acerca del porqué nosotros hicimos las cosas, pero también de cómo ellos interpretan lo que hicimos. Ese es otro collab que no sale en el set list.

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