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Reseñamos 20 discos colombianos que resumen lo que va del 2018

20 discos de 2018 que abarcan todos los espectros: de J Balvin a La Pestilencia, de Aterciopelados a Aguas Ardientes y de Bacilos a Cejaz Negraz.

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Fotos: Gettyimages

¿Qué ha pasado en Colombia en 2018? Perdió en las urnas una consulta anticorrupción, estrenamos presidente (y con él su respectiva oleada de memes), el “Profe” Pekérman se bajó del bus de la Selección Colombia, Falcao jugó un mundial, los líderes sociales siguen siendo asesinados y la política antidrogas se endureció tanto en las ciudades que ahora muchos dudan si se puede portar o no un Alka-Seltzer.

En la música, como siempre, contra viento y marea, la producción está disparada.

Resulta difícil rastrear todos los proyectos locales que se estrenan en el país. Internet y la lógica de lanzar canciones y sencillos uno tras otro por encima de presentar álbumes enteros nos lo ha puesto aún más difícil. No obstante, durante el año, casi que con la nostalgia de los discos en físico en la cabeza, seguimos tratando de documentar y absorber todo lo que se lanza en Colombia. Y continuamos con la práctica, más en desuso todavía que la de lanzar álbumes, de reseñarlos y compartirlos.

En esta entrega compilamos 20 discos que van desde la sátira folk a la bogotana de Aguas Ardientes hasta el afrobeat jazzero y bailable de Sangó Groove. Desde leyendas como Aterciopelados, La Pestilencia o 1280 almas hasta debutantes como Ventino o La sociedad de la sombrilla. Desde el reggaetón convertido en pop de J Balvin hasta el proyecto familiar e “infantil” de Edsón Velandia.

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Piérdase entre esta selección de discos locales lanzados en este año.  

Los que reseñan: Alejandro Araujo, Muchacho Berraco, Fabián Páez López(@davidchaka), Alfred Lord(@AlfredLord), Sebastián Peña(@SebasNews), Johana Arroyave(@JohanaArroyave), William Martínez  y Chucky García (@chuckygarcia)

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1. Aguas Ardientes – Guarever 

Hay cosas que definen muy bien lo que pasa entre los límites de este surreal terruño en el que nacimos: Colombia. Como que nuestra bebida insigne sea el aguardiente o que por más que uno trabaje al final del día “no haya luka para ni mierda”. Y esa colombianidad, tan criolla y folclórica; tan cruel hasta lo chistoso, es la que aparece narrada en el disco debut de Aguas Ardientes: Guarever. Una sátira folk muy a la bogotana: bipolar, cínica y oscura. Son 12 tracks que resultan difíciles de describir o relacionar con algún género musical, pero que por ratos suena a folk norteamericano y por otros a blues o cumbia. En el universo de Guarever caben un duende violador de Transmilenio, reflexiones sobre la muerte y el machismo, ñeros atracadores y lo que muy seguramente puede convertirse en el himno del lamento clásico del tercer mundo: que No hay luka. // (Por Fabián Páez López)

2. Edson Velandia – Montañero 

El álbum Montañero de Edson Velandia es, en principio, un álbum infantil con ilustraciones de su pequeño hijo. Y la frase “en principio” tiene que ver con que al igual que le pasó a su Sócrates, el disco de 2007 que realizó junto a los niños del jardín La Ronda de Bucaramanga; posiblemente termine ingresando a la lista de favoritos de quienes han tenido a bien coleccionar o conocer toda su discografía. Montañero, de entrada, tiene un título que se muestra orgulloso de su procedencia. No hay que olvidar que en muchas partes del país aún llaman así a las personas del campo, pero para rebajarlas, para hacerles ver que son ignorantes, pobres ó, en su defecto, que vienen de la montaña y que venir de la montaña en esta sociedad es carecer de cualquier entendimiento y cultura.

El Montañero de Edson Velandia no es otra cosa entonces que música del campo, melodías laboriosas pero simples que transcurren tranquilas, pero con la misma gracia y cadencia que tiene, por ejemplo, un bus escalera cuando agarra un camino sin pavimentar y lleno de curvas de alguna zona rural. // (Por Chucky García. Vea la versión completa de la reseña aquí)

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3. Granuja – Messier 64

Granuja nos sorprende con un disco instrumental que nos lleva a un viaje en el cosmos. La sección rítmica es bastante básica y llega a ser un poco monótona, pero esto es entendible ya que por encima del beat se desarrolla un mundo de texturas que se codea con la compleja ambientación del vaporwave. Deliciosos tintes jazzeros con la particular sonoridad del Fender Rhodes y el contrabajo que parece que fuera un jam grabado en New Orleans. Con samples sacados de grabaciones de radios y trasmisores se logra una narrativa y se crea una imagen cinematográfica compuesta por 18 tracks. Es un disco para relajarse y disfrutar después de un largo día y sacar a su mente de la rutina. Puede compartir espacio en una colección que tenga a Moon Safari de Air y A Color Map of the Sun de Pretty Lights. Track recomendado: Ondas. // (Por Muchacho Berraco)

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4.  1280 Almas - Marteko Euriak

Un sonido cada vez más ecléctico y maduro

El octavo álbum de estudio del tradicional grupo bogotano fue grabado en el País Vasco. Y comienzo por este detalle porque hay que destacar la calidad sonora de Marteko Euriak (así, escrito en euskera): se oyen nítidos sus relieves y texturas. Esta vez ‘Las almas’ ensamblaron una propuesta -44 minutos- que echa mano del punk rock, el reggae, la música latina y el rock psicodélico. Su sonido puede gustar o no, pero es innegable su vivacidad y la madurez que han logrado tras 26 años de carrera. // (Por William Martínez)

5. Aterciopelados – Claroscura

El octavo álbum de estudio de la banda bogotana es un verdadero proyectil disparado a la industria de la música. En una época donde la etiqueta de lo “urbano” pareció abarcar todo el espectro, Aterciopelados le sigue apostando a su sonido de siempre. Con sus canciones, durante más de tres décadas, han pisado los escenarios del mundo entregando himnos que han traspasado generaciones, demostrando que se pueden explorar sonidos sin perder la identidad de la propuesta musical. Claroscura presenta a Andrea y Héctor renovados y cargados de sonidos electrónicos y ranchera; sonidos andinos e indígenas que representan muy bien el mood Atercio. Canciones como Dúo, Soñemos un bosque, Despierta mujer, Tumbao y Ay ombe (Vamo’a relajar el pony) mantienen todo ese espíritu libre y contestatario que les conocimos desde siempre. La producción de cinco canciones estuvo a cargo de Cachorro López, que ha trabajado con casi todas las bandas latinoamericanas de culto; y las otras siete por Héctor Buitrago, que mantiene el color y la mística de la banda, representante no solo del rock latinoamericano, sino convertida también en símbolo patrio. Los Aterciopelados están más conectados que nunca en esta nueva era de luz y sombra. // (Por Alfred Lord)

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6. Estados Alterados – Lumisphera

Estados Alterados han sido los pioneros del rock electrónico en nuestro país y con este nuevo trabajo discográfico nos demuestran que siguen a la vanguardia con un estilo fresco e innovador.  Pinceladas de sonido influenciadas por Nine Inch Nails y Prodigy nos sumergen en un disco agresivo con letras llenas de críticas al manejo de la tecnología y las redes sociales y como somos manipulados por ellas. Baterías poderosas, sintetizadores llenos de ondas sierra y la voz profunda y sensible de Elvis hacen de este disco una joya digna de estar en la colección del melómano más exigente. Este disco puede oírse antes de Pretty Hate Machine de NIN y después de Violator de Depeche mode. Track recomendado: Animal. // (Por Muchacho Berraco)

 

7. Sangó Groove - Mezcla

Mezcla es el álbum debut de la agrupación caleña Sangó Groove, una propuesta que se estrenó en 2016 pero que definitivamente cogió forma con este lanzamiento. Músicos de Cali, Guapi, Buenaventura y Quibdó aportan en este sancocho de ritmos que toman como base lo afrolatino, las marimbas y las tamboras para combinarlos con jazz, afrobeat y funk. Mezcla es un disco mestizo por donde se le mire; una expresión hibrida, como es inevitable para casi toda la música que juega hoy con lo tradicional. Pero si hay algo que sobresale de este trabajo, y que lo hace recomendable y distinguible, es el protagonismo de los vientos: hay un ímpetu jazzero que empata muy bien con el espíritu del Pacífico colombiano. En 12 tracks pueden pasar de una exhibición de free jazz (Moanin’) a una chirimía muy alegre, Mamá loca o a un tema que bien podría ambientar una película de Woody Allen (El destrampe). // (Por Fabián Páez López)

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8. La Pestilencia – País de titulares

Un sonido más pulido. Un discurso desgastado.

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El séptimo álbum de estudio de La Pestilencia ofrece el hardcore punk de siempre, pero con una calidad de grabación más pulida. País de titulares fue producido en Heards Studios, con sede en Los Ángeles, y contó con la mezcla de Nicolas Essig, quien ha trabajado con Daft Punk, Lana del Rey, Calvin Harris, entre otros artistas. Mi principal reparo con este álbum es su discurso trillado, caduco y limitado. Después de 32 años de carrera, La Pestilencia sigue cantándole a lo mismo: que estamos perdidos por los políticos corruptos, que mucha gente no es capaz de pensar por sí misma, que las negritudes siguen abandonadas a su suerte. Refunfuña, pero no ataca nada concreto. Reduce la discusión a lo obvio: una ecuación de víctimas y poderosos. ¿Se quemó la fórmula? // (Por William Martínez)

 

9. J. Balvin – Vibras

Balvin es uno de esos artistas que se acostumbraron a que todo lo que tocan lo convierten en un éxito y Vibras es el ejemplo claro de ello. Tenemos que ser claros: el sonido de Balvin dejó de ser hace mucho tiempo solo reggaetón y trascendió en una especie de pop de corte más mainstream y con un alcance más global. Vibras es una mezcla perfecta de hip hop, global bass, pop, reggaetón y música latina. Hoy Balvin es el nuevo rey del reggaetón y uno de los más grandes embajadores de Colombia en el mundo. // (Por Johana Arroyave)

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10. Herencia de Timbiquí - Al natural

El más reciente disco de Herencia de Timbiquí abre con un gancho de izquierda contundente: una colaboración con la leyenda de la salsa y música de protesta, el panameño Rubén Blades, en la canción ¿Qué será?, un tema fusión con guitarras eléctricas que remiten de alguna manera a El rock de mi pueblo de Carlos vives, una especie de cumbia con una letra que cuestiona el destino del mundo debido a sus problemas medioambientales y sociales. Sin embargo, y a pesar de la participación de Blades, el tema tiene un tinte comercial y que ya hemos visto mucho, parece un intento muy evidente por tener un éxito que solo el tiempo dirá si funcionó o no. En cuanto a sonido, el disco es completamente fiel a lo que siempre ha sido el grupo: las marimbas de chonta y las percusiones pacíficas. Tiene también dos sorpresivas reversiones de un éxito que la gente ya ama, Te invito, que presentaron en 2011 en el disco Tambó. Parece no ser uno de los discos que más recordemos. // (Por Alejandro Araujo)

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11. Cejaz Negraz – Psicomagia 

Grabado y producido en Miami, Psicomagia parece ser el primer escalón de la internacionalización de Cejaz Negraz, el tipo que ha narrado las calles bogotanas desde su lado más crudo, desde las esquinas donde pocos se asoman; y el mismo que ha estado al frente de proyectos muy bien recibidos entre el público rapper como Fondo Blanco y la Crack Family. Internacional no solo porque fue construido en Estados Unidos, sino porque la estética sonora tiene mucho del trap, entendido, por supuesto, como la herencia del lenguaje del rapero T.I. “Vengo de Colombia muy linda, pero todo un roto”, una de las líneas del track Drogas parece ser la presentación ante el mundo de una nueva etapa para Cejaz con Psicomagia, su cuarto disco en solitario y en el que además aparece como invitado rapeando en inglés en un par de temas Michelangelo 305. // (Por Fabián Páez López)

12. Bacilos - ¿Dónde nos quedamos?

Después de 10 años de silencio Bacilos regresó con un nuevo material discográfico en el que la mayoría de los tracks mezclan el sonido tropipopero que los caracterizó en la década del 2000 con el beat reggaetonero y electrónico que está dominando la radio latina. A pesar de tanto tiempo en silencio, la gente sigue reconociendo la voz de Jorge Villamizar cuando está haciendo música para los Bacilos. En este nuevo capítulo se nota la mano del productor Andrés Castro (Carlos Vives, Shakira, Sebastián Yatra), experto en unir los ritmos caribeños con lo que ahora han querido llamar “pop urbano”. Negra, Negra, Negra y La Playa pueden ser los tracks más destacados de este proyecto porque parecen temas del 2002 refrescados para 2018. La esencia de la banda se mantiene a pesar de la experimentación con lo urbano y se les abona que, a pesar de ser un álbum bajo el sello Sony Music, no hay ninguna colaboración desesperada con Maluma u Ozuna. // (Sebastián Peña)

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13. Ventino – Ventino

El primer álbum de la girl band más reconocida de Colombia (eso sí después de las Escarcha que nacieron del reality Popstars) parece más un compromiso con su casa discográfica que un proyecto hecho para complacer a sus seguidores. El álbum trae 11 tracks de los cuales ya se conocían 8, que habían sido publicados en plataformas entre 2015 y 2018. Pero la “novedad” del disco es la canción Veneno, un reggaetón puro producido por ICON al mejor estilo de Becky G o Natti Natasha, que define el sonido que la banda usará en su próximo trabajo discográfico. Ojalá Ventino no se olvide que lo que las hizo virales en internet fue la comunión y armonía de sus voces y no el afán por hacer sandunguear. // (Sebastián Peña)

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14. Negro valle - Chontaduro & mango biche

Negro valle es un rapero nacido en Bogotá, criado en Palmira, Valle y residente de la capital. Chontaduro y mango biche es su tercer disco en dos años. Ya en 2017 nos presentó Negro valle y Otro negro loco. Con su más reciente entrega, integra de forma muy interesante la salsa con la que creció día a día en Palmira e incluso en sus letras menciona esa cotidianidad valluna y Pedro Navaja de Rubén Blades, por ejemplo. Es un álbum que puede ser más relevante dentro de la escena rapera en Colombia que los dos anteriores por este tipo de exploraciones. Pone a dialogar constantemente sus experiencias en Bogotá con las de Palmira, es orgulloso de llamarse a sí mismo negro y lo repite muchas veces. Rapea con fuerza, con una voz grave y en ocasiones hasta ronca. La calidad de sus tres discos es sobresaliente, tiene muchos elementos llamativos en la mezcla y en la producción. Chontaduro y mango biche es un disco que reivindica constantemente esa mezcla entre ciudades y culturas. // (Por Alejandro Araujo)

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15. Nanook el último esquimal - El ayuno de las causas imposibles

La cotidianidad es uno de los elementos representativos de Nanook el último esquimal. La banda bogotana, que se identifica con el protopunk y es influenciada por artistas como Lou Reed, Iggy Pop, Patty Smith, The Velvet Underground, entre otras, presentó su tercer larga duración titulado El ayuno de las causas imposibles. Desde la música se podría decir que es un disco “guitarrero”: riffs, arpegios y powerchords, percusión latina, una guacharaca muy rockera que recuerda de alguna manera a los cowbells que usaban bandas como Guns n Roses. El sonido del disco es crudo y contundente, puro rock n roll. Las letras son un reflejo de la sociedad bogotana, la cotidianidad de los personajes del día a día en la capital. Algunos comentarios políticos pertinentes: el expresidente Álvaro Uribe es mencionado y criticado. Drogas, alcohol, la irreverencia que los caracteriza desde siempre. El disco es un claro reflejo del ADN de la banda. Una producción que sus fans van a disfrutar muy seguramente; sin embargo, los que buscan algo distinto o una novedad en la banda se pueden decepcionar. Aunque como dice la cultura popular: “No hay que arreglar lo que funciona”. // (Por Alejandro Araujo)

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16 La sociedad de la sombrilla – Resiste

Un debut sin peso 

Después de presentar el EP Mamá, mira lo que hice (2015), el grupo bogotano presenta su primer álbum de estudio. Resiste tiene stoner rock y riffs muy al estilo de Royal Blood y Stone Temple Pilots. Esos riffs se repiten sin demasiadas variaciones durante los 32 minutos de álbum, lo que deriva en un viaje más bien plano y carente de emociones. Sus letras, además, parecen fijarse más en la rima que en el sentido. Recuerdan los poemas farragosos que se escribían en el colegio. “Sinceridad brutal, tu ego quiere vomitar. Y el monumento a un sueño fatal en su verbo se pronunciará”, dice Ego. “Y a su mirada absoluta, vacío eterno, los excesos de mi devoción. Entre las masas y el vicio, su lucidez natural, única verdad”, dice Devoción. Es, en definitiva, un debut sin peso. // (Por William Martínez)

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17. Pedrina – Prisma

Prisma es un álbum que representa muy bien los sonidos del pop latino: guitarras españolas y una muestra de las grandes influencias que desarrolló en su anterior proyecto, Pedrina y Río. De hecho, en este álbum su anterior escudero de batalla musical participa en Adiós y Billete Falso. Otros que la acompañan en este debut como solista de Pedrina son el argentino Juan Ingaramo en Inevitable Martina La Peligrosa en Hoy. Sus letras son de amor y desamor. Están hechas para identificarse con ellas, logrando hacer de Prisma un disco digerible fácilmente. Son nueve tracks que abren el camino en este nuevo proyecto de Pedrina y que seguro la ubicarán en el mapa del nuevo pop latinoamericano. // (Por Alfred Lord)

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18.  Montañera – Encarnación

Conocimos la voz de Maria Mónica Gutiérrez en grupos como Ságan, Suricato y más recientemente en Niño Pueblo. Ahora nos presenta su primer disco solista, Encarnación, bajo el pseudónimo “Montañera”. La cantante, formada académicamente en canto jazz, parece alejarse cada vez más de esa formación y en este disco explora dentro del pop con sonoridades folclóricas, aunque aprovecha esa formación jazzera en pequeñas secciones. Uno de los elementos recurrentes es cierta ternura, un aire a canciones de cuna populares en las melodías y algunos arreglos instrumentales, guitarras muy íntimas y suaves, xilófonos y percusiones menores. Los fraseos de su voz son refrescantes dentro de un mundo pop que se repite una y otra vez. María Mónica maneja su voz a la perfección, pasa de un susurro tierno y suave a una voz fuerte y plena o a un rap con toda naturalidad. La producción de audio es impecable. “Apriétame la manito cuando sientas miedo que yo ahí estaré”, dice en Monte claridad y es muestra de esa ternura que atraviesa los diez tracks del disco. Usando a menudo diminutivos, habla de amor, de la tierra y la naturaleza. Un disco que suena sincero, que saca una sonrisa y genera cierta paz. // (Por Alejandro Araujo).

 

19. Paloma – EON

 

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Esta talentosa pianista y compositora bogotana se embarca en una aventura sonora de la mano del productor conocido como OKRAA. Un track en inglés, uno en español y uno instrumental nos dan un vistazo corto, pero intimo a la propuesta de esta artista, que logra utilizar su instrumento y su voz para cautivar brevemente al oído.

EON es una clara búsqueda de identidad, en donde se encuentran texturas muy interesantes, pero que lastimosamente no llegan a “cuajar” para lograr una mayor contundencia en la propuesta (Tal vez hace falta un álbum entero para lograr una mayor inmersión en el sonido). Un EP que refleja influencias de proyectos como Radiohead, Aphex Twin y la mismísima Bjork. Track recomendado: Origen. // (Por Muchacho Berraco)

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20.  Ságan – II

Nos tuvieron esperando casi 3 años y por fin volvieron para llenarnos de esa explosión de sonidos característica de ellos. Ságan lanzó II, una mezcla deliciosa de sonidos e historias del universo, la muerte, la ley de atracción, los sueños, los viajes y como siempre, la naturaleza.Un trabajo hecho por María Mónica Gutiérrez y Felipe Ortega compuesto por 12 canciones que le volarán la cabeza y lo llevarán por un viaje frenético del que no se querrá bajar. // (Por Johana Arroyave)

 

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